sábado, 21 de septiembre de 2013

Barcelona fue la capital de un país que quería ser libre

Hubo un tiempo en que Barcelona fue la capital de un país que quería ser libre. Era el comienzo de los 70, y a Barcelona acudíamos para conocer a Gabriel García Márquez, a Vargas Llosa, a toda aquella legión de genios latinoamericanos que o bien habían elegido Barcelona pare residir o bien acudían a ella con frecuencia: Severo Sarduy, Octavio Paz, etcétera.
En aquellos tiempos de dictadura epigonal Barcelona era la capital cultural y emocional de un país que quería ser libre, Barcelona olía a París y a Milán, era una sociedad lectora y culta. Eran los tiempos de la Gauche Divine, de Carlos Barral, de la discoteca Bocaccio, de Ana María Moix, de Juan Marsé.
Madrid era una ciudad mucho más gris donde residía el poder de la dictadura. Era una ciudad tomada por los grises, aquella policía que entraba a caballo cada día en los campus universitarios. Barcelona en cambio acogía encierros de intelectuales y de trabajadores en Montserrat y en las iglesias urbanas, convocatorias, asambleas para pergeñar la ansiada democracia que estaba tardando demasiado en llegar. Barcelona era más abierta y más liberal que Madrid. Allí estaban las mejores editoriales, allí una universidad de prestigio en la que pululaban miles de estudiantes latinoamericanos. Barcelona era bilingüe, abierta, tolerante, universal.
Después llegaron las explosiones de fervor nacionalista, la inmersión educativa, la tergiversación de la historia. Y, aprovechando la coyuntura de la crisis, Artur Mas desencadenó sus soflamas, el griterío demagógico. Y la pérdida de "seny". Si la burguesía catalana siempre fue pactista, acabará pactando con Madrid a cambio de lo que verdaderamente quiere: un pacto fiscal similar al del País Vasco.
Son tiempos para añorar lo que Barcelona fue.

2 comentarios:

  1. Interesante reflexión sobre el sentido y el sentimiento de una gran ciudad.

    blog-rosariovalcarcel.blogspot.com

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  2. Buen ejemplo de un país que tiene el corazón extraviado. Ayudésmoslo a encontrarlo.

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