miércoles, 30 de abril de 2014

"Sorimba": la sagrada memoria rural

He aquí una radiografía del mundo rural, nuestros lejanos ancestros, olvidados porque los caseríos se han despoblado. Los paraísos perdidos en la más pequeña y la más occidental de las islas, los caminos reales, los cultivos de secano y la subsiguiente dependencia de las lluvias y las sequías. El regreso a la infancia, en definitiva, a la memoria de unas islas sin contaminar. “El invierno se había hecho ya dueño de Sorimba. Toda la vida giraba en torno a la tierra y los animales, los días eran cortos y en las largas noches un viento con melena de agua revolvía la cabellera de los árboles y recordaba a los habitantes su indefensión, su dependencia de la naturaleza, su necesidad de luchar por sobrevivir un día más”, página 79.

Sorimba, Puentepalo, 2012, tiene mucho de etnografía, de recordatorio de labores agrícolas, de usos y costumbres relacionados con la agricultura. Un documento sobre la inocencia, casi una novela corta, un relato largo, en el que aportan sus vivencias unos cuantos personajes representativos de una época ya lejana, algo así como los ecos de un Pedro Páramo, voces de otro tiempo que vienen a recordarnos un pasado de emigración, sequía, una pelea descomunal por el día a día. Hay una cierta carencia de estructura novelística, pero el texto tiene encanto. La solidaridad, casi tribal, es la única manera de vencer el fatalismo del aislamiento en tiempos de pobreza extrema:  “La tierra y la gente sabían por igual lo que tocaba hacer, todo a su tiempo, porque así se había hecho siempre, porque eso era lo que había que hacer, porque así seguiría siendo…” Cada año toca la mudada, la trashumancia con los animales en busca de mejores pastos, del mismo modo que hay un tiempo para la siembra y otro para la recogida de los cereales, las habas, los chícharos, las lentejas, las papas. Y la relación tan especial que se entabla con los animales domésticos, ese burro viejo que es un miembro más de la familia.

Los protagonistas salen adelante a base de trabajo y espíritu de sacrificio. Y las cruces de los antepasados reposan dentro de cada modesta casa, pues los que se han ido al otro mundo siempre están al lado, como sombras protectoras. Así, la fiesta del día de Todos los Santos es esa especie de comunión colectiva, gofio y vino, historias de brujas, muertos y aparecidos, alegre y modesto convite para espantar el frío.  Y es que El Hierro es una referencia casi mítica, allí se habla el castellano más arcaico y las eses se pronuncian, allí es obligatorio dar los buenos días cuando pasas ante personas a las que nunca has visto, en los restaurantes de La Restinga te comes un par de excelentes viejas con papas guisadas por poco dinero.
 
Sorimba recuerda los paraísos perdidos en la más pequeña y la más occidental de las islas. El regreso a la infancia, en definitiva, a la memoria de unas islas sin contaminar por los tiempos modernos. El forastero sale huyendo o se deja atrapar, obviamente el protagonista de esta historia se deja atrapar por el primitivismo, Álvaro se convierte en un Robinson.

María Jesús Alvarado es poeta y cineasta, codirectora de la editorial Puentepalo, pasó su infancia en el antiguo Villa Cisneros, allí donde se erguía el Fuerte, el edificio más antiguo de todo el territorio, vilmente derribado por Marruecos hace poco. Pertenece a un grupo de Escritores por el Sáhara y es autora, entre otros libros, de los relatos de Suerte Mulana y coautora de Isla Truk, poesía, conjuntamente con Maribel Lacave, así como de los documentales La puerta del Sáhara y Pilar Rey, pasión por el teatro.

martes, 29 de abril de 2014

Para qué las elecciones europeas


Ahora que la clase política está tan desprestigiada, con tantos y tantos capítulos de corrupciones en todas las fuerzas que tocan poder, nos llegan las elecciones al Parlamento Europeo. En manos de la clase política, la euforia y los brotes verdes nos quieren hacer ver que estamos saliendo de la crisis con un gran acelerón, un impulso sin igual. Sin embargo nos damos cuenta de que el gobierno manipula a su antojo las cifras de desempleados y la propia marcha de la economía, no existe en la población esa percepción de alegría que nos adjudican desde las alturas. Seguimos, por tanto, en plena crisis y con el paro más abultado de la UE. Y en estas nos llega un acontecimiento que, convocatoria tras convocatoria, interesa poco. La Unión Europea tiene sobre sí una doble espada de Damocles: de una parte, habría que reforzar instituciones unitarias tan significativas como el Banco Central, y de otra parte asoma un proceso de desintegración protagonizado por regiones que desean proclamar su independencia: Escocia, Cataluña, quién sabe si la Padania, Flandes, etcétera.

