martes, 30 de noviembre de 2021

El Gran Destructor no tiene misericordia

 


La bestia interminable no tiene medida, la costra negra, tan ancha y profunda, es una herida que no cura. Viajar a La Palma en estos días es una experiencia complicada, tuvimos la suerte de que el vuelo de ida pudo entrar pero desde entonces el aeropuerto permaneció cerrado días y días, la gente hacinada en los barcos para Los Cristianos, después taxis y si tienes suerte un vuelo desde Tenerife Sur. La ceniza te nubla los ojos, los bramidos del volcán te quitan el sueño, el aire huele mal, de madrugada te espanta la vibración de las paredes y lo peor de todo es la ceniza, toneladas y toneladas de negra ceniza que lo cubre todo. El monstruo parece que se debilita, pero en realidad está listo para expulsar nuevas coladas devastadoras, no tiene fin. Hay momentos en que la isla es un espacio fantasma, nadie por las calles, restaurantes y bares cerrados. La destrucción del valle es terrible ¿cómo se podrá reconstruir? Hay amigos que lo han perdido todo, pero están dispuestos a volver a empezar.

La gente se queja de las múltiples burocracias, las dificultades para mover papeles. Pero también hemos visto gente dispuesta a renacer, a reconstruir, a volver. Hay quienes piensan que la reconstrucción aportará nuevas oportunidades desde el turismo al aprovechamiento de los recursos naturales. Pero también sabemos que la ciudad de Los Llanos de Aridane, la más poblada de la isla, podrá perder 5000 habitantes de golpe. La gente se lamenta de la complicada tramitación para que lleguen las primeras ayudas, el auxilio básico para quienes no tienen euros en el bolsillo para ir a hacer una compra o para tomarse un café.

Nunca se había vivido una crisis tan desfavorable en esta tierra: incendios, pandemia, volcán. Y lo peor es que el drama se mantiene e incluso se incrementa de día en día: más hectáreas ocupadas, nuevas coladas que persisten en su afán de sepultar más viviendas, estanques, huertas, carreteras, hasta el cementerio más de tres mil difuntos y el crematorio. Un infierno cada día más extenso porque no para de salir más lava de las múltiples bocas que se abren. Los palmeros ya perdieron la cuenta de los cientos de millones de metros cúbicos de material. Se acaban los días con más temblores y el magma se desborda. Los expertos dicen que se debilita, pero en realidad se acrecienta. El aeropuerto invalidado durante tantísimos días, con un perjuicio a todos los niveles.  

El volcán al que nadie quiere poner nombre superó al San Antonio de Fuencaliente (año 1677) en duración. Así que hasta solo dos históricos lo han superado, Tigalate (82 días en 1646) y Tehuya (84 días en 1585). En la isla muchos piensan que seguirá activo hasta casi Navidad, y superaría a Tigalate y Tehuya. Sería el mejor regalo que se parase para entonces.

Ahora todo es rápido, la vida funciona como una sucesión de flashes, impactos tan fugaces que nos cuesta mantener el interés en algo concreto. Pero con el volcán la vida es una radiografía que se mantiene fija en la TV Canaria, un servicio impresionante a la comunidad: su despliegue a través de la pequeña pantalla y de la radio mañanera es de gran valor. Las entrevistas con los expertos también aportan algo de luz, aunque sus predicciones no puedan ser tan exactas como nosotros quisiéramos. Este volcán los desconcierta a ellos y a cuantos están cerca de su diabólico poder.

Nada volverá a ser igual que antes. Ni las relaciones personales, ni la cotidianidad, ni el mercado laboral, ni la economía, ni las relaciones personales. La ruina económica y la violencia de género se han multiplicado, igual que la mala salud mental. Tendremos que adaptarnos a la situación y hacerlo rápido. Qué ganas de volver a la normalidad, pero ¿cuál va a ser la normalidad? ¿Y sobre todo cuándo?

