miércoles, 27 de marzo de 2019

Samir Delgado, un canario en México



Juan Calero, México
Conocí personalmente a Samir Delgado en el Encuentro de Escritores Canarios celebrado en La Orotava, en 2016, digo personalmente porque cuando aquello se hablaba mucho de su obra. Recuerdo que como interlocutor era un verdadero imán atrayendo con fuerza huracanada el interés del arrabio embobecido en que nos convierte a los demás. A la hora de almuerzo nos dijo en una conversación a tres que no podía compartir más tiempo con nosotros porque esa tarde se iba para Madrid. Luego supe que había ido a trabajar a México. Y perdí su estela. Supongo que algo parecido ocurriera en el resto de la comunidad literaria en Canarias, porque no escuché hablar más de Samir Delgado durante un par de años. Posteriormente surgió la amistad por las redes sociales, hasta hace poco en que publicó un primer artículo en su nueva columna de un periódico provincial canario y dio motivo a esta entrevista. 
-¿Qué es para ti México y qué ha significado cambiar tu mundo canario por el mexicano? 
-La experiencia mexicana está significando un revulsivo vital para desarrollar nuevos horizontes de compromiso cultural sin tener que renunciar al vínculo permanente con las islas. Desde la condición de nuevo emigrante resulta más cercana la posibilidad de habitar varios lugares a la vez y participar en diferentes tradiciones literarias que constituyen un espacio común de mayor envergadura. Ver Canarias desde México confirma su excepción como referente tricontinental de una insularidad predestinada a ser cosmopolita. Y México habitado desde la condición de residente extranjero también resulta apasionante por que se repiten episodios históricos que permanecen en el imaginario colectivo de ambas orillas. 
-¿Qué opinas de la sociedad mexicana tan extremadamente polarizada y complicada? 
-La actualidad mexicana tiene su lado positivo, por ser un país extremadamente amplio y diverso no se puede reducir a los lugares comunes de la prensa y de la política oficial. Todos los días suceden cosas maravillosas y una gran parte de su población vive en una suerte de alegría cotidiana que refleja el valor ético, la educación cívica y la altura cultural de una República latinoamericana del siglo veintiuno. Los nuevos tiempos de la sociedad mexicana se inclinan favorablemente a la superación del lastre de la corrupción generalizada y la posibilidad de incorporar nuevos rumbos de cambio social a beneficio de las mayorías. Un ejemplo en medio del desastre está siendo la reivindicación cultural de las identidades indígenas y una nueva generación de jóvenes mexicanos que deberán tomar el pulso a Estados Unidos y encontrar un futuro mejor sin depender de la sombra del imperio. 
-Samir, como autor has editado varios libros de cuentos, ensayos y poemarios con los que has obtenido premios en varios concursos en Canarias y la península; hoy en día, cuando accedemos a cualquier información mediante un aparato que llevamos en el bolsillo y las redes sociales anulan hasta la omnipresente televisión ¿Vale la pena seguir escribiendo? ¿Qué significa para ti escribir? 
-La escritura es una forma intensificada de vivir, más allá de los tópicos sobre la imagen de los escritores y el mundo aparte de los libros en medio de la vorágine de los mass media, la escritura sigue siendo una conciencia iluminadora de estar vivos. El problema de los nuevos analfabetismos y de la ausencia de la literatura en la vida cotidiana de la ciudadanía se encuentra en la pérdida infinita de las posibilidades de experimentar el milagro de la vida.    
-De todos los géneros abordados ¿con cuál te sientes más cómodo y por qué? 
-Siempre he tenido predilección por el género poético al subrayar con su lenguaje un mayor potencial de experimentación. Aunque la narrativa me parece imprescindible para asumir el desafío de estar vivo. Muy lejos estoy de la novela negra y de todo producto cultural que tenga algo que ver con la autoayuda o los bestsellers. Por otro lado, el ejercicio del periodismo cultural me ha brindado un apasionamiento por los otros que me ha alejado del aislamiento crónico de las élites literarias.  
Samir Delgado nació en Las Palmas de Gran Canaria hace apenas cuarenta años. Condensando un poco su sustancioso currículo diremos que además de escritor y poeta es Licenciado en Filosofía y Maestría de Investigación en Prácticas Artísticas y Visuales; Investigador especializado en arte y literatura contemporánea, desarrolla proyectos internacionales en festivales y espacios de cultura en Europa, Estados Unidos y América Latina; gestor cultural de festivales internacionales; profesor en el Instituto Autónomo de Artes Modernas INAAM, en Durango; coordinador del Aula de Literatura de la Universidad Juárez y fundador del proyecto “Tren de los poetas” Estación Internacional de Poesía Contemporánea. También ha sido locutor de radio y director de escena, colaborador habitual de medios de prensa escrita y digital tanto en España como en México. Coordinador del Encuentro Internacional de Literatura 3 Orillas (2007-2016). 
