sábado, 18 de mayo de 2013

Los críticos de cine arremeten contra El (nuevo) Gran Gatsby


Los críticos de cine –igual que los literarios o artísticos- suelen ser algo caprichosos. Casi a toque de queda han arremetido contra la reciente versión de El Gran Gatsby, la película recién estrenada con Leonardo di Caprio en el papel estelar. Cierto que la película tiene una carpintería visual algo desmedida, cierto que ahora todas las películas aprovechan al máximo las nuevas tecnologías digitales. Pero la visión de la Nueva York de 1922 que nos da esta cinta a mí particularmente me seduce, no tanto la interpretación del actor de moda, al que veo fuera de situación.
El cine es impostura, simulacro, ilusión óptica. Qué quieren que les diga: me sigue pareciendo que en la nueva versión del texto de Scott Fitzgerald está el espíritu del creador. Otra cosa es que la película se torne grandilocuente, barroca. ¿Qué ese recargamiento resulta cursi, para los críticos de afilada pluma cinematográfica? No me importa ni mucho ni poco, el cine –igual que la pintura o la novela– o bien despierta admiración o por el contrario genera rechazo. A mí El Gran Gatsby me produce entusiasmo, por algo esta novela es un texto de lectura obligatoria en la enseñanza norteamericana. Que sí cuida la expresión literaria, que sí cuida la creatividad, que sí enseña a amar los libros, que sí valora la gran tradición literaria anglosajona.
El Monopol estaba casi lleno en sesión nocturna, y eso ya es un milagro en la ciudad de Las Palmas. ¿Posmodernidad rampante, sobrevaloración de lo kitsch ligeramente hortera, montaña rusa del nuevo cine de parque de atracciones con fiestas, fuegos artificiales, palacios descomunales, coches espectaculares, mujeres atractivas? A mí me parece que aquella generación criada en el estricto disfrute del momento, aquella generación que solo adoraba la música y el baile, el alcohol y la diversión, carecía de valores porque tras el gran eclipse de la I Guerra Mundial adoraba la huida hacia adelante, los placeres elementales.  Pero ¿qué quieren? Para eso hubo una generación, la llamada Generación Perdida, que lo bordó literariamente. Y, desde este punto de vista, El Gran Gatsby es un perfecto ejemplo de inmortalidad.

3 comentarios:

  1. A mi la película me pareció fantástica. Me pareció que el director le da un aire de ensueño, de película musical, del jazz de la época. Sobre los actores siempre hay opiniones para todos los gustos.

    Ah, y el vestuario impecable.

    blog-rosariovalcarcel.blogsot.com

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  2. Me encantó la novela, la leí cuando ya dejaba atrás la adolescencia. Ahora espero ver la película, cuando tenga tiempo y lugar.

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  3. No es tiempo para opinar pues no he visto ni la película ni he leído las críticas, pero hay que ver de qué plumas vienen las críticas. En cuanto a Leonardo DiCaprio, no es de mi devoción, no se puede parar al lado de los muchos actores que ha dado el cine, sólo que está en la cresta de la fama, como en su época lo fue Tom Cruise, pero de buen actor nada.

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