(Foto: National Geographic España)

lunes, 22 de noviembre de 2021

La industria del miedo cotiza en Bolsa



Parece que estamos ante la tormenta perfecta: una nueva ola del covid, la falta de suministros que vienen desde China y que generará escasez de muchas cosas, el gran apagón, la inflación, los precios de la cesta de la compra que se disparan, la subida de los combustibles, la subsiguiente devaluación del poder adquisitivo de los salarios, la eficacia de las vacunas que nos hemos puesto para la pandemia, las próximas Navidades con restricciones, el incremento de los suicidios como consecuencia del estado de agitación social… Paralelamente, y como para desmentir tales vaticinios, se incrementan las ventas de viviendas, y las criptomonedas constituyen un gran negocio, aunque por cada bitcoin que se ponga en pie miles de africanos seguirán en la miseria. Para colmo, según J.J. Benítez, en 2027 llegará un meteorito que matará a 1.200 millones de personas, y que hará desaparecer países, entre ellos España y Portugal. No sabemos todavía si Canarias está incluida.

Entre el apocalipsis de ahora y la amenaza de nuevas desgracias, vivimos en el filo de la navaja y los informes son tan malos que dan ganas de mudarse. Nos vamos a infectar todos, pero dicen los psicólogos que el miedo es una emoción que forma parte de nuestra especie. Nuestros antepasados padecieron miedo muchas veces, y por ello hemos llegado hasta aquí: tuvieron que defenderse de las fieras salvajes, del frío, de las tribus rivales. Pues cuando se siente miedo aparece un estado de alerta que hace que estemos más concentrados y seamos más eficaces para enfrentarnos a las circunstancias. Puede decirse que gracias al miedo ha sobrevivido la especie, pues ante él tenemos dos salidas: huir o luchar. Con el miedo el corazón late más rápido, la respiración se acelera, los músculos se tensan y las pupilas se agrandan. Todo ello sirve para hacernos más efectivos y rápidos. En resumen, el miedo es una emoción que sirve para protegernos de las amenazas. Imposible tenerle miedo al miedo, le tenemos miedo a al miedo estamos perdidos porque el apocalipsis nos sorprenderá hablando por el móvil.

La realidad puede ser más fiera de lo que imaginábamos. Dentro de unos días o dentro de unas semanas o unos meses, cuando pare el volcán de La Palma y los damnificados comprueben lo que han perdido, ¿cuál va a ser la reacción de los damnificados al darse cuenta de lo que no pueden evitar la dura realidad? ¿Cuántos psicólogos y psiquiatras harán falta para que toda esa gente recobre la salud mental, para que se acepte a sí misma en las terribles circunstancias?

Los mensajes contradictorios y las medidas restrictivas confusas y cambiantes se han ido repitiendo semana desde el inicio de la pandemia y al cabo de tantos meses conviviendo con el virus, otro virus, el del cansancio y el aburrimiento, ha contagiado a muchos ciudadanos. Es la fatiga pandémica, ese hartazgo que sentimos ante una crisis sanitaria que se alarga en el tiempo y a la que no se le ve fin. Pero ese cansancio no solo provoca depresión, ansiedad o hastío, sino que también genera una enorme  tendencia a desconfiar de todos los mensajes que llegan y a rebelarse contra ellos. Parece insólito que puedan cruzarse tantos vaticinios negativos, pero es lo que hay. Ni siquiera en las películas más catastrofistas se podía adivinar.

La industria del miedo no solo cotiza en Bolsa, sino que está incrementando las ganancias día tras día: se producen vacunas, gel, mascarillas, equipos de protección, máscaras con filtro de partículas, equipos para UCIs, pantallas faciales, etc. Sabemos que se ha invertido mucho en todo esto, y las ganancias serán magníficas.

martes, 16 de noviembre de 2021

El Telde de Luis Arencibia, y Loueila Mint




No me gustan demasiado los honores póstumos, me pareció un tanto extravagante que el ayuntamiento capitalino declarase a Benito Pérez Galdós Hijo Predilecto de la ciudad justo cuando se cumplía cien años de su muerte. Pues bien: Luis Arencibia Betancor fue un escultor, pintor y diseñador urbano nacido en Telde, hijo del también artista José Arencibia, y cultivado en Leganés, ciudad obrera en el sur de Madrid. Luis vivía tan inmerso en su trabajo que no conocía a varios de los artistas canarios que viven en la capital del Estado, y en nuestra etapa de la Casa de Canarias los puse en contacto a unos y a otros. Él visitó nuestro chalecito de Torrelodones, siempre acompañado por el activo y valeroso cronista, Antonio María González Padrón, aquellos fueron encuentros entrañables. Telde recibió un importante legado en obras de arte ejecutadas por Arencibia, y entre ellas el Neptuno de Melenara, verdadero icono del litoral al que le dedicamos un libro que el ayuntamiento teldense publicó en 2007.

