martes, 28 de octubre de 2014

El ángel custodio


Una isla es un territorio repleto de electricidad que viene desde abajo, que se sustancia hacia el aire. Así nos muestra la insignificancia de lo que somos en el enorme cosmos pero a la vez nos aporta la potencia de sentirnos tan pegados a la tierra y ser viento, criaturas errantes con poca base. Tal vez por eso tengo pesadillas. Anoche se me apareció una mujer con la apariencia de un ángel custodio, similar a una estatua de mediados del XVI, en pleno esplendor del arte de Flandes, una talla de madera policromada que debió venir a las islas a cambio de una partida de azúcar, las islas enviaban azúcar a Europa y a cambio venían tejidos, manufacturas, objetos artísticos. Lo cierto es que se trata de una imagen cuya conservación es bastante buena. La joven desciende del altar como una sombra y adquiere forma humana, siento su respiración, escucho el leve aleteo de sus pasos, su mirada es profunda, su perfume es de jazmín. Cuando era chico fui monaguillo, me gusta todavía el aroma del incienso y de las flores frescas, en especial las azucenas de la Dolorosa. Lo desempeñé solo un par de años, hasta que me entró la crisis de la fe y no quería repetir latinajos que no entendía. Lo bueno era gozar el vino dulce y los recortes de obleas sobrantes de las comuniones. Pero aquello no era lo mío. Al cura no le sentó bien que careciese de ganas para ir al seminario, la universidad de los pobres por entonces, la salida más coherente para la falta de medios de mi familia. Pero yo, erre que erre, me empeñé en llegar a la universidad por mis propios medios. Me gustaban las imágenes armoniosas, las tallas de Brabante eran mis preferidas: vírgenes agasajando al divino infante, los apóstoles con toda su gallardía. Pero el altar mayor, visto por detrás, era un decepcionante caparazón de madera hurgado por las termitas. En verano, transformadas en insectos voladores, revoloteaban en tropel. ¿Tienen razón los protestantes cuando afirmaban que no es bueno adorar objetos terrenales, ídolos que entrañan la superstición? No sé, estoy en un mar de dudas. Siento que ya no tengo ángel de la guarda.

lunes, 27 de octubre de 2014

El autor y los libros (ante la inminente demolición de una Biblioteca Pública en Las Palmas)


Mientras pende con fuerza la vergonzosa sentencia de derribo sobre la Biblioteca Estatal de la ciudad de Las Palmas, en el Día de las Bibliotecas un compañero me pregunta por los libros que tengo y la manera en que he ido seleccionando mis lecturas. Si la dinamita y los tractores llegan a derribar este símbolo cultural de una ciudad alicaída, tendremos que replantearnos muchas cosas, mucho tendremos que analizar acerca de los fundamentos de la sociedad en la que vivimos, en la que el ideal depredador, el dinero y los individualismos priman sobre el resto. Y ahora he de precisar que, naturalmente, un escritor no solo se define por lo que escribe, no solo por lo que emborrona, no solo porque a veces se divierte escribiendo, no solo porque corrige hasta la exasperación lo que va a publicar sino que también se define por lo que lee y por los libros que ha ido acumulando. Estamos hablando, claro, de libros en papel, no de libros virtuales. Porque, si bien a las nuevas generaciones le van los libros electrónicos, espero que los libros de siempre puedan ser guardados todavía muchos años en las bibliotecas y en las estanterías. Es que el progreso es acumulativo, y no al revés. Los inventos que los humanos han ido construyendo no se anulan mutuamente, sino que se complementan. El libro electrónico no ha de anular al libro tradicional, de la misma forma que el automóvil no extinguió a la bicicleta, ni la radio mató al periódico, ni la televisión mató a la radio, ni el whatsapp ha de matar al libro, a pesar de que en nuestra civilización todo está montado para fabricar ciudadanos sin cerebro, encumbrar la distracción vacía y erradicar el pensamiento. Con todo ello, la banal y pérfida TV ha hecho resucitar a la radio, particularmente en nuestro país.

Y, al cabo de los años, uno no puede dejar de aceptar aquella frase que un día lejano me dijo Miguel Delibes cuando le hacía una entrevista: “un escritor es hijo de cien padres.” Efectivamente, al cabo de los años uno tiene la conciencia de que ha leído algunos libros imprescindibles por su calidad o por su oportunidad, pero en otros casos da la impresión de que casi por azar los libros lo han elegido a uno como lector. Cada libro, sobre todo si es bueno, deja alguna huella en el alma del escritor. Y eso que llaman estilo se irá fraguando de manera lenta y progresiva a lo largo del tiempo.