-¿Mantienes un método de trabajo o lo haces por impulso emocional del momento? 
-Desde hace años la escritura diarística ha significado una metodología cotidiana, el día que no se escribe es un día abocado a la extinción de la memoria, aunque es verdad que pueden pasar semanas sin llegar a concretar un solo poema y de repente surge el repentino flujo de creatividad que puede durar días, semanas. He escrito libros enteros bajo esa determinación caótica, bastante anarquista. Todos los días sucede la posibilidad inaudita de escribir y ese es el camino a explorar sin abandonar en ningún momento la perplejidad ante la vida y la belleza de estar vivos. 
-Hoy en día cuando apenas se hace crítica literaria, o mejor dicho, se ha convertido en mera complacencia entre amigos ¿qué valor puede tener? 
-He leído recientemente la correspondencia entre Octavio Paz y Tomás Segovia que duró décadas a pesar de las interrupciones y la lejanía entre ambos autores. Y me di cuenta de que la crítica literaria es una forma de amistad donde la coherencia y el deseo de compartir una verdad implica unos valores de transparencia y de sinceridad. Las generaciones de escritores están abocadas al silencio de la crítica cuando no existe un ambiente cultural propicio para el progreso y el diálogo entre los coetáneos de un tiempo y un lugar. En Canarias sucede exactamente el peligro de ese silencio, por eso considero que hay que cultivar las buenas amistades que conllevan el rigor ético y la pasión por la literatura. 
-Como lector, ¿qué prefieres, la novela, testimonio o poesía? 
-Siempre que entro a una librería busco con pesar la lejana estantería de la poesía y eso evidencia el abandono generalizado de la cultura, en mi etapa de estudiante cada día tomaba en préstamo hasta cinco libros distintos, entre novelas y ensayos de filosofía, los leía de un modo voraz y ácrata, hasta que asumí el hecho relevante de que lo importante era ser lector y aprender a ubicarse en cualquier conversación en medio del umbral de incertidumbre que representa la información de Internet.   
-¿Qué autores te han marcado más? 
-Sin duda Julio Cortázar y Federico García Lorca. Y entre los autores canarios Manuel Padorno y la generación surrealista de Gaceta de Arte, tengo una convicción de fe sobre la existencia de una literatura nacional canaria, atlántica y tricontinental, todos los días descubro en otros autores como Derek Walcott o Lezama Lima que también pertenecemos al Caribe y que hemos sido los otros en la trastienda sur de Europa. He leído por rachas de temporada buena parte de la literatura europea y latinoamericana del siglo XX, y cada vez siento una admiración y curiosidad creciente hacia autores árabes o africanos, de la cultura queer o de las minorías indígenas. Todas las literaturas tienen a un Rimbaud por descubrir.
Samir frecuenta como artista invitado y conferenciante a eventos internacionales, hasta el momento ha sido llamado a eventos en Estados Unidos, México, Colombia, Cuba, Alemania y Palestina, como también ha sido traducido al inglés, portugués, alemán, rumano, italiano y árabe en revistas especializadas. 
-¿Ha incidido la actividad periodística en tu quehacer? 
-La oportunidad de realizar crónicas de la vida cultural canaria y de hacer reseñas de libros y entrevistas a autores de cualquier procedencia y condición ha significado una oportunidad para ejercer la escritura de un modo existencial, una forma de vida. Se vive como se escribe, eso es real y maravilloso. 
-Y por último, como descendiente de otras culturas donde es inevitable su influencia en nuestra formación como persona, ¿mantienes intacto el sentimiento canario? 
-En todas partes defiendo la identidad canaria como una forma de rebeldía, es más una conciencia que un sentimiento, las islas tienen el don de ofrecer la pertenencia a su destino a través del nacimiento o de la adopción, y creo que mi compromiso con las islas no ha sido tanto por haber nacido en ellas, más bien por una adopción tardía, al tomar conciencia de sus problemáticas ecológicas y sociales. Viviendo fuera se siente de un modo más radical y libre la identidad canaria.    
Para terminar esta entrevista, echo un vistazo a sus más recientes actividades y veo que no para en su quehacer, por ejemplo, ser llamado al proyecto expositivo “Roja Melancolía” en la capital de la India, conferencias y presentaciones en diversos puntos de la extensa geografía de México, aparecer un nuevo ensayo sobre la colección de arte suizo Parket en una revista peruana y de nuevo, Estados Unidos, esta vez en diversas lecturas en Boston y Nueva York para abril de este año.
(www.lapalmaahora.com)