Ahora se honra a aquel hombre humilde que hizo tantas cosas, nombrándolo Hijo Predilecto. Bien está lo que acaba bien, y la celebración en la ermita de San Pedro Mártir fue muy concurrida. Él fue un luchador por la estética y por las libertades, y tanto en Leganés como en Telde hizo mucho por mejorar los espacios públicos. El museo de Escultura de Leganés ya lleva su nombre, y hay que visitar el retablo del altar mayor de la Parroquia Matriz de San Agustín en Vegueta, numerosas obras en su ciudad natal, y el busto de Fernando León y Castillo en el Senado. Además publicó dos libros de cuentos e ilustró los poemarios Locos (Leopoldo María Panero, 1992) y Manual de oscuridades (Luis Alberto de Cuenca, 2012). Recuerdo la agitada presentación de Locos, en la Casa Museo León y Castillo de Telde, cuando resistí las interrupciones de Panero y me felicitaron por ello.

Si hay un espacio en el cual nos da la impresión de que no se ha realizado la transición democrática es el mundo jurídico. Un aparato poco eficiente en el cual las decisiones atropellan el mínimo sentido común, que, como se suele decir, muchas veces es el menos común de los sentidos. Nos sorprenden los ilustres togados con decisiones insólitas.

               Loueila Mint El Mamy, nacida en el Sáhara español, que vive fuera de allí desde los 8 años, licenciada en Derecho por La Laguna y que ejerce en los tribunales desde su inicio profesional, ha recibido la negativa gubernamental para obtener la nacionalidad “por falta de arraigo.” Lleva 21 años en España, pagando impuestos, siendo abogada, y luchando por la asistencia jurídica a los inmigrantes. Ha dado a conocer su caso, con los argumentos que la Abogacía del Estado aduce ante la Audiencia Nacional para oponerse al recurso con el que impugna que se le deniegue el pasaporte. Sostienen los letrados del Estado que la abogada canaria no ha acreditado "suficiente grado de integración en la sociedad española", lo que, detallan, significa "participar activamente en la sociedad española desarrollando una actividad social de convivencia". Y añaden: "Tampoco acredita observar una buena conducta cívica, que no es lo mismo que, negativamente, la ausencia de mala conducta cívica". La pregunta es simple: ¿Quién impide que le den la nacionalidad a esta mujer: el consulado de Marruecos, los intereses creados, la pervivencia de un sustrato de intolerancia en nuestra legislación o el olvido de nuestros deberes hacia el Sáhara? ¿Cómo se atreven a decir que su actividad profesional supone una “mala conducta cívica”? Una suma de disparates.

jueves, 11 de noviembre de 2021

3 poemas de Cristina Peri Rossi

 


 POEMA SIGUIENTE

La pasión 

Salimos del amor
como de una catástrofe aérea
Habíamos perdido la ropa
los papeles
a mí me faltaba un diente
y a ti la noción del tiempo
¿Era un año largo como un siglo
o un siglo corto como un día?
Por los muebles
por la casa
despojos rotos:
vasos fotos libros deshojados
Éramos los sobrevivientes
de un derrumbe
de un volcán
de las aguas arrebatadas
Y nos despedimos con la vaga sensación
de haber sobrevivido
aunque no sabíamos para qué.


Erótica

Tu placer es lento y duro
viene de lejos
                     retumba en las entrañas
como las sordas
sacudidas de un volcán
dormido hace siglos bajo la tierra
y sonámbulo todavía

Como las lentas evoluciones de una esfera
en perpetuo e imperceptible movimiento
                     Ruge al despertar
despide espuma
arranca a los animales de sus cuevas
arrastra un lodo antiguo
y sacude las raíces

Tu placer
lentamente asciende
envuelto en el vaho del magma primigenio
y hay plumas de pájaros rotos en tu pelo
y muge la garganta de un terrón
extraído del fondo 
como una piedra.