A finales de los años 60, mientras estudiaba Derecho en La Laguna y me involucraba mucho más en los estudios y la práctica del periodismo, estaban en boga los autores latinoamericanos del boom, que tanto me enseñaron. ¿Cómo no dejarse seducir por Alejo Carpentier, García Márquez, Vargas Llosa, Cortázar, Carlos Fuentes, Borges, Sábato, Onetti, Rulfo y un largo etcétera? Existían proximidades de lenguaje y de sentimiento, nuestro carácter casi latinoamericano forjado en la emigración de ida y vuelta me empujaron a leer ávidamente cuanto venía de la otra orilla. Y, casi paralelamente, admiré el grupo de escritores del existencialismo francés, con el gran Albert Camus a la cabeza, y el siempre disidente Sartre, y su Simone de Beauvoir para completar. Y qué decir de la gran Generación Perdida norteamericana, toda esa exquisitez y esa furia que va desde Faulkner a Steinbeck, Dos Passos, Scott Fitzgerald, Hemingway… ¿Y cómo no elogiar autores tan clásicos como Homero, Flaubert, Proust, Dostoievski? Y en poesía ¿cómo no amar a los griegos Kavafis, Seferis, Elitys, Ritsos, a los que quizá admiro por ser tan insulares?

Uno leía a salto de mata, de manera obsesiva, con una avidez total, en la época lagunera Juan Cruz y yo intercambiábamos libros. Otras veces, los libros se quedaban en el camino. Ya se sabe que libro prestado, libro perdido. Más de una vez compré Cien años de soledad y más de una vez me quedé sin él por haberlo prestado. Y se colaban, claro está, autores europeos como Kafka, Cesare Pavese, Italo Calvino, Samuel Beckett, más tarde Milan Kundera, Margueritte Yourcenar, hasta llegar a gente universal de ahora mismo como Murakami, Amos Oz, Philip Roth, Coetzee. Autores españoles siempre los hubo, en mayor o menor medida, desde las lecturas casi obligatorias de Pérez Galdós y Cervantes hasta llegar a Sánchez Ferlosio, Luis Martín Santos, el enorme Gonzalo Torrente Ballester, Carmen Laforet, Cela, Miguel Delibes, Juan Marsé, Antonio Muñoz Molina, Ana María Matute, ciertas obras de Javier Marías. Me doy cuenta de que he leído a pocas mujeres, son pocas pero tan significativas como Virginia Woolf, la Yourcenar, Marguerite Duras, la propia Ana María Matute. Ciertamente, en la novela y el ensayo son minoritarias las mujeres, no así en la poesía. En el caso de Canarias, las mujeres han estado agazapadas hasta hace 15 o 20 años, solo desde entonces contamos una explosión de talentos femeninos, incluso en la narrativa.

He pretendido y todavía pretendo hacer una literatura con raíces, las islas están en el mundo pero desde aquí hay una mirada diferente sobre el mundo. De ahí que sigo pensando en el valor pionero que tuvo Agustín Espinosa, para mí el mejor escritor surrealista español. Y también han estado en mi mesilla de noche Pedro García Cabrera, Agustín Millares Sall, Pedro Lezcano, y la legión de narradores, desde Isaac de Vega y Rafael Arozarena a compañeros de generación. Es tanto y tan bueno lo que se ha publicado en la historia de la literatura universal que, lamentablemente, no llegaré a conocer ni al cinco por ciento de los mejores. A veces uno duda de si vale la pena escribir cuando algunos han alcanzado tal nivel de excelsitud. Pero siempre he tenido claro que cada cual, yo incluido, tiene un compromiso que no puede rechazar: hacer su propia obra. Aunque uno nunca llegue a ser Galdós ni cosa que se parezca, hay que seguir escribiendo hasta que llegue la despedida final. Tras la cual vendrá el inevitable olvido, como le sucede a todo hijo de mujer. El destino de los que escriben es padecer una inevitable melancolía por esas grandes obras que nunca escribimos, porque en definitiva nos sabemos perdedores frente a la muerte. Pero pequeños triunfos hemos tenido y, en todo caso, ¡que nos quiten lo bailao!
 
(Fotos de la Biblioteca del Estado en Las Palmas, cuya demolición es inminente)

viernes, 24 de octubre de 2014

4 poemas de Yannis Ritsos

Yannis Ritsos fue un poeta griego de la generación del 30, que vivió entre 1909 y 1990. Es uno de los tres grandes de su grupo generacional junto con Elytis y Séferis, los cuales sí recibieron el Premio Nobel. De ideas comunistas, recibió el Premio Lenin de la Paz. Por su militancia política su obra fue prohibida varias veces en su país, especialmente durante las dictaduras de Metaxas y Papdopoulos. Su obra más importante es Grecidad, la cual fue musicada por Theodorakis.



Detrás del olvido
Lo único sólido que de él quedó fue su chaqueta.
La colgaron allí, en el armario grande. Fue olvidada.
Se pegó al fondo, detrás de nuestras ropas de verano, de invierno,
- nuevas cada año, para nuestras necesidades nuevas -. Hasta que,
un día, llamó nuestra atención - puede que por su color extraño,
puede que por su anticuado corte -. Sobre sus botones
había tres imágenes, iguales y redondas:
el muro del fusilamiento, con cuatro agujeros,
y alrededor, nuestro remordimiento.