lunes, 25 de marzo de 2019

Buenos Aires: fútbol, tangos, libros, bife de chorizo y la maldición





Los porteños son narcisistas porque la suya es una linda ciudad número 1 en el mundo en librerías, puesto que hay más de mil; en estadios de fútbol porque el fútbol es religión en todas las televisiones, la vida es un interminable partido de fútbol y por eso los goles de Messi se repiten una y cien veces cada fin de semana; en la avenida más ancha del planeta, la 9 de Julio; en la mejor carne del universo por los excelentes pastos; en tangos de arrabal con navajeros extraídos de un cuento de Borges; en el impresionante Teatro Colón, que según muchos está por delante de la Scala de Milán, el Metropolitan de Nueva York, el Bolshoi de Moscú o el Teatro de la Ópera de Sidney, teatro monumental donde presenciamos un magnífico Rigoletto. En Buenos Aires la gente no es obesa como en España, aunque esta ciudad arbolada y magnífica todavía debate el derecho de las mujeres al aborto, y una mujer muere por violencia de género cada 32 horas, más de 300 asesinadas al año. Una ciudad melancólica repleta de emisoras de televisión en las cuales siempre se está tertuliando sobre el famoseo, sobre las barras bravas del Boca Juniors y el River Plate; sobre la enfermedad de la economía, sobre la ruina del peso demasiado sometido al dólar; sobre el alza continua de los precios a causa de la excesiva inflación y la debilidad de un país que se las ve y se las desea para pagar la deuda.
Admirable ciudad con sus aires de París y de Nápoles, de tangos con letras tristísimas, la capital de un país añorante de un pasado excesivamente mitificado pero que sin duda convirtió a este lugar en una potencia de primer rango, aunque los malos gobiernos la fueran devaluando sin remedio. Aquí hemos vuelto a ver a amigos tan cordiales como Vicente Battista y Gloria, él fue premio Planeta de Argentina, un autor de novela negra que vivió en Gran Canaria y ha sido escritor muy reconocido, con su momento de gloria en los años 80. Hemos visto también a Héctor Celano, que ya ha viajado a las islas para mostrar su voz potente de recitador y prepara su próxima visita. Y hemos conocido a Eduardo Sanguinetti, pasión heterodoxa contra esto y aquello, un hombre alto y con el pelo rubio y revuelto, un combativo que nos hizo probar la célebre pizza de aquí en El Cuartito, fundado en 1934, cuando la gran ola de inmigración italiana.
Buenos Aires es un debate permanente entre los políticos, Macri contra Cristina, los peronistas contra sí mismos, las tantas banderías enfrentadas aunque pocos saben qué es eso del peronismo. Quizá Buenos Aires esté condenada a devorar a sus propios mitos, el mito omnipresente de Evita cuya tumba en La Recoleta está disimulada en el panteón familiar de los Duarte y no tiene la grandeza que cabría esperar. Todo es bello y decadente como el Café Tortoni, todo es desmesurado como el agua color tierra del Río de la Plata y todo es hermoso como el delta del Tigre con la casa-museo de Sarmiento, el presidente fundador. Y es la elegancia de los flamantes rascacielos de Puerto Madero, con