El cuestionamiento hacia la UE no es poca cosa; en Gran Bretaña incluso plantean un posible referéndum para mantenerse o salir de la UE, algo así como un chantaje permanente sobre las estructuras de la Unión. Aquí en las islas ni el Partido Popular se libra de sospecha de corrupción, léase el asunto del presidente del Cabildo grancanario con el cobro de presuntas comisiones ilegales en el sur turístico, ni el Partido Socialista Canario-PSOE, tristemente liderado por un profesor universitario empeñado tan solo en permanecer en el poder, sin reflejos para generar ilusión. ¿Qué decir de Coalición Canaria, partido gestado para mandar siempre aunque pierda las elecciones, siempre dispuesto a construir una mayoría en pura alternancia con socialistas o con peperos?

El Boletín Oficial del Estado (BOE) ha publicado este martes la lista de las 39 candidaturas que concurrirán, después de que la Junta Electoral Central excluyera a dos de las 41 listas que se presentaron. En total, son cuatro más que las que participaron en los comicios del 2009. Las dos fuerzas que no podrán concurrir por no cumplir con los requisitos legales son Movimiento para la Unidad del Pueblo Canario (MPUC) y Verdes Eco-Pacifistas. La pregunta es si interesan realmente estas elecciones en un momento en el que los recortes casi arruinan al Estado de Bienestar en todas partes, y por lo tanto previsiblemente habrá un voto de castigo a los respectivos gobiernos. Claro que en nuestro país, dado el lamentable estado de la oposición, es decir del Partido Socialista, tal vez las cosas no cambien demasiado. En Francia, donde el primer ministro Valls anuncia notables restricciones, está en curso una rebelión dentro de su propio partido. Aquí el inmovilismo de Rubalcaba, la falta de renovación en el liderazgo, hace cundir el desencanto entre los votantes de centro-izquierda.

La media de participación en las últimas europeas en la Europa de los 27, las celebradas en 2009, se cifró en un 43 por ciento, la más baja de la historia y más de dos puntos por debajo de las de 2004. En España la participación fue ligeramente superior a la media europea, con un 46 por ciento. Pero la participación desde 1979 ha ido descendiendo paulatinamente en las siete veces en que se ha convocado a los electores. Curiosamente, a medida que se han ido incrementando los socios ha ido bajando la participación de manera evidente, y en esta tendencia participan de manera particular los países del Este recientemente incorporados. En Lituania participó solo un 15,68 por ciento de los convocados en las elecciones del 2009, frente al 48,38 por ciento que lo había hecho en el 2004. En Eslovaquia sólo votó el 19,64% del electorado (el 16,97% en 2004); en Rumanía el 27,21% (frente al 29,47% de las elecciones de 2007, cuando celebraron sus primeras europeas); en República Checa el 25% (un 28,3% en los comicios anteriores) y así sucesivamente.

Por contra, la participación más alta corresponde a Bélgica y Luxemburgo (91%), donde es obligatorio votar. Como regla general, la participación en los países del Este que han entrado en las últimas ampliaciones fue muy inferior a la de los antiguos miembros, con unas cifras ridículas de votantes.  Entre los antiguos Estados miembros, Países Bajos fue el que registró una menor asistencia a las urnas, un 36,5% (frente al 39,26% anterior); en Alemania se situó en el 42,2% (un 43% en 2004) y en Francia en el 40,5% (un 42,76% hace cinco años; en Portugal votó en 2009 el 36,48% (el 38,6% cinco años antes); en Suecia el 35% (un 37,85% en 2004); el 28,4% en Polonia (el 20,87% en 2004).