                     Tu placer, animal escaso.


Afrodita

Y está triste
como una silla abandonada
en la mitad del patio azul
Los pájaros la rodean
Cae una aguja
Las hojas resbalan
sin tocarla
          Y está triste
en mitad del patio
con la mirada baja
los pechos alicaídos
dos palomas tardas
Y un collar
sin perro
en la mano

            Como una silla ya vacía.

miércoles, 10 de noviembre de 2021

Poemas de Julio Cortázar para Cristina Peri Rossi, Premio Cervantes 2021

 


Cinco poemas para Cris

I

Ya mucho más allá del mezzo
«camin di nostra vita»
existe un territorio del amor
un laberinto más mental que mítico
donde es posible ser
lentamente dichoso
sin el hilo de Ariadna delirante
si espumas ni sábanas ni muslos.

Todo se cumple en un reflejo de crepúsculo
tu pelo tu perfume tu saliva.
Y allí del otro lado te poseo
mientras tú juegas con tu amiga
los juegos de la noche.

II

En realidad poco me importa
que tus senos se duerman
en la azul simetría de otros senos.
Yo los hubiera hollado
con la cosquilla de mi roce
y te hubieras reído justamente
cuando lo necesario y esperable
era que sollozaras.

III

Sé muy bien lo que ganas
cuando te pierdes en el goce.
Porque es exactamente
lo que yo habría sentido.

IV

La justa errata
habernos encontrado al final del día
en un paseo púbico.

V

Me gustaría que creyeras
que esto es el irrisorio juego
de las compensaciones
con que consuelo esta distancia.
Sigue entonces danzando
en el espejo de otro cuerpo
después de haber sonreído
apenas
para mí.


Otros cinco poemas para Cris

I

Todo lo que precede es como los primeros momentos
de un encuentro después de mucho tiempo:
sonrisas, preguntas, lentos reajustes.
Es raro, me pareces menos morena que antes.
¿Se mejoró por fin tu tía abuela? No, no me gusta
la cerveza. Es verdad, me había olvidado.

Y por debajo, montacargas de sombra, asciende despacio otro
presente. En tu pelo empiezan a temblar las abejas, tu mano
roza la mía y pone en ella un dulce algodón de humo. Hueles
de nuevo a sur.

II

Tienes a ratos
la cara del exilio
ese que busca voz en tus poemas.

Mi exilio es menos duro,
le sobran las defensas,
pero cuando te llevo de la mano
por una callecita de París
quisiera tanto que el paseo se acabara
en una esquina de Montevideo
o en mi calle Corrientes
sin que nadie viniera
a pedir documentos.

III

A veces creo que podríamos
conciliar los contrarios
hallar la centritud inmóvil de la rueda
salir de lo binario
ser el vertiginoso espejo que concentra
en un vértice último
esta ceremoniosa danza que dedico
a tu presente ausencia.

Recuerdo a Saint-Exupéry: «El amor
no es mirar lo que se ama
sino mirar los dos en una misma dirección».

Pero él no sospechó que tantas veces
los dos mirábamos fascinados a una misma mujer
y que la espléndida, feliz definición
se viene al suelo como un gris pelele.

IV

Creo que no te quiero,
que solamente quiero la imposibilidad
tan obvia de quererte
como la mano izquierda
enamorada de ese guante
que vive en la derecha.

V

Ratoncito, pelusa, medialuna,
caleidoscopio, barco en la botella,
musgo, campana, diáspora,
palingenesia, helecho,
eso y el dulce de zapallo,
el bandoneón de Troilo y dos o tres
zonas de piel en donde
hace nido el alción,

son las palabras que contienen
tu cruel definición inalcanzable,
son las cosas que guardan las sustancias
de que estás hecha para que alguien
beba y posea y arda convencida
de conocerte entera,
de que sólo eres Cris.