una estética que ojalá hubiera copiado don Florentino el del Real Madrid para los mazacotes sin gracia que levantó en el paseo de La Castellana. Todo es desmesurado aquí: el propio trazado de parques y jardines, las calles rebosantes como la Avenida de Mayo, Diagonal o Florida con su legión de gente ofreciendo cambio de moneda. Aunque ya no tenga aquellos establecimientos que estaban abiertos las 24 horas del día, cuando la ciudad no dormía porque había mucha riqueza. Ya no hay librerías toda la noche porque acá no hay plata para gastar, nos dice la chica de una de las más prestigiosas en la propia Corrientes, una calle que todavía tiene teatros y libros, cualquier restaurante con el mejor bife de chorizo, la mejor carne de nuestra vida.
Hoy la capital sigue siendo animada y bullente, una ciudad plenamente europea que ahora tiene inmigrantes con rostros indígenas porque vienen de Bolivia o Perú, familias con tres o cuatro niños que practican la mendicidad diurna cerca del Obelisco en una sucia colchoneta que por la noche es ocupada por alguno de los sin techo. Este fue un buen país, nos dice una mujer de Galicia que lleva toda su vida aquí. Pero ahora no es un buen país, dice con pena mientras se presta a hacernos una foto con el fondo del rostro de Evita. Buenos Aires es una ciudad extensa con callejuelas de la Boca, anchos bulevares llenos de verde, con continuos homenajes a los héroes patrios, los próceres dominan aquí y allá. He aquí un país que está sometido a la maldición del brillo perdido pero presto a ser recuperado, un Ave Fénix que va a levantar el vuelo una vez más, siempre. Aunque la calle Lavalle ya no esté repleta de cines, y los cines hayan sido comprado por las iglesias evangélicas para una finalidad bien distinta, aunque ahora haya menos plata para gastar y ha de ser racionado el tradicional asado con las impresionantes milanesas y los rotundos dulces de leche del domingo al mediodía.


La eterna contradicción de Buenos Aires se palpa en la propia figura del papa Francisco, que todavía no ha visitado su propio país, un papa jesuita en medio de la polémica, algunos piensan que quiso cambiar cosas en el catolicismo pero su entorno vaticano no se lo permitió. Buenos Aires, con tan excelentes escritores aunque nunca le hayan dado el Nobel a Borges ni a Cortázar ni a Sábato ni a tantas otras figuras legendarias del idioma, esa grandísima literatura tan potente y admirable. Argentina, con tantos debates pendientes, con esa pelea política de cada balcón, con esa permanente tertulia en busca del paraíso perdido, el paraíso soñado, el paraíso que nunca existió. Al fin hemos podido venir a la capital federal, como dice el refrán: nunca es tarde si la dicha llega. Y por eso la maldición de las muchas decadencias y las múltiples resurrecciones de este país será derrotada una vez más porque la albiceleste, con tanta añoranza del pasado, seguirá en pie. Y las quince horas de vuelo, incluido el enlace Madrid-Canarias, valen la pena. Así que recordemos esa canción a viva voz: Mi Buenos Aires querido, cuando yo te vuelva a ver, no habrá más penas ni olvido…