Piedras
Llegan y se van los días, sin plan y sin sorpresas.
Las piedras se empapan de luz y de memoria.
Hay uno que coloca una piedra por almohada.
Otro que, antes de bañarse, deja su ropa debajo de una piedra,
que no la lleve el aire. Otro que usa una piedra por escaño
o mojón en su huerto, el cementerio, el establo, el bosque.
Tarde, tras la puesta del sol, al volver a casa,
cualquier piedra de la playa que pongas en tu mesa
es una estatuilla - una pequeña Niki, o el perro de Artemisa -,
y esa piedra en que a mediodía un joven posó sus pies mojados,
es un Patroclo, con pestañas cerradas y sombrías.

Teatro antiguo
A mediodía, cuando se encontró en el centro del antiguo teatro,
aquel joven griego, seguro de sí mismo,
tan hermoso como sus antepasados,
lanzó un grito (pero no de admiración; admiración
no sintió en absoluto, y si la hubiera sentido,
no la demostraría de seguro); simplemente, un grito,
puede que de la alegría indomable de su juventud,
o para probar la resonancia del lugar. Enfrente,
de lo alto de los acantilados, el eco contestó
- el eco griego que ni imita ni repite,
sino que sencillamente continúa, desde altura incalculable,
el eterno clamor del ditirambo. -

El día de un enfermo
Todo el día, un olor a tablas podridas, húmedas
- se secan y humean al sol. Los pájaros
miran un momento por los tejados y se van.
Por la noche, en la vecina taberna, se reúnen los sepultureros,
comen pescado frito, beben, cantan
una canción con muchos agujeros oscuros. -
Desde allí adentro, comienza a soplar un viento suave
y tiemblan las hojas, las luces y el papel de los anaqueles.

(Traducción de Juan Ruiz de Torres)

miércoles, 22 de octubre de 2014

Somos monstruos, no solo en Halloween

Ahora que viene la fiesta de los disfraces terroríficos, ahora que nos aproximamos a la noche en que buena parte de las culturas conmemoran a los difuntos, hemos de reconocer que estamos rodeados de monstruos muy impactantes y siniestros a lo largo de todo el año. Por ejemplo, personajes de la vida pública en la que teníamos depositada nuestra presunción de honorabilidad, a ellos les habíamos otorgado la máxima confianza por sus trayectorias ejemplares al servicio de toda la comunidad. ¿Qué otra cosa podríamos decir de gente como Blesa, Rodrigo Rato, el clan de los Pujol, Urdangarín y el largo etcétera todos los cuales se siguen paseando impunemente entre las gentes de bien a las que defraudaron gravemente?

Los monstruos se nos han colado debajo de la mesa y ahora asoman sus siniestras tarjetas opacas, sus pelotazos, los miles de euros de sus copiosas cenas y sus visitas a las casas de masajes, sus viajes cinco estrellas, sus risas y cuchufletas ahora que los desahucios se incrementan y muchas familias que un día lejano integraron la clase media han de ir a comer cada día en Cáritas. Y no pasa nada. Debe ser que este es el país de la amnesia, y más allá de los titulares escandalizados de los periódicos, aquí no dimite nadie, aquí nadie afronta sus responsabilidades ni sus culpas, aquí todo el mundo dispara con pólvora ajena y santas pascuas aleluya. Y por eso nos quedamos tan contentos, con las triunfales expectativas del partido en el gobierno, que nos señala a la cabeza de la ¿recuperación? de la economía en toda la eurozona, con un crecimiento mucho más espectacular y sustancioso que los que puedan alcanzar Alemania, Francia y todo el resto. Allá Montoro y Guindos con sus euforias que pocos han de creer.

El país necesita héroes y heroínas que tengan la casta de Teresa Romero, la infectada del ébola que ha luchado y todavía luchará bravamente contra todos los presagios, contra ese monstruoso virus que se le coló en su organismo porque las cosas se hacen precipitadamente, sin entrenamiento, sin formación, y encima acusándola de cosas bastante graves sin que al consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid le hayan cortado su lengüita jactanciosa. La brava Teresa a la que le mataron el perro porque somos un pueblo de chapuzas e ignorantones que aplican los reglamentos con su manera estrecha de entender el mundo. Teresa Romero es un símbolo de la capacidad de pelea y de resistencia que tiene el pueblo llano frente a los desalmados. Porque el pueblo llano no es tan lelo como parece, el pueblo llano es capaz de desarrollar anticuerpos frente a todos los virus, frente a todas las corrupciones actuales y las que han de venir. Por cierto: el New York Times ha elogiado a Cuba por ser el único país conocido que manda médicos a África a fin de poder atajar en el terreno el avance del temible virus del ébola. Debe ser que el resto de los países están ocupados en mirarse el propio ombligo.

Esta fecha que se avecina, justo para la semana que viene, era extraña entre nosotros hasta hace poco tiempo. Teníamos lo de la Noche de Finados, que se celebraba en los pueblos sobre todo con castañas asadas y anís o vino dulce para los frescos otoñales. Pero EEUU nos contagia con su poderosa maquinaria, y de este modo la víspera de Todos los Santos o Noche de Brujas en la cultura de los celtas se ha introducido fieramente entre nosotros, una especie de carnaval algo tétrico que convoca aquí y allá a la muchachada con ganas de emociones alcohólicas. Tal noche como esa se fraguó en Madrid la muerte de varias jovencitas que participaban en una megafiesta para la que no había medidas de seguridad ni servicios médicos ni tampoco el auxilio de la policía local, y cuyos responsables siguen por ahí vivitos y coleando, sin mayores explicaciones. Como suele suceder, los procedimientos judiciales aquí son lentos y el pueblo duda del sentido de los responsables de dictar sentencias.