El desencanto podría significar el alza de partidos nuevos, de tintes xenófobos, la ultraderecha encuentra terreno abonado.  No es un ambiente novedoso, ya en las últimas elecciones, los resultados apuntaban a una subida de los euroescépticos. Son los trabajadores y las clases populares quienes están abandonando a los partidos de izquierda, sustituyéndolo por las fuerzas nacionalistas porque estamos destruyendo el corazón social del continente. Europa debería ser una economía social de mercado, pero parece que Comisión y Consejo  no se enteran. El incremento del poder de los partidos que rechazan a los inmigrantes es tendencia clara. Formaciones políticas como UPyD e Izquierda Unida podrían incrementar sus resultados, y a nivel continental los Verdes también saldrían ganando. Aquí las europeas podrían brindar una lección aprovechable: el descrédito del férreo bipartidismo, ese turno amistoso en el poder que recuerda lo que sucedía en el siglo XIX entre conservadores y liberales.

viernes, 25 de abril de 2014

El fútbol como anestesia y adormidera social


Ahora que termina la temporada, cuando unos se sienten ganadores y otros perdedores, podríamos reflexionar acerca del valor del fútbol como deporte de masas, espléndido negocio para algunos, turbio tejemaneje para otros, opio para grandes públicos, una verdadera religión que incluso produce muertos. Las tertulias deportivas nocturnas en la TV acumulan insultos como si fueran vulgar telebasura, y suele olvidarse que este es un juego, producto del azar en el que el resultado se define por flashes de fortuna, errores arbitrales, el balón que da en un poste. El fútbol forma parte de un mundo hiperconectado, en el que los satélites permiten saltar sobre los océanos y los continentes. Ahora los equipos canarios miran hacia la Primera División, nuestra Unión Deportiva, a menudo incapaz de ganar a los equipos que juegan con corazón, y el C. D. Tenerife, que está pareciendo más consistente. El próximo mundial, para el que apenas quedan semanas, será de nuevo un acontecimiento planetario, enorme negocio publicitario, algarabía de las televisiones. ¿Es el fútbol un instrumento de poder, el nirvana que hace olvidar el paro y las dificultades económicas en países como el nuestro, Brasil y Argentina, donde actúa como una anestesia social?

Parece claro que en todas las épocas y en todos los lugares, los humanos han necesitado pan y circo no solo como forma de escape sino también como elemento aglutinante. En Japón se entretienen con esos combates de sumo, en los que hombres que parecen dinosaurios se empujan con sus enormes barrigas y sus glúteos hasta conseguir la victoria. En Grecia las olimpiadas, cada cuatro años, eran una especie de tregua en la que se detenían las peleas de las distintas ciudades. En Roma los gladiadores pagaban con su propia vida los desafíos de sangre y arena. En países americanos, el béisbol –que puede parecer tan estático– despierta fervores. Pero, en realidad, el deporte-rey que despierta más pasiones sigue siendo el que inventaron los británicos hace siglo y medio, el dueño de las grandes competiciones, el que genera millones en forma de contratos, pagos a intermediarios, encumbramiento de estrellas con unos sueldos astronómicos, etcétera.

El fútbol es mucho más que un deporte, incluso apenas es ya un deporte. Los padres de los niños de medio mundo sueñan con que su hijo sea un Cristiano Ronaldo o un Messi, y con frecuencia estropean a sus criaturas, sometiéndolas a una presión tan descomunal. El fútbol genera muchos puestos de trabajo: jugadores, técnicos, médicos, representantes, periodistas, abogados, directivos, empresarios. Ser de un equipo o ser de otro genera un sentimiento de identificación tribal, y una rivalidad casi enfermiza entre seguidores de uno u otro once. El fútbol, pues, viene a sustituir a la guerra y en este sentido no cabe duda que es preferible ver un Alemania-Inglaterra sobre el césped con los respectivos onces escuchando los himnos nacionales como si fueran soldados ante la batalla que recordar los horrores de las dos guerras mundiales. Incluso el lenguaje del fútbol tiene reminiscencias militares: el balón es un proyectil que recorre el campo enemigo y se dispara como un obús sobre la portería rival.

Que el fútbol es un gigantesco producto de márketing lo atestiguan las cantidades que se mueven gracias a él. El fútbol genera euforia o depresión según hayan ido los resultados del fin de semana, y es tan fugaz esa alegría o esa tristeza que todo puede cambiar en el siguiente fin de semana. Hay gente que se suicida si pierde su equipo, y en los campos de fútbol los servicios médicos tienen que atender más de un infarto. Gente pusilánime, ciudadanos cumplidores, van los domingos al fútbol y descargan su adrenalina insultando al árbitro o a los jugadores rivales, de este modo un partido de fútbol puede ser tanto una terapia liberadora como una ofuscación que deja raíces en los días siguientes. Los psicólogos saben que este deporte es hoy en día mucho más que un simple juego en el que intervienen los fuera de juego dudosos, los errores arbitrales, la desgracia o la fortuna de un portero parando un penalti. El hecho de que el fútbol sea un juego más bien lento, poblado de centrocampistas y de triquiñuelas que se resuelven en un rápido contraataque, en un destello de aciertos, un juego que siempre proporciona pocos goles, incrementa el suspense, el temblor de los aficionados, en síntesis: magia y misterio.