domingo, 24 de marzo de 2019

Nacido en Buenos Aires


La escritura practicada sin máscaras y sin justificaciones, deviene en un crimen metafórico.
Existen reglas del juego escritural, no tengan dudas... por ejemplo, llenar la hoja sin rechazar nada de lo que viene a la mente, sin medir los riesgos de lo que se intenta decir, aún sin decir nada, que implica jugarse por entero... las ideas dejan desnuda la batalla, el encadenamiento de ideas provocan contenido, fuera de toda memoria de automatismo surrealista.
Me agrada comentarles que siento aversión por las posiciones ganadas, por las certezas, por un futuro calculado que arruina mi presente... hace años que corro a la zaga de mi sombra y sin embargo intento trasladar a lenguaje la memoria de lo que tengo grabado a fuego en mi mente.
Quién hubiera dicho que Buenos Aires se convertiría en una Babilonia de pasado incomprobable, revolcándose en el fondo de su abismo, en el umbral de la locura, habitada por huestes de seres indefinidos, de aquellos que habitan las cloacas de las grandes ciudades, sí! esos seres herméticos y nocturnos, para quienes el azar no existe y la alegría se reduce a un nudo en el 'cogote'...
Si otros se solazan escribiendo y dando conferencias acerca del tiempo, su devenir, su historia, el origen de la clepsidra, el funcionamiento digital y su incidencia en la vida de la humanidad, el hallazgo del cuadrante solar, la invención del calendario, mi cuerpo y mi ser me sirven de único guía. Como cuando tengo hambre, duermo cuando tengo sueño, me despierto cuando abro los ojos... el goce en estas rutinas, hacen a mi vida tener sentido, en plenitud, a veces... y mi ciudad no es ajena a ello, lo siento, lo he sentido siempre, pues me he olvidado de comentar que he nacido en Buenos Aires, en el barrio de Palermo, "Palermo Chico" para ser exacto, como declama mi partida de nacimiento..." 

sábado, 23 de marzo de 2019

La raíz y la espiral. Despedida a Martín Chirino



La ciudad de Cuenca tiene un don especial entre los muchos de su identidad, permanece en el imaginario de los artistas que hicieron vida y obra bajo su cielo. En la historia decisiva del arte español de los últimos cincuenta años la ciudad del Júcar y del Huécar se ha convertido en uno de los lugares de paso obligado para quienes desean conocer de cerca aquellos espacios del patrimonio íntimo que formaron parte de las horas cotidianas de los artistas abstractos.
Una fragua en la calle Herrerías de Cuenca fue precisamente el lugar que el escultor Martin Chirino hizo suyo para despertar las lumbres de su futuro como artista de reconocida trayectoria internacional.
También algunos sitios y amistades de Nueva York fueron decisivos, y buena parte de su imaginación creadora siempre estuvo vinculada a las islas que le vieron nacer, una playa y unas rocas, los alisios y el volcán. Acaba de fallecer el gran artista canario a sus 94 años de edad
recién cumplidos. Hacía tiempo que la Fundación que lleva su nombre en Las Palmas de Gran Canaria se significó como el enclave
primordial para proseguir con la difusión de su legado artístico
diseminado por museos de todo el mundo y monumentos públicos de
ciudad españolas que acogieron de buena fe sus creaciones forjadas
en el intervalo trascendental de la era democrática.
Martín Chirino estuvo al frente de museos de arte de primera
magnitud como el actual Centro Atlántico de Arte Moderno en Gran
Canaria y el propio Círculo de Bellas Artes de Madrid en los ochenta.
Y más aún. Chirino participó presencialmente en la inauguración del
Museo de Arte Abstracto de las Casas Colgadas en 1966. Dos
esculturas suyas forman parte de la colección conquense y siempre
estuvo Chirino entre las personalidades artísticas más reconocidas
del panorama internacional que habían dibujado un puente para dos
siglos entre Castilla y Canarias.
Su padre fue trabajador de los astilleros en el Muelle de Las Palmas y
de ese contacto con el devenir de las mareas y los vientos surgió el
artista. Junto a él Millares- amigos para siempre- junto a Elvireta
Escobio y el poeta Manuel Padorno cruzaron el atlántico en 1955 para
dar nombre a uno de los viajes más importantes de la ruta insular de
la cultura hacia el continente europeo. También Alejandro Reino,
otro artista canario estuvo en la expedición. Y justamente el pasado