               El calendario de las conmemoraciones próximas se impone no solo en EEUU, Canadá, Irlanda y Reino Unido sino también en zonas del mundo latinoamericano y en gran parte de España, y por ello en la noche del viernes 31 habrá fiestas de disfraces, la proclamación del truco o trato, la rememoración de las tradiciones de las brujas que asustaban a nuestros vuelos en los tiempos en que no había luz eléctrica en los caseríos, el relato de historias de miedo y la programación de películas de terror en las cadenas de televisión. Del mismo modo Papá Noel tiene casi perdida la batalla ante el poderío de Santa Claus, a quien los niños ya denominan simplemente Santa, tal como nos enseñan las películas hechas allá, que dominan la programación en las fiestas navideñas, para las que apenas faltan un par de meses. Pero, con respecto a la noche de Halloween, humildemente creo que ahora ya no es preciso invocar los mundos terroríficos ni las películas de miedo, porque la realidad de cada día nos aporta suficientes sustos que tal vez nos dificulten aquello de dormir a la pata llana, sin agobios ni preocupaciones por la estricta actualidad, sabido es que los humanos tenemos suficiente capacidad de enredar las cosas.

sábado, 11 de octubre de 2014

Nuestros nietos vivirán en el espacio



No cabe duda de que para librarse de la especulación financiera, arma de destrucción masiva, del contagio del ébola que gestionó la ministra eficiente, para huir de la saga de los Pujol y Urdangarín, de los sinvergüenzas de CajaMadrid que se dejaban 500 euros en una cena pagando con tarjeta opaca, de los políticos y de tantas otras chapuzas, deberíamos irnos a vivir en la estratosfera. Lo que parecía ciencia ficción ya no lo parece tanto, pues los especialistas en movimientos demográficos de la ONU señalan que hacia el 2100 habrá 11.000 millones de habitantes, frente a los 7.200 millones de ahora. Lo que se avecina, si no cambiamos los hábitos, no es esperanzador, pues en los países desarrollados se malgasta y en el Tercer Mundo se produce una disonancia entre la dilapidación de recursos naturales y el aumento en la demanda de su utilización.

Se estima que la población de Asia, ahora con 4.400 millones, alcanzará un máximo de 5000 el año 2050 y luego empezará a descender; América del Norte, Europa y América del Sur y el Caribe estarán en menos de mil millones cada una. El incremento será en África, cuya población se cuadruplicará en este mismo siglo, pasando de los 1.000 millones actuales a los 4.000, sobre todo en la enorme zona subsahariana. Allí las mujeres siguen teniendo mucha descendencia, una media de casi cinco hijos,  y ello está condicionado por el acceso insuficiente a los anticonceptivos. El aumento de los habitantes en los países con alta natalidad plantea grandes retos, desde el agotamiento de los recursos al desempleo y la inestabilidad social, además el proceso tendrá implicaciones sociales y políticas como el uso y disfrute del agua, el saneamiento de las ciudades, la salvaguarda de las cosechas. Este disparo de la población podría moderarse invirtiendo en educación y programas de planificación familiar como los que existen en la India. También Canarias está superpoblada, salvo La Palma, La Gomera y El Hierro, islas de población envejecida.

Todo lo que parecía irreal hace cincuenta años se ha quedado tan obsoleto como los móviles de primera generación. Así, los científicos del centro de investigación Ames de la NASA han apuntado que los seres humanos podrán vivir en “ciudades espaciales” colocadas en la órbita terrestre a finales de este siglo. A su juicio es mejor solución que irse a poblar otro planeta.

Dado el hecho probable de que el planeta agote sus recursos o se vea perturbado por las consecuencias del cambio climático, con la subida de nivel de los océanos y la pérdida de especies vegetales y animales, el debate está servido entre quienes preconizan la necesidad de conquistar nuevos espacios para los humanos cara a un futuro próximo. Algunos técnicos piensan que sería posible humanizar planetas hostiles como Marte, fabricando allí una atmósfera similar a la de la Tierra, generando agua y disponiendo bosques, pero ese proceso llevaría cientos de años y los “pioneros” que se apuntasen jamás podrían regresar a la Tierra originaria. Aunque ya hay listas de espera para esa colonización de Marte, miles de voluntarios, la cosa tendrá que esperar.

Los partidarios de esas ciudades “flotantes” piensan que la solución que preconizan ha de ser viable cuando disminuya el coste que supone llegar al espacio mediante los cohetes actuales, siempre que no se desate una conflagración global se podrán construir enormes hábitats flotantes y los humanos podrán llegar a esas colonias espaciales  casi con la misma facilidad con que hoy se viaja a Nueva York. El precedente de la estación internacional que orbita la Tierra es el mejor exponente sobre la viabilidad de este proyecto. Lógicamente, en una primera fase, dada la carestía del plan, se ha de mantener la cooperación internacional. Ahí ya empiezan las dificultades.