El fútbol es también una maquinaria de integración que usa sabiamente el poder, y que sirve al interés de unos pocos. Felicidad y tristeza de las tardes de domingo, sentimientos que pueden llegar a la violencia cuando esos sentimientos son manipulados y se pasa a la agresividad tan frecuente en terrenos de juego de Centro y Suramérica o Inglaterra, las barras bravas y los hooligans, bajo la influencia de la agitación de los medios de comunicación y del alcohol. En una sociedad pseudodemocrática en la que el ciudadano de a pie no interviene en las grandes decisiones, refugiarse bajo la bandera de su equipo preferido supone participar en una religión que eleva a la categoría de semidioses a los ídolos. En este deporte tan mercantilizado de nuestros días, las empresas, los bancos y las bolsas ven en el fútbol un nuevo producto de mercado, el interés económico está muy por encima de la filosofía del deporte como juego limpio y de los valores éticos que se le suponen.

Ahora que estamos pendientes de los posibles éxitos de los equipos canarios y de la participación española en el próximo Mundial, convendría rescatar los valores del deporte en los tiempos en que los jugadores no eran figuras de adoración de las masas ni anunciantes de coches, ropa interior, zapatillas deportivas, colonias y productos bancarios. Cuando está bien jugado, el fútbol puede resultar hermoso pero además del buen juego habría que rescatar otros valores del pasado.

miércoles, 23 de abril de 2014

El Día del Libro: cómo tuve que discutir con los guardias

Pedro Schlueter           
 
El Día del Libro, como cualquier otra celebración, tiene su historia. Es por ello por lo que no está de más que conozcamos algunos detalles de ella. Yo la aprendí en los cursos de librero que se celebraban en la Biblioteca Nacional de Madrid en la ya lejana década de los sesenta del siglo pasado. Desgraciadamente, aquel tipo de enseñanza tuvo muy corta vida. Y digo, por desgracia, ya que, sin ella, el terreno se hizo más propicio a cometer errores como el que pude observar en unos grandes almacenes madrileños, en donde el título de los Entremeses de Cervantes se encontraba entre los libros de cocina.  
 He aquí un poco de esa historia del libro: don Vicente Clavel, valenciano, periodista y fundador de la editorial Cervantes de Barcelona, fue el padre de la idea de celebrar la Fiesta del Libro una vez al año. El proyecto contó desde un primer momento con una gran acogida, consiguiendo que muy pronto fuese estudiado por el  organismo oficial competente – el Comité Oficial del Libro. Redactado finalmente el decreto, éste fue sometido al rey Alfonso XIII con fecha 6 de febrero de 1926.
 La primera celebración de la Fiesta del Libro tuvo lugar el 26 de octubre de 1926, fecha del nacimiento de don Miguel de Cervantes Saavedra. Sólo transcurrieron tres años, para que la onomástica del libro pasara a ocupar su fecha actual. Se eligió el 23 de abril, día del fallecimiento del autor de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, por considerarse mejor desde un punto de vista económico. Evidentemente, el mes de abril era más apropiado que el de octubre, ya que en este último solían adquirirse los libros de texto para los diversos tipos de enseñanza.
 La legislación de la Fiesta del Libro de 1926 ordenaba que en todos los centros estudiantiles se dedicara una hora de ese día a la lectura de alguna obra de Cervantes y, de paso, se aprovechase para ensalzar la hispanidad, amén de otros valores. De esta forma, en los cuarteles se empleaba una hora del día 23 de abril en esos mismos menesteres. Como dato curioso, se estableció que los ayuntamientos adquiriesen ejemplares para incrementar los fondos de las bibliotecas o para crear otras nuevas. Es más: la compra de esos ejemplares debería ser equivalente al 1% de los ingresos de los ayuntamientos, autorizándose a los libreros a poner sus puestos en la acera delante de donde se hallaba el domicilio de la librería, o, en su defecto, en la calle más cercana con posibilidad de montar la exposición. Y todo ello, con total exención de arbitrios municipales.
 Tras la Guerra Civil Española, una de las disposiciones que primero entró en vigor fue la de la celebración de la Fiesta del Libro.  En este nuevo decreto se recogía por primera vez la convocatoria de premios literarios.
 En 1968, con la lección bien aprendida en los cursos de librero de la Biblioteca Nacional – los estudios ocupaban dos años –, intenté poner un tablón sobre un par de burras en la calle Triana, con la sana intención de vender ejemplares de la recién fundada Librería Larra. Hoy guardo de aquella experiencia la larga conversación mantenida con un guardia urbano que me decía que ¡no podía hacer aquello sin contar con el correspondiente permiso!, mientras yo le repetía una y otra vez ¡que él no era quién para prohibírmelo!, argumentando para ello las dos disposiciones de 1926 y 1938, que debían sonarle a chino.
La conversación fue un auténtico diálogo de besugos. Después de una larga hora pude instalar al fin el primer “chiringuito” de la Librería Larra en la calle Mayor de Triana, y lo cierto fue que, más que vender, pasé gran parte de la mañana de mi primer 23 de abril explicando a la gente que aquel puesto no tenía otro objeto que celebrar la Fiesta del Libro, y que, si se atrevían a comprar algún título – algo normal en otras ciudades – estaba contemplado un 10% de descuento sobre su precio.
Para mí fue la primera de las batallas que llevé a cabo por el libro en esta ciudad. Porque hubo muchas más y, por si fuera poco, dignas de ser contadas, pero que, como dijo Cervantes al comienzo de las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza, esto importa poco a nuestro cuento: basta que en la narración de él no se salga un punto de la verdad.
 
