viernes, 12 de julio de 2013

El progreso al revés: para ser eficiente hay que volver a la máquina de escribir

Las ciencias adelantan que es una barbaridad. En un cuento de Cortázar, magistral como todo lo que él tocaba, se narraba el progreso de la humanidad. Venía a decir que tras la máquina de vapor, los trenes, los aviones, los más veloces automóviles, los satélites artificiales, los hombres y las mujeres volvían al principio: a caminar sobre sus dos pies. Esto viene a cuento de que ahora han descubierto que lo mejor para el espionaje es regresar a la obsoleta máquina de escribir. El servicio secreto ruso ya lo hace: elabora informes que nunca serán mandados por correo electrónico. Así que, después de lo del joven Snowden, se constata un avance espectacular: para ser eficiente y guardar la confidencialidad hay que decir no al ordenador, sí a las viejas y ruidosas teclas. Y es que internet es más frágil que un paquete de caramelos a las puertas de un colegio.

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