También se ha de mejorar el soporte vital, ya que una colonia espacial ha de ser autosuficiente, con energía solar. “Sería un asentamiento como un pueblo o ciudad aquí. Un lugar para vivir, criar a los hijos y donde los amigos y familiares puedan celebrar juntos la cena de Acción de Gracias, la Navidad o de Año Nuevo, y visitar la Tierra en vacaciones. Allí los niños crecerán con músculos más fuertes, por lo que, incluso si pasan un tiempo prolongado en el espacio exterior, sin gravedad, podrán viajar a la Tierra”. Esto es lo que dicen los portavoces en el diario británico Daily Mail.

Claro que estas “colonias espaciales” no están exentas de riesgos. Por ejemplo, necesitarán un fuerte blindaje que las proteja de los rayos cósmicos y solares nocivos. Aunque el espacio es inmenso, existirá la posibilidad de que impacten elementos de la basura espacial, restos de satélites, material en desuso. El choque con meteoritos parece más lejano, pero podría suceder. Pero, dado que somos una especie agresiva, no lo tenemos tan fácil. ¿Cómo eliminar las tensiones de convivencia en esas estructuras? Si la gente de la Tierra dejara de matarse y el dinero que se emplea en armas lo utilizara en esos asentamientos sería más viable. Claro que también hay quienes opinan que todo esto de las colonias fuera de la Tierra sería una solución para los más poderosos, los ricos serían establecidos allá arriba y verían la maravillosa imagen del Planeta Azul mientras que “la plebe” estaría condenada a sobrevivir aquí abajo. Meternos en una burbuja en el espacio puede ser tan peligroso como vivir en el Bronx o en cualquier barrio conflictivo de una gran ciudad. ¿Habrá claustrofobia, hará falta una legión de psicólogos y psiquiatras?

jueves, 9 de octubre de 2014

Día de premios: el Nobel para un francés, el Nacional de Poesía para un andaluz

Hoy, jueves 9 de octubre, es un día de premios. De un lado el novelista francés Patrick Modiano gana el Nobel de Literatura, (como suele suceder fallaron los pronósticos que situaban al ganador en el trío Philip Roth-Haruki Murakami-Milan Kundera) y de otro lado el andaluz Antonio Hernández, nacido en 1943, poeta memorialista, poeta regionalista, gana por segunda vez el Premio Nacional de Poesía gracias a su último libro, “Nueva York antes de muerto.” Como breve muestra de su quehacer reproducimos aquí dos de sus poemas:

ESCALOFRÍO

                      (A mi nieto)

Jazmín, ruiseñor y fuente.
La plaza de Santa Marta.
La Giralda desde el arco
chico del Patio Banderas.
Saber que no existe Dios
mas se hace el encontradizo.
Dar gracias por esa luna
narcisista por el río.
Sin soñar, ser sueño aparte.
Y joven contra natura:
que no importe haberlo sido.
Por La Palmera gritar:
"¡Viva el Betis manque pierda!"

ANDALUCÍA
 
Me quedé en ella porque era hermosa
y necesitaba su alegría. Nunca
se puede ocultar al corazón
lo que han visto los ojos. Nunca
la alegría del canto. (Repetidamente)
fui viviendo en sus cosas y aprendí…
por los ríos, el amor; por un pájaro,
el desvelo de la paz; por las nubes ligeras,
la forma de evitarme algún recuerdo.

Todo estaba limpio por sus tierras
Hasta los pobres, en vez de dolor,
de una seguridad insuficiente hablaban.
Hasta los jornaleros, en vez de justicia,
resignación decían. Era un modo
de ahuyentar la tristeza. Se conformaban
con lo que les venía desde arriba,
y con un cante que nació en las raíces
de su pena y fue extendiéndose a las ramas
del mundo, como al amanecer la luz.

Cada día iba aprendiendo más: que el vivir
no es un ave que pasa, sino un pozo
que queda allí para el que necesite beber,
que el que lleva una tierra clavada en las entrañas
vale más que haber posado un continente entero,
que morir por los brazos de una madre
es la gran solución para santificarse.

Andalucía era limpia, y por eso
al renacer en ella, al darme cuenta
que no solo de fiestas se trataba
defendí su ilusión de más de mil dolores,
apoyé a la alegría cunado enmascaraba tristeza
robé a todo lo hermoso cuanto pudo mi amor.