            (Enviado desde el Museo Domingo Rivero, Las Palmas de Gran Canaria)   

4 poemas de Pino Betancor: una mujer en inmerecido olvido

 Oscurecida por la poesía de su marido, José María Millares Sall, Pino Betancor es una escritora casi olvidada. Curioso caso este: el propio José María Millares había sido previamente oscurecido por su hermano Agustín, del mismo modo que tal vez Manuel Padorno ha oscurecido la buena poesía de su hermano Eugenio Padorno. Bien: Pino nació en Madrid, 1928, de padres canarios y desde muy joven empezó a escribir prosa y poesía. Al contraer matrimonio con José María se estableció en la ciudad de Las Palmas, donde colaboró con periódicos y revistas, así como con la revista malagueña Caracola. Su creación está compuesta, entre otras, por: Manantial de silencio, Cristal, Los caminos perdidos, Los cantos diverso, Dejad crecer la hierba, Las moradas terrestres, Palabras para un año nuevo, Las oscuras violetas, La memoria encendida (publicación póstuma) Además colaboró con su marido en las populares composiciones Campanas de Vegueta y De belingo.-

 Fue en 1950 cuando Pino visita la isla, por primera vez, con el objeto de ver por primera vez a su familia. Y fue entonces cuando conoció al poeta con el que contraería matrimonio dos años más tarde. En Planas de Poesía, alentada por los Millares, publicará sus primeros poemarios, Manantial de silencio (1951), del que el escritor González Sosa dirá que es “el canto de una criatura que asistía encandilada a la revelación de la hermosura del mundo y las promesas de la existencia”, y Cristal (1956), donde yacen la encrucijada existencial de aquellos tiempos, las huellas del amor: “Yo soy la mujer dulce, la eterna peregrina/ que ignorando sus tierras a tus tierras llegó”.  Fue pionera y comprometida, sensible y emotiva, que predicaba solidaridad, paz y amor, cuya afectividad y ternura fueron un sostén para su marido y para sus hijos. El 31 de diciembre de 2003 ingresó con un infarto cerebral en el Hospital Doctor Negrín, y falleció esa misma noche.

 BALADA A NORMA JEAN
 

 Rubia como la luz te descubrimos
un día, Norma Jean, y eras la luz.
Cuerpo desnudo en la más pura desnudez.
Los ojos azules, tan azules, de niña abandonada.

Pobre, pequeña Norma, tan sencilla,
como una rebanada de pan recién cocido,
como un vaso de leche dulce y tibia,
con tu risa de flor y limonada.

Creciste pobre y bella, e ignorante.
Para nuestro recreo y para tu desgracia.
Te desnudaron aún más, hasta la última
piel, sinceramente tuya, pura y cálida.

Te pusieron un nombre nuevo, una nueva risa,
diferente a la tuya, limpia y clara.
En tus suaves labios, pintados de granate,
la voz sonaba falsa.