2018 falleció también dejando para la posteridad los detalles de esa
odisea. Martin Chirino tenía la cualidad de ser un hombre para
muchos tiempos. La espiral soñada por sus manos se acabó
convirtiendo en símbolo institucional de las islas y en su biografía
destacan especialmente su participación en la epopeya del Grupo El
Paso y en los diferentes manifiestos que reclamaban la democracia y
la personalidad tricontinental de la historia de sus islas. De hecho la
arquitectura visual de gran parte de sus esculturas tiene una
raigambre africana. Las espirales guanches eran un vestigio
primitivo, de la pertenencia ancestral de los habitantes de las islas a
la cultura amazigh que representa a día de hoy a millones de
hablantes de la lengua bereber. Desde la kabilia argelina a Mali,
pasando por el Rif y el Atlas marroquí, sin olvidar a los tuaregs entre
muchos otros, los nómadas del desierto.
Martin Chirino poesía una visión del futuro con tinta cosmopolita y
de progreso, supo hacer del fuego y del hierro una forma de eternizar
los cuatro vientos. Y en Cuenca tuvo siempre un hogar para las
espirales del mañana. Descanse en paz

Samir Delgado, México, 2019

viernes, 22 de marzo de 2019

La I Feria del Libro de Gáldar, el domingo 31



La I Feria de Autor/a. Escritores y Escritoras en Gáldar abre sus puertas el próximo domingo, 31 de marzo, en la plaza de Santiago, un evento que, según explica la poeta Isa Guerra, organizadora del evento, “tiene entre sus objetivos dar a conocer a los escritores y escritoras de las Islas, promocionando y visualizando sus obras”. El Encuentro, que cuenta con colaboración de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Gáldar y de la Asociación de Escritoras y Escritores ‘Palabra y Verso’, se desarrollará durante el domingo 31 de marzo, en horario de 10 a 15 horas, en la plaza de Santiago, en pleno casco histórico.
El cartel de esta I Feria representa el mercado de Gáldar con las dos esculturas realizadas por el galdense Juan Borges Linares, alegorías del mar y de la tierra, acompañado por dos murales de Diego Herrera que representa gentes campesinas. De esta forma, aclara Isa Guerra, durante la jornada, la ciudadanía podrá disfrutar de una amplia muestra de libros, asistir a los diferentes recitales de poesía y microrrelatos previstos, así como a acudir a presentaciones y firmas de libros.
Entre los escritores se encuentran, entre otros, Ángel Sánchez, Cecilia Domínguez Luis, Ánghel Morales, Roberto Cabrera, María Teresa de Vega, Olga Luis Rivero, Javier Cabrera, Luís León Barreto, Rosario Valcárcel, Manuel Díaz Martínez, Jorge Liria, Francisco Lezcano, Dunia Sánchez, María Gutiérrez, Daniel Bernal, Damián H. Estévez, Juani Díaz, Ángela Ramos, Berbel, Alicia Llarena, Puri Santana, Josefa Molina, Antonio Arroyo, Aquiles García, José Juan Mújica, José A.Luján, Rubén Mettini, Inma Flores, Juan Francisco Santana Dominguez, Juan Carlos de Sancho, Roberto Iglesias, Rosario Ibrahim, María José Godoy, Macu Galván, Irma Ariola Medina, Moisés Morán, Irmina Díaz-Frois Martín, Carmen Teresa Hernández, Zulia García Parra, Eduardo García, Pedro Callicó, Margarita Ojeda, Graciliana Montelongo, Quico Espino, Tino Prieto, Alejandro Dieppa, Antonio González Croissier, Conchi Miranda Galván, María Gutiérrez, Maruja Salgado, Cristina Calderín, Antonio Bolaños, Leandro Pinto, Rayco Cruz, Mayte Martín, Pablo Alemán, Teresa Ojeda, Ina Molina, Carmelo González Cerpa, José Antonio Luján Henríquez, Teca Barreiro, Noel Olivares, Megt Eugenia Tavío, Laura Delgado, Olivia Falcón, Miguel Ángel Navarro Herrera, Bachir Admed Aomar, Pino Lorenzo López, Ana María Martín, Yubi Cisneros, Loli Moreno, Isabel Padilla Santervaz y María Teresa Naveira Gómez.
Además, la Feria, que contará con una treintena de stands, incluye la participación de las asociaciones literarias Palabra y Verso, Nace (Nueva Asociación Canaria para la Edición), Taller Literario Dulce María Loinaz yTaller Espejo de Paciencia, Tertulia Pedro Marcelino Quintana, Asociación La Arcadia, y las librerías Imprenta El Norte, Drago, Ler y Canaima.