No. No era un vino o una guitarra la escena.
Era lo que quedaba dentro de cada uno oculto,
la alegría, quizá, le costaba la sangre
a aquellas tierras de secanos cuando
un campesino alzaba como un Dios
su ronquido total, su enorme queja,
su gran desolación vestida de colores

miércoles, 8 de octubre de 2014

Queda un mes para ejercicios en la cuerda floja: el derecho a decidir

Tranquilos, que al paso que vamos ya pronto igualaremos a Venezuela o Pakistán en cuanto a los índices de corrupción y a Guinea-Conakry en cuanto a la gestión del ébola, somos un país de chapuzas sin igual. Lo de Bankia nos ofrece la oportunidad de comprobar que todos somos capaces de corrompernos seamos de PP, PSOE o incluso la supuestamente íntegra Izquierda Unida, basta con que nos den la oportunidad de acercarnos a la fuente que mana y corre para beber el elixir de la felicidad en forma de tarjeta opaca. Qué gran ejemplo el de la intachable banca española, que sigue desahuciando a ancianos indefensos y familias sin trabajo mientras sus prebostes pagaban su caviar y sus putas de lujo con tales artimañas. Y sin olvidar el escándalo de la dinastía Pujol y las declaraciones de la presidenta del Círculo de Empresarios cuando afirma que contratar a mujeres que puedan quedarse embarazadas es un problema nacional, si a ello añadimos la deriva soberanista, un pasito adelante y un pasito hacia atrás como en el baile de la yenka, nadie sabe lo que va a pasar dentro de un mes mientras los trapecistas se siguen ejercitando en la cuerda floja y sin red. Y Aznar meditando si vuelve al ruedo, igual que lo va a hacer su amigo Sarkozy.

Del 9 de octubre al 9 de noviembre va a ser un mes excesivamente largo si lo seguimos con la agenda en la mano, las recusaciones, los pactos entre bastidores, alguna que otra indefinición, la campaña puerta a puerta del independentismo, como si esos agentes estuvieran ofreciendo las rebajas de otoño de las grandes superficies o el nuevo catálogo de Ikea. El pulso sigue en pie pero los titulares de prensa ya cansan igual que las tertulias, los análisis, la proyección de las encuestas que dicen esto y lo otro, ya se sabe que las encuestas las carga a su favor el ente que las convoca, y como pronto habrá movimientos electorales, la cosa se anima. La penúltima señala un grave deterioro del bipartidismo cara las elecciones previstas para el año que viene, noticia estrella que tal vez nos pondría en manos de gobiernos inestables al modo italiano pero que, en todo caso, serían más interesantes que las peligrosas mayorías absolutas.

Aunque tal vez ellos no se hayan dado mucha cuenta, empeñados como están en sus guerras internas, a los profesionales de la política les va llegando la hora. Queda poco tiempo para actuar y necesitaríamos conocer el perfil de los candidatos para el mes de mayo y para el otoño, si son caras viejas, si son caras nuevas de los meritorios. En medio está el desencanto de muchos ante quienes no supieron atajar la podredumbre, sino tolerarla o incrementarla. No es raro que Podemos continúe subiendo en las encuestas, incluso que dé un buen salto en Cataluña. Y en esta tesitura, hasta el Financial Times, biblia de los negocios desde la City londinense, opina que España debe alejarse del riesgo del choque de trenes. La cuestión catalana se está convirtiendo en un conflicto de identidad envenenado que pronto no tendrá ningún ganador, pues la intransigencia de Madrid y el aventurerismo en Barcelona acabarán mal.

Pero ya sabemos que ni las encuestas ni los vaticinios valen, como en el fútbol, solo cuentan los resultados. Si Rajoy llegara a pasar a la historia por haber contribuido a que Cataluña se desgaje, flaco favor sería para él. Su pasividad ha sido tan torpe que solo supo hablar de la “algarabía” de las calles catalanas. Si Artur Mas se arriesga a declarar unilateralmente la independencia al estilo Kosovo tampoco le sería cómodo administrar ese triunfo, habría que ver cuántos países reconocerían esa situación que encendería demandas parecidas en más de un territorio de la actual UE.

Nadie sabe qué pasará en los ejercicios de prestidigitación, nada por aquí, nada por allá hasta que sale un conejo de la chistera del mago. Hasta Paulino Rivero asoma con su consulta popular sobre las prospecciones petrolíferas, como si Soria no se la fuese a tumbar, qué delicado antagonismo el de estos dos próceres de la patria. Y en el caso catalán, acaso podría ser el propio Rajoy quien salvase a Mas, dándole un respiro. Ambos podrían haber llegado a un acuerdo para desencallar la situación, que asfixia al catalán, pero que también supone un problema para el gallego. El Gobierno central ha recurrido la Ley de Consultas Populares y el decreto para convocar el referéndum, pero podría haber sorpresas. El Constitucional podría anular el decreto de convocatoria del referéndum al considerar que la pregunta que se plantea es ilegal y está fuera del marco competencial. Pero al mismo tiempo, una de cal y otra de arena, los jueces ratificarían la Ley de Consultas Populares y abrirían la puerta a una reforma de la Constitución.

