martes, 4 de junio de 2019

Los artistas siempre fueron muy serviles, dice Eduardo Sanguinetti


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Eduardo Sanguinetti se declara “un indignado de siempre” y critica a los artistas que se dejan comprar por el poder.

Adolfo Bioy Casares lo definió, en primavera de 1989, como “un hombre veraz, incómodo, no negociable y por sobre todo comprometido hasta el límite en su pensar y hacer con el acontecer de este tiempo”… Graduado en filosofía en la Cambridge University y autor de varios libros, Eduardo Sanguinetti conjuga en sus ‘performances’ filosofía, escritura, actuación, pintura y música. Este artista, nacido en Buenos Aires, presentó en el espacio cultural del PSOE en esa capital ‘Identikit’, una instalación organizada por la ‘Agrupación Niños de la Guerra Civil Española de Argentina’.

‘Identikit’ es una instalación fotográfica personalista, “un ejemplo poético del ser humano”, explica Andrés Hernández Díaz de Espada, integrante de la Agrupación Niños de la Guerra de Argentina y promotor de la muestra.
“Los retratos del autor –ahonda– son una concentración pensativa del rostro de ser humano in crecento”. Debajo está el corazón de ese mismo personaje que refiere a las acciones para con los demás. En la ‘performance’, además, hay “máquinas” que representan el cerebro cibernético. “Indicado para la creación, la ciencia, el arte porque nosotros nos valemos de esas máquinas para crear”, apuntó Sanguinetti.
La instalación también contiene un ‘Identikit’ del tránsito fugaz de la vida humana, tan breve como trascendente. La ‘performance’, que permanecerá expuesta al público prácticamente a lo largo de todo el mes de diciembre, forma parte de un ciclo de muestras, conferencias y actividades culturales organizadas por la Asociación Niños de la Guerra de Argentina y del área cultural de la agrupación socialista, que se desarrolló durante todo el año.
Por último, Andrés Hernández adelantó que para el próximo año ya tiene actividades en carpeta como la conferencia sobre Picasso, con ilustraciones, y la presentación de la última película de Nicolás Rubió: ‘75 habitantes, 20 casas y 300 vacas’.
Tras la presentación de la ‘performance’, esta publicación conversó con Eduardo Sanguinetti sobre la muestra y el papel del arte en el contexto actual.
Pregunta. ¿Por qué en lo que a arte se refiere es considerado ante todo un ‘performer’?
Respuesta. Considero que el arte es un acto, una operación creativa. Arte, para mí, es articular desde el conocimiento del inconsciente los sedimentos de memoria de nuestros tránsito para llegar a concretar en un objeto que se denomina obra de arte. Arte es que el espectador articule a través de la obra con el autor y se produzca una misoginia interesante que dé como resultado el poder modificar en un instante al espectador en su rutina. Si el espectador sale en un estado distinto creo que ahí podés hablar de obra de arte.
P. Dice que usted es arte.
R. Sí, mi vida es un camino de arte que viene a ser a la vez una bella expresión de la mentira, porque en definitiva el arte está fundado en una mentira y viceversa. La verdad absoluta es mentira. Es un tema serio con cierto humor, pero tomarse en serio al artista y al arte es un tanto estúpido también.
P. Siendo profesor de filosofía, ¿cómo se vincula con esta profesión?
R. Pienso que mi vida se va acercando a una instancia filosófica.
P. ¿Por qué dice que no es negociable?
R. Me han ofrecido y yo no he aceptado. Eso creo que habla muy bien de mí porque creo que es importante que haya mantenido una instancia estoica respecto de los espacios de arte. Voy por la inmortalidad, no voy por un momento de gloria en ricos y famosos que culmina en una década infame que no es la del 30 sino la “era menemista”. Porque en definitiva, en la década infame del 30 vimos a Martín Fierro y la generación de Boedo. Pero fue la década del 90 la que abrió las puertas a esta Babilonia que se vive y este estado de prostitución. Y en esto sostengo que no soy un inmoral sino un amoral pero muy ético.
P. Considera que lo económico no debería condicionar al arte. ¿Cómo lo logra?