lunes, 4 de marzo de 2019

La cultura descafeinada y mujeres creadoras de Canarias



Está claro que el cambio climático se acelera de año en año, en pleno febrero hemos tenido temperaturas de otras épocas. En Inglaterra han llegado a los 20 grados, algo inimaginable en pleno invierno y aquí, con la calima, triplicamos el límite de la contaminación fijado por la Unión Europea y recomendado por la OMS. La calima es cada vez más frecuente, y prueba de ello es la saturación de las urgencias de los hospitales debido a las alergias, los enfermos cardíacos, los que padecen asma o cualquier otra enfermedad respiratoria. El invierno es cruel con los enfermos y los ancianos, hemos perdido un chorro de amigos. La primavera astronómica no llegará hasta finales de marzo, pero las temperaturas son tan cálidas que dan a entender que todo está patas arriba. La calima en pleno invierno tanto puede venir con frío como con vaharadas de calor, lo cual no ha de ser bueno para las plantas, para los cultivos, para los animales y mucho menos para los humanos. Los termómetros sobrepasan los 25 grados, en las islas casi llegamos a los 30 y la situación tiende a ser cada vez más marcada. Ha habido incendios forestales en Garafía y 50 en Cantabria, los del norte nacieron de la mano del propio jefe de los voluntarios contraincendios.
Ahora las invasiones del polvo sahariano son más frecuentes que nunca, y las lluvias se reducen año tras año, así las islas pueden perder el verde que todavía atesoran. El anticiclón está disparando los problemas, en al menos 26 municipios españoles se han superado durante varios días los límites legales. Así se desprende de los datos recopilados por Ecologistas en Acción de la red de estaciones urbanas de control de la calidad del aire repartidas por el país. El tráfico ha contribuido a que en municipios de 13 de las 17 comunidades autónomas se hayan superado esos límites. La meteorología o ayuda a dispersar la contaminación o contribuye a que se acumule. La ausencia de lluvias y viento por el anticiclón impide que se dispersen las partículas. A esto también se suman la intrusión de las masas de polvo africano, polvo que ya sube hasta Francia y Alemania como si tal cosa. Los ecologistas también critican la falta de medidas eficaces para reducir el tráfico rodado en las urbes. Se estima que la contaminación ambiental causa unas 10.000 muertes anuales en el país.
Pues bien: entre las pocas cosas buenas de la gala de la 91 edición de los Oscar destaquemos las intervenciones de algunos de los participantes en español, el español es una segunda lengua norteamericana que ya no puede ser soslayada oficialmente. Particularmente emotivo fue el parlamento de Javier Bardem cuando se refirió, con subtítulos en inglés, a la necesidad de que no haya muros entre los pueblos y las culturas. Los Ángeles tiene una importante colonia de inmigrantes latinos, y el español es una segunda lengua que gana terreno. La gala de los mayores premios del cine resultó tediosa y repetitiva porque en la industria cultural descafeinada de nuestros tiempos todo funciona según la tendencia oficial al uso; por ejemplo este año los Oscar fueron una concesión al pueblo afroamericano tras su gran sufrimiento. Desde hace años la negritud se queja por la discriminación habitual, y desde entonces la industria lava sus culpas y concede premios aquí y allá, ante todo olvidar los años del KKK, los disturbios en los estados del sur, los abusos de policías blancos sobre negros indefensos. La declarada mejor película, Green book, es un ejemplo de la mala conciencia porque parecía demasiado atrevido premiar en el apartado principal Roma, un alegato de México contra tantas barreras, la marginalidad de la pobreza, el malditismo del sur. Las barreras de los muchos Donald Trump.