Tal vez Mas podría conseguir que el derecho a decidir fuese legal y, hasta, con el tiempo, celebrar su referéndum. Lo de ganarlo sería otra cuestión, lo de ver al Barsa jugando la Liga Catalana sería la cuadratura del círculo, a ver qué negocio iban a sacar las televisiones.

martes, 7 de octubre de 2014

La prosa mágica de Ana María Matute

Hay un territorio mágico por excelencia: el de la infancia, el de la fantasía primigenia, el del misterio de la vida. Este es el mundo que describió con maestría Ana María Matute, ("Olvidado Rey Gudú", "Primera memoria", "Los Abel", "Pequeño teatro", "Los hijos muertos", etc.) probablemente la mejor escritora española de los tiempos recientes, junto con Antonio Muñoz Molina y algunas obras de Javier Marías.
He aquí unos breves fragmentos de este libro hermoso:  "Nací cuando mis padres ya no se querían (...) Uno de mis recuerdos más lejanos se remonta a la noche en que vi correr al Unicornio que vivía enmarcado en la reproducción de un famoso tapiz. Con asombrosa nitidez, le vi echar a correr y desaparecer por un ángulo del marco, para reaparecer enseguida y retomar su lugar; hermoso, blanquísimo enigmático. Nunca supe por qué razón el Unicornio había intentado escapar del cuadro y durante mucho tiempo me intrigó, y aun me atemorizó después. Por aquellos días yo no debía de tener más de cinco años -quizá solo cuatro-, pero ese recuerdo tiene un lugar relevante entre los primeros de mi vida..."

lunes, 6 de octubre de 2014

"Ningún gobierno se ha ocupado de la cultura" (En Radio San Borondón)

“La cultura está en crisis porque  muchas más  cosas están en crisis” Esta es la opinión del escritor y periodista Luis León Barreto, quien en La Trapera de Radio San Borondón consideró que la producción cultural y el estado de salud cultural de este país están determinados por una variedad de factores, entre los que está la decisión del poder.
Entre estos factores, Luis León Barreto cita en primer lugar la consideración que de la cultura y las manifestaciones culturales se hace desde el poder, desde el gobierno, y, a su parecer, ni el gobierno actual, ni los que le han precedido, se han ocupado verdaderamente del bienestar de la cultura en sus diversas facetas. Por supuesto, asegura, que el aumento del IVA a la producción cultural (cine, teatro, libros)  tiene una gran influencia en este momento, ya que en época de crisis “lo primero que se recorta es la cultura”, pero la cultura es también una consecuencia de la educación y desgraciadamente, según afirma, existe en este país un fracaso escolar muy grande, a pesar del cual no ha existido nunca un pacto por la educación sino al contrario, cada vez que un partido político  toma el poder, desautoriza lo que hizo el anterior.

Considera también León Barreto que la destrucción, cada vez mayor, de la clase media que es la que determina, en su opinión, la viabilidad de la cultura, es de gran importancia. En los últimos tiempos, asegura, los medios de comunicación, que deberían informar de la realidad, nos venden optimismo pero la realidad nos demuestra que no es así. “Estamos expulsando a los jóvenes, a los mejor preparados, a los más educados, lo que desembocará en un desapego por la cultura cada vez mayor”, manifiesta, y considera injusto que en el conjunto de Europa sea solamente Alemania quien gane “esta tercera guerra mundial económica que nos están imponiendo”

Pero en otras épocas en las que no se ha tenido la percepción de escasez tampoco se han hecho las cosas bien, explica León Barreto. Los creadores están bastante abandonados, sin apoyo,  y el poder no manifiesta  interés por los elementos culturales. Históricamente, los déficits culturales de este país son muy importantes, estamos muy por detrás de muchos pueblos en cuanto a demanda de actividad cultural,  y  hay una falta de atención hacia esos valores, lo que no se percibe en otros países, concluye León Barreto.
 

jueves, 2 de octubre de 2014

"Las espiritistas de Telde" en el diario El País

El 30 de enero de 1981 el periódico El País publicó la siguiente información relativa al premio de novela Blasco Ibáñez, recién fallado en Valencia. La noticia tuvo eco en otros diarios de alcance nacional, como ABC, así como Radio Nacional, TVE (Telediario del mediodía), Telecanarias, etc.
"Con ese libro ya alcancé a tocar el cielo", me dije y dije muchas veces en los distintos medios de comunicación, pues la novela fue muy oportuna y tuvo un gran éxito de público y de crítica. Hasta ahora ha sido publicada en siete ocasiones, además de sus cinco traducciones.
Reproducimos la cubierta de la primera edición, publicada por Prometeo, Valencia, junio de 1981. Ese dibujo de una presunta "bruja" estaba destinado por la editorial a ilustrar un libro de cuentos del autor ruso Pushkin, pero se decidió que fuera la portada de "Las espiritistas". Prometeo era la editorial de los herederos de Vicente Blasco Ibáñez, importante novelista republicano español cuya casa en la playa de El Saler y cuya memoria fueron mancilladas por el franquismo.
"Mi novela es una mezcla de Polanski y de Alejo Carpentier, mezcla terror y ensoñación", se leía en esta información:

http://elpais.com/diario/1981/01/30/cultura/349657207_850215.html

miércoles, 1 de octubre de 2014

Crisis moral, populismos y nueva burbuja inmobiliaria (la de los chinos en España)



Dicen algunos filósofos que la vida es un eterno retorno, los acontecimientos siguen reglas estrictas que fuerzan una y otra vez a la repetición. Fue el alemán Friedrich Nietzsche quien planteó que no solo son los acontecimientos los que se repiten sino que también vuelven los pensamientos, sentimientos e ideas, vez tras vez, en una repetición infinita e incansable. En su célebre obra “Así habló Zaratustra” ya incidió en esta teoría. De acuerdo con este pensamiento, la vida es fugacidad, nacimiento, duración y muerte, no hay en ella nada permanente pero podemos recuperar la noción de permanencia si hacemos que el propio instante dure eternamente, no porque no se acabe nunca (lo cual haría imposible la aparición de otros instantes, de otros sucesos) sino porque se repite sin fin, uno de esos bucles de la nueva cultura audiovisual, un conjunto de imágenes que van y vuelven, van y vuelven hasta el infinito. En cierto modo, y aunque pueda parecer paradójico, Nietzsche consigue con esta tesis hacer de la vida lo Absoluto.