R. Yo no soy un indignado de ahora, sino un indignado de siempre. Sé que hay mucho oportunista indignado hoy que está aprovechando esta instancia contra el capitalismo porque le va mal en los negocios. A mí la instancia capitalista no me agrada en principio porque no va acorde. Creo que el capitalismo tiene que ser de una vez por todas desterrado de este mundo. Por otra parte, creo que están cambiando las tendencias del capitalismo y que tiene que continuar cambiando en las áreas de cultura y el pensamiento, cambiar, sobre todo, en lo que se denomina mercado del arte. En la instancia mercantilista el arte tiene mandarines y mandaderos, alcahuetes de turno que los denominan artistas. Son los artistas del sistema, del poder y los colocan en el tablero del poder cuando conviene. Se hace el enroque o no se hace el enroque, se hace el jaque mate y un fin de partida, si conviene, para dar lugar a otro grupo de mandarines y mandaderos, mientras el dinero va a otra parte, llámalo lavado de dinero o como te plazca. Los artistas, a lo largo de los siglos, fueron muy serviles. Algunos se rebelaron y lo pagaron muy caro. El artista tiene que bajar de su púlpito y caminar las arenas de Libia, de Irak. La indignación no solamente está en Roma, está en el mundo, en un mundo que late, que se está degradando, y a la toma de conciencia la siento muy lejana. A la esperanza la siento como un horizonte muy lejano.
P. ¿De qué se trata ‘Identikit’, la instalación que expone en el marco del espacio cultural del PSOE?
R. Es la conformación de imagen en fotogramas partiendo de lo que puede ser una polaroid, de un blanco al revelado de la imagen. Punto.
P. Pero hay un mensaje.
R. Sí, pero está en el espectador ver si hay o no mensaje porque de los fotogramas en realidad se tienen que hacer cargo los espectadores. Yo me hago cargo de mi imagen y por eso en las fotos estoy yo.
En las imágenes hay un metarelato, no es una historia directa, pero que nace con total naturalidad. Es un film, se cuenta, en cierto modo, lo que es la vida, el transito en el que preparamos el cuerpo para los gusanos.
En ‘Identikit’ transcurre la memoria, como cuando has estado en un viaje y de pronto los recuerdos están diseminados y los vas armando de a poco, de una manera más o menos similar a lo que sucedió. Hay un ‘identikit’ en cada instancia de vida. Se lo suele asimilar a una instancia policial, pero el concepto de ‘Identikit’, en realidad, es mucho más amplio.
P. Hay algo que se reitera en sus instalaciones que tiene que ver con la tierra, ¿por qué?
R. Sí, la tierra está presente en todas mis instalaciones. Creo que porque soy un hombre del llano. Nací en la ciudad de Buenos Aires pero viví mucho en la pampa húmeda y me considero un hombre de la pampa. Allí, nosotros vemos permanentemente horizonte, algo que en Europa, por ejemplo, es muy difícil, porque está todo poblado y ya no les quedan espacios vírgenes.
P. ¿La tierra también tiene que ver con su identificación con lo ecológico?
R. Sí, de ahí por ejemplo mi lucha por mantener amazonas. Ahí creo que hay que poner el cuerpo. Aunque yo actúo solo porque no pertenezco a ninguna organización ni partido político.
P. ¿Por qué?
R. Porque soy muy desconfiado y tengo que estar muy seguro de quien tengo al lado y a qué intereses responden. Greenpeace por ejemplo no sé a quién responde. Yo hice un trabajo sobre pasta de celulosa que me costó sangre. Me tuve que ir de Montevideo una noche con 12 policías, sin causa legal, etc. por estar metido en un tema que llegaba a la raíz y donde había intereses creados en las dos orillas. Cuando llegué a la costa de Gualeguaychú fui yo, con Pérez Esquivel, los que hicimos cortar durante 24 horas los puentes. El resto era gente de inteligencia, pagada, etc.
Y ahora digan lo que digan, la verdad es que está todo contaminado y que la gente de Gualeguaychú ya está viendo afectada su salud con ciertos tipos de cáncer de piel. No era broma. Botnia no tiene la culpa, si hay culpa la tienen los poderes.
P. ¿Qué significa la ‘fábrica de neuronas’, que también ha montado en esta instalación?
R. Fábrica de neuronas es una instancia de la razón pura, en la cual el sentimiento y la intuición no existen. Yo hoy me guío y te hablo desde mi instinto y mi sensibilidad, a la razón no la utilizo mucho. Es una prueba, a mí me gusta mucho jugar con la razón y la intuición.
Por otro lado, si en mi vida hubiera meditado en instancias de peligro estaría muerto. Generalmente en instancia límites actúas por instinto y con cierto manejo del instinto inclusive, lo que me permitió no quedar en el intento.

1 comentario:

  1. Fue estupendo haber conocido a Sanguinetti en Buenos Aires. Un tipo especial

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