Te cubrieron de pieles, de ceñidos vestidos,
Chanel nº 5, satén y muselinas.
Visiones y ambiciones de pequeña estarlet.
Pobre, pequeña , dulce Norma Jean,
detrás de toda aquella mentira luminosa
te estaban enterrando.

Nosotros te mirábamos en la pantalla grande.
Hermosa, tan hermosa, como una rosa extraña.
Reías y cantabas y movías el cuerpo
como te habían dicho que lo hicieras.

Mas todo era un engaño.
Tú eras más verdadera en tu belleza
con tu rostro desnudo de maquillaje y sombras,
con tu cuerpo de niña que creció demasiado.

Te descubrimos tarde, ay, demasiado tarde.
(Sólo el cabello rubio, bajo la tela blanca),
y ese día, estremecidos y sin voz lloramos,
oh dulce Norma Jean, y rogamos por ti.

TERCIOPELO Y SEDA

De terciopelo y seda era su cuerpo,
pero no lo vio nadie.

La enseñaron, ya desde pequeña,
a trabajar muy duro y no quejarse.
A levantarse al alba, blanca y fría,
a ser ave sin vuelo, flor sin aire.

Un día marcha a la ciudad inmensa.
Allí conoce a un hombre, uno de tantos,
pequeño y arrogante.
Los hijos le vendrán sin desearlos,
sin desear a nadie.

Y seguirá cosiendo y cocinando.
Es su deber. No lo discute nadie.
La vida va pasando lentamente
detrás de los cristales.

La enseñaron a ser el pan que se cocina,
la mesa que se pone, la ceniza que arde,
y así vivió su triste y corta vida,
ignorada e ignorante
de todas las bellezas de la tierra.

Nunca de la pasión de los sentidos
le hablaron. De cómo un beso
puede encender el aire.
Y una sencilla, dulce melodía,
hasta el cielo elevarte.

Un día se durmió en la vieja mecedora.
Para siempre. Sin haber florecido.
Marchita ya la tez, marchita el alma.
Como tantas mujeres innombrables.

De terciopelo y seda fue su cuerpo
y no lo supo nadie.

BELLEZA TOTAL

Qué lindo eres, amor, aunque no seas
más largo que una noche de verano.
Aunque no tengas más valor que una
larga rosa en el hueco de una mano.

Qué lindo eres, amor, apenas duras
lo que dura un ensueño. Mas qué importa
tu brevedad de pájaro y de brisa.
La belleza total ha de ser corta.

Qué lindo eres amor. Hoy que no tengo
tu corona ciñéndome la frente.
tu perfume salvaje entre los labios,
despoblada me siento de repente.

Ven otra vez, amor, aunque de nuevo
seas una luz lejana, aunque un instante
me dure la ilusión de tu belleza
y te vuelvas de nuevo gris, distante.

Ven otra vez, amor. Ahora que entiendo
tu brevedad de flor, sabré adorarte
sin preguntar, sin esperar siquiera
mas que tu azul placer sobre mi carne.
(La memoria encendida)

VERDE PIEDRA

Verde piedra, azul de hielo.
Soledad de lo absoluto.
Una inmensidad de arena
es el silencio.

Pálidas flores nocturnas,
las magnolias del recuerdo,
aroman hoy más que nunca
mi silencio.

El manantial de aquel río
de amor, no se quedó seco.
Guarda el agua fresca y pura
del silencio.

Soledad de lo absoluto…
Si de tu lado me alejo
guarda estos pétalos blancos
en silencio.

martes, 22 de abril de 2014

Los escritores independientes

Manu de Ordoñana (San Sebastián, Euskadi)
 