Ciertamente, cuando uno utiliza cualquier medio de comunicación se da cuenta de que hay situaciones que tienden a repetirse hasta la exasperación: la crisis económica (de cada década), la corrupción de los políticos (que suele resolverse en magníficas medidas de gracia por el partido del gobierno), la independencia de Cataluña (el ínclito Artur Mas se reencarnará de aquí hasta el final de los tiempos hasta que consiga convocar y ganar su referéndum), la escandalosa contratación de futbolistas por los equipos de primera división (sin que existan topes salariales como hay en algunos países próximos), la congelación de las pensiones (hasta que todos los ancianos que sobran vayan pasando al otro reino), la rebaja salarial que penosos organismos internacionales se empeñan en amarrar para nuestro país (única manera de que los empresarios empiecen a dar contratos-basura a diestro y siniestro), las ejecuciones sumarias de los yihadistas tan amantes de la decapitación de sus rehenes (sin que las potencias occidentales consigan vencer en tamaña empresa), la flagrante injusticia que viven los palestinos y los saharauis, etcétera, etcétera.

Ahora que, con parámetros económicos, estamos librando la III Guerra Mundial en este inicio de siglo más bien miserable nos damos cuenta de que una vez más nos habían engañado. Las grandes teorías sociopolíticas, casi en la misma línea de las grandes religiones, pueden haber constituido un puro fiasco insostenible. ¿Será posible un nuevo capitalismo, un socialismo integrador? Que se lo pregunten a los chinos, capaces de rizar el rizo inventando un comunismo capitalista, síntesis productiva que se va a convertir en la primera potencia universal de aquí a la vuelta de la esquina. En esta descomunal crisis de valores, en medio de tantas recesiones/recuperaciones/inflaciones/deflaciones, los populismos van a florecer con tal intensidad que Le Pen, los neonazis griegos, los independentismos de última hornada o hasta los filochavistas de Podemos van a recoger suficientes frutos en las urnas y con ellos pondrán en cuestión nuestra forma de vida.

El gigante del comercio electrónico chino se llama Alibabá (¿faltan los 40 ladrones del cuento, o ya están incluidos?) y se presentó con éxito descomunal en la bolsa neoyorquina, la catedral laica de Wall Street en la cual cada segundo las oraciones se transforman en miles de millones. El éxito tan apoteósico de este estreno, con una subida inicial del 36 por ciento, rubrica el hecho de que estamos ante la mayor corporación que se estrena en la bolsa de la capital económica del mundo, colocándose de este modo entre las 20 mayores compañías cotizadas del planeta. Nada más presentarse en sociedad, estos chinos aguerridos se colocaron en la posición décimo octava en la lista de las mayores compañías del mundo por capitalización bursátil, codeándose con petroleras, bancos, Facebook, Twitter, Amazon, etc. Y tan solo están empezando con su invento.

De su reciente viaje al gigante chino, el presidente Rajoy ha obtenido una sustanciosa oferta. Y se trata, nada menos, de que unas cuantas de las grandes fortunas de aquel país están muy interesadas a lanzarse a construir en España. Eso sí: le piden al presidente de aquí que consiga una bajada importante de los precios de los terrenos edificables en poder de los bancos para adquirirlos por cuatro perras y levantar promociones inmobiliarias con sus empresas. Es decir que los magnates de allá, cultivados en pleno caldo de partido único y represión de las libertades, están más que dispuestos a ejecutar una burbuja inmobiliaria que deje chiquita a la que todavía padecemos.

Esta maravillosa propuesta contribuiría, qué duda cabe, a generar miles y miles de puestos de trabajo pagados con unos salarios -qué duda cabe- al nivel de los que disfrutan en el gigante asiático, y nos pondría en el camino de la superación de la pérfida crisis que nos atenaza y nos deprime un día sí y al siguiente también.

Ya ven: cuando uno relee a Nietzsche parece que está alumbrando los episodios inenarrables del eterno retorno. Para ese viaje no se necesitaban grandes alforjas, porque estos sabios de oriente nos vienen a demostrar que hemos pasado de aquellas premisas del esfuerzo, la aplicación y el trabajo como elementos condicionantes del triunfo a un contexto más pérfido en el que solo valen la astucia y el oportunismo como preámbulo de la ganancia rápida. Si Mao levantara la cabeza…

Publicado en www.laprovincia.es, Opinión, el 2 de octubre 2014
 
(Imágenes de las protestas callejeras en Hong Kong, que reivindican poder elegir democráticamente a su gobernador)