Con las ideas de un ministro
canario, precisamente aquel que en varios telediarios amenazó agriamente a
Cristina Fernández de Kirchner cuando en Argentina le quitaron concesiones a
Repsol y luego tuvo que enfundársela, España intenta ponerle un impuesto al
sol. Ese es el titular de un artículo aparecido en la influyente revista norteamericana
Forbes.
Soria, el ínclito que confía en que haya petróleo cerca de Lanzarote, se está
cubriendo de gloria. Nada de ayudar a las energías renovables, hay que proteger
a las eléctricas para que cuando le llegue el cese lo nombren director-asesor
de Iberdrola o Endesa. La ocurrencia de ponerle un impuesto al sol le ha ganado
a Soria fama mundial. Según la revista “parece que los miembros del Gobierno se
quedaron sin ideas, miraron al cielo un día y pensaron “¡Ya lo tengo! ¡Pongamos
un impuesto al sol!”. Como según el gobierno España empieza a ir bien, no hay que corregir el
despilfarro ni la malversación sino imponer multas a quienes tienen paneles
solares en la azotea. Esta gente, que estuvo subvencionada durante más de una
década, ya no puede vender la energía sobrante a las eléctricas, para qué. Que
se la traguen, y encima que paguen multas.
La
globalización no se basa en distribuir mejor la riqueza, sino justo en lo
contrario: favorecer un sistema de máximos beneficios en el máximo posible de
países, y por ello es depredadora de los recursos naturales. Todavía algunos
encargan informes a científicos para que afirmen que el cambio climático no
será tan grave. Las grandes potencias se siguen negando a fabricar gasolina sin
plomo y no firman los acuerdos de Kyoto porque toda su industria tendría que
reconvertirse. Y con todas esas circunstancias de insolidaridad la temperatura
del planeta podrá aumentar hasta cuatro grados en este siglo, el Polo Norte se
derretirá, el nivel del mar subirá, las lluvias serán cada vez más torrenciales
y más escasas según los lugares, etcétera. Claro que las malas noticias no son
malas para todos. Antes bien: a pesar de la crisis los bancos siguen ganando
muchos millones de euros, que la banca gane dinero forma parte de las reglas,
este sector financiero español provoca la envidia de los europeos pero hay que
añadir al instante una apreciación muy crítica, y es que la Unión Europea opina
que esta banca nuestra cobra demasiadas comisiones y no informa adecuadamente a
los usuarios del alcance de esas comisiones. Nos aprietan el cinturón con
maniobras poco transparentes y gracias a eso los enormes beneficios de la banca
nacional suponen que esta banca se expansiona hacia otros países, controlando
sectores estratégicos como la energía, las infraestructuras y las
comunicaciones sobre todo en países de América Latina.
Los informes certifican que los
norteamericanos, los chinos, los hindúes y los países en vías de desarrollo que
no aceptan los consejos de la ONU están causando un daño irreversible por el
consumo de derivados del petróleo que incrementan las emisiones de dióxido de
carbono, con lo cual las olas de calor, las trombas de agua, los ciclones, la
velocidad del viento, las sequías y otros desastres van a ser más frecuentes. A
ciertos dirigentes y a los de Wall Street les importa un comino, no en vano Rajoy
decía que un primo suyo que es catedrático le había explicado que no hay cambio
climático. “Yo de este asunto sé poco,
pero mi primo, que es catedrático, supongo que sabrá. Y entonces dijo: ‘Oiga,
He traído aquí a diez de los más importantes científicos del mundo y ninguno me
ha garantizado el tiempo que iba a hacer mañana en Sevilla’. ¿Cómo alguien
puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años? No lo sé, es un
asunto al que hay que estar muy atentos. Pero, en fin, tampoco lo podemos
convertir en el gran problema mundial. Hay otros problemas más importantes,
como los problemas del sector energético.”
Y se quedó tan pancho.

Si no pensaras que eres un hombre sería diría que es todo una broma, una triste y cruel broma.. Pero no hay más que conocer a Soria y su ambición, un día llegará a presidente, seguro, para saber que lo del impuesto al sol es cosecha propia... ¡qué vergüenza de canario¡
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