Los escritores independientes ─¿no sería mejor llamarlos “escritores no comerciales”?─ se han convertido así en sujetos que se sitúan en los márgenes de la industria cultural, obligados a fundar una mini-empresa para administrar el negocio, no por voluntad propia, sino por pura necesidad. A la mayoría de ellos, les repele el nuevo oficio, la actividad mercantil es prosaica, en la antípoda de la misión poética que el destino les ha deparado. Además ─alegan algunos─, el tiempo que van a perder en tal menester sería mucho más provechoso si lo emplearan en la creación literaria y dejaran ese trabajo en manos de profesionales expertos. Y tienen razón.
El problema es que la situación ha cambiado. Los editores no quieren arriesgar con escritores desconocidos y los agentes literarios están saturados con el club selecto de los consagrados, un círculo cerrado al que es difícil acceder. Sólo lo consiguen aquellos autores perspicaces que saben interpretar lo que el vulgo prefiere, sin que la calidad literaria premie, basta con que entretenga. A él se reduce el negocio de la industria editorial, con él obtiene sus mejores beneficios, olvidando su vocación primigenia de descubrir nuevas talentos, con la excusa de una crisis económica que esconde otras razones más en línea con la ineficiencia y la falta de profesionalidad.
Se ha creado así un vacío que ha sido ocupado por una nueva especie de empresarios avispados que, con algunos conocimientos informáticos y buena dosis de osadía, han aparecido en el escenario literario para ofrecer un servicio de asesoría e intermediación en todo el proceso de comercialización del libro: la publicación, la distribución y la promoción. Generalmente, no tienen recursos económicos y, por eso, no asumen riesgos. La financiación del proyecto es por cuenta del autor que se compromete además a conceder la exclusiva para unos cuantos años, a cambio de una mísera remuneración. Si al menos, así terminaran las miserias…
Resulta que luego, como consecuencia de un contrato leonino, abundante en cláusulas redactadas con mucha floritura, llenas de promesas, pero huecas de obligación, el escritor comprueba que nadie se preocupa de la promoción del libro y que, si algo se hace, es por su cuenta y con pago anticipado. Pronto llega la desilusión primero y, más tarde, el enfado, al tener él que asumir esa ingrata tarea, restando tiempo a su misión trascendente: escribir.
¿Qué tiene que hacer entonces el escritor comprometido que no encuentra el cauce para dar salida a su capacidad creativa? La única alternativa es buscarse la vida. Por fortuna, las nuevas tecnologías lo facilitan. Existen hoy portales digitales ─Amazon es uno de ellos, pero no el único─ que permiten publicar libros a un precio razonable, incluso sin desembolsar un euro. Hay autores que, en poco tiempo, han obtenido éxito hasta el punto de entrar en la lista de “los 100 más vendidos”, con cientos de comentarios positivos en la red, una información precisa de las ventas y el abono puntual de sus ingresos. Algunos se han atrevido a contar su experiencia en la red.
Varios de esos autores que llegaron a saborear el éxito tras publicar sus novelas en Amazon, fueron luego “tentados” por editoriales de renombre con señuelos de fama y de dinero. Se dejaron engañar, entre otras cosas, porque les prometían hacerse cargo de la promoción de su obra, un cometido que la mayoría de los escritores elude. ¡Craso error! Se lamentaba así uno de ellos: “Desde que tengo editoriales que me “respaldan”, he trabajado en promoción como nunca, escribo menos que nunca, debo más dinero que nunca, gasto más que nunca y cobro menos que nunca”. No es un caso aislado, hay numerosos casos similares.
Los datos sobre su importancia varían según los países. Por un lado, la Federación de Gremios de Editores dice que la autoedición en España no supera el 10%, sobre un total de 70.000 libros publicados y que la cifra lleva siendo estable durante los últimos años. Por el otro, el número de libros autoeditados en Estados Unidos alcanzó los 235.000 títulos, un 43% del total. Pero todo es cuestión de tiempo: la conjunción entre Internet, la edición digital y la impresión bajo demanda harán el trabajo, un fenómeno que ya se puso de manifiesto en la pasada Feria del Libro de Frankfurt.
De hecho, la autoedición domina la venta de libros de Amazon. Y no hay que extrañarse. El editor tradicional gana dos veces más que el autor por la venta de un libro electrónico, a pesar de que el coste de producirlo es casi nulo, ya que no requiere impresión, almacenamiento ni transporte. Como resultado, los autores que autoeditan están ganando un 50% más de beneficio que sus homólogos en papel, a pesar de que la cifra de ventas es la mitad. Y todo eso, sin necesidad de arriesgar capital alguno, o muy poco, tan sólo lo justo para publicitarlos en la red.
Pero no todo son parabienes. La tienda online de Amazon es un bazar en el que se venden infinidad de artículos. La navegación es complicada, incluso para los iniciados, y no permite introducir títulos nuevos, de no ser “vendedor profesional”, en cuyo caso hay que pagar una cuota fija 30 euros al mes y se reduce la variable. Si uno aprende a moverse por su interior y consigue publicar, ha entrado en el purgatorio. El paso siguiente es salir de él cuanto antes, para lo cual es preciso adquirir visibilidad y darse a conocer. Algunos lo han conseguido sin gastar mucho dinero, incluso con obras de escaso mérito.

lunes, 21 de abril de 2014

Marruecos extiende su influencia en África negra

José M. Balbuena

El rey de Marruecos, Mohamed VI realizó un viaje de 24 días por varios países africano: Malí, Costa de Marfil, Guinea-Conakry y Gabón, con el fin de posicionarse en el aspecto económico y también en el religioso. Estos dos fueron los principales objetivos de estas visitas, o sea, fortalecer la cooperación y el asociacionismo estratégico, la influencia y la presencia marroquí en las mencionadas naciones.