No todo ha de ser negatividad en este artículo, hemos de valorar el gran progreso que la mujer realiza en nuestra sociedad. En los diversos epígrafes de la creatividad, la llegada de la democracia ha supuesto una verdadera explosión de talento femenino en todas las facetas de la vida pero particularmente en literatura, pintura, docencia e investigación. Nada ha quedado al margen de la aportación femenina, y ellas son las que más leen, las que más llegan a la universidad, las que más triunfan a pesar de las limitaciones que la sociedad patriarcal les impone todavía. La educación es el factor fundamental que ha dado protagonismo a seres que eran manifiestamente ignorados por sus contemporáneos.
Hay que mencionar el esfuerzo de los colectivos de mujeres por llamar la atención sobre tantas creadoras silenciadas porque los tiempos que vivieron fueron malos para la mujer. En el apartado de los déficits culturales hay que reseñar una vez más la marginalidad femenina en nuestro entorno. Precisamente un libro de la entusiasta Chicha Reina, es decir María del Carmen Reina Jiménez, titulado Mujer y cultura en Canarias, Mercurio Editorial, 2018, se ha ocupado bien del asunto. Un tema sobre el que ha escrito un sinnúmero de mujeres notables: desde Alicia Llarena a Isabel Suárez Manrique de Lara, Blanca Hernández Quintana, Cristina Molina Petit y muchas más. También nosotros hemos escrito más de una vez sobre la invisibilidad de la mujer en las letras y las artes canarias, en el libro de ensayos La literatura y la vida. Chicha ha sido profesora de Inglés, ponente del primer congreso nacional Mujer y Familia y concejala en Santa Brígida que ocupó áreas tan diversas como Cultura, Deportes, Juventud, Festejos, Servicios Sociales, Agencia de Desarrollo y Empleo e Igualdad. Fue asimismo secretaria de la organización Mujeres Empresarias y miembro de la Asociación Atlante, presidenta del Casino de Santa Brígida, y autora de numerosos trabajos periodísticos. Pues bien: el texto de esta mujer es un amplio recopilatorio de nombres, de vidas, de actitudes, con una amplísima bibliografía. Aquí hay una enormidad de valores en pintura, escultura y cerámica, en literatura y en música, que la autora recopila hasta 1975, porque desde entonces, con la democracia, es más fácil establecer la relación. Un legado que no hemos sabido reconocer porque han abundado las mujeres-sombra, las pioneras en tiempos de silencio, las que tenían que firmar con seudónimo o con el nombre del marido. Un libro más que útil, escrito por una mujer caracterizada por su espíritu luchador y respaldado por el Colectivo de Mujeres Canarias. En nuestro mundo occidental las mujeres ya están aquí, por desgracia en otros mundos que también viven en este planeta las mujeres siguen estando marginadas. En definitiva: un libro incontestable.