Según informaba la revista Mundo Negro, que está muy bien documentada en asuntos africanos, el rey indicó que “antes de la diplomacia prima más la dimensión económica”. Realmente, esto es lo más importante en el vecino continente si se desea que el desarrollo llegue por igual a todos sus habitantes., pero, a veces, los dirigentes políticos de Africa no contribuyen a que ese auge se produzca, bien por la corrupción existente, por la existencia de estados frustrados, por la desintegración administrativa de los mismos, o por oscuros intereses foráneos que se centran más en sus beneficios que en el bienestar general de los habitantes  de esas naciones.

El monarca  no desaprovechó el tiempo y donó 10.000 ejemplares del Corán. No hay que olvidar que es también un jefe espiritual del Islam. Las inversiones del país magrebí tratan tal vez de desbancar a las que suelen realizar en esa zona los franceses y otras naciones europeas o en vías de desarrollo de cualquier otra parte del mundo. Puede hacerlo, tanto por afinidad religiosa, ya que el cristianismo y todo lo que huela a occidental se encuentra en retroceso, como por “hermandad panafricana”. En algunos de ellos, como en Nigeria, especialmente en el norte, se ha llegado al fanatismo religioso, con ataques a los cristianos, a sus  iglesias y  centros   educativos o de acogida.

Detrás de la operación marroquí, según las fuentes aludidas, se encuentra el llamado Banco Islámico de Desarrollo, cuyo presidente es Mohamed Alí.  El Islam es la religión “de moda” en África y avanza en casi todos los frentes, apoyada tanto por los ricos países petroleros de Oriente Medio, como por Marruecos ahora., que donan dinero para la construcción de mezquitas y de madrazas (escuelas islámicas). Todo ello, a pesar de que los árabes, en combinación con reyezuelos y jefes de tribu africanos han utilizado durante siglos a los negros como esclavos, de la misma forma que lo hicieron  los Estados Unidos, en el Caribe o en los países latinoamericanos.

En su vista a Malí, que es uno de los países más pobres de África, con hambrunas y gran mortandad infantil, Mohamed VI firmó 17 acuerdos, a lo que  se añaden los 3.000 millones de euros que la comunidad internacional pretende enviar para su reconstrucción. Pero, al mismo tiempo, exige que no se apoye la autodeterminación del pueblo saharaui. Como vemos estos nómadas están condenados a no poseer patria, de la misma forma que se ha hecho con los tuaregs,  que luchan por su supervivencia  y defensa de sus tradiciones y lengua en varios países de esta zona, principalmente en el Chad.

En Costa de Marfil se realizaron 20 acuerdos bilaterales, con un montante de 110 millones de dólares, que se destinarán a desarrollo pesquero, salud, minas, educación e industria alimentaria. Hubo otro acuerdo con la compañía aérea Royal Air Maroc (propiedad real, claro) y con los guías sufies Tijaniya, para ayudar a islamizar el país, ofreciendo descuentos en las tarifas para viajar entre Abiyan y Fez.

En Guinea-Conakry se produjeron 21 acuerdos y donó abonos y complementos alimenticios para animales, 2.159 toneladas de fertilizantes y alimentos para aves de corral y ganado bovino. Todo ellos con vistas a la potenciación de la riqueza agrícola de este país y posibilidad de mejora de las condiciones de vida, previsión de evasión fiscal en materia de impuestos sobre la renta y otros sobre transporte, pesca y logística. En Gabón hubo veinticuatro acuerdos, convenios gubernamentales y otros relativos  a operaciones de los sectores privados.

Mohamed VI no pierde el tiempo pero, en cambio, pocos cambios democráticos se observan en su propio país y menos aún cesa en su actitud de anexionarse definitivamente el antiguo territorio de Sahara español.

domingo, 20 de abril de 2014

Este lunes, en el "Entre Palabras" (Biblioteca del Estado, 19.30 tarde)

Este lunes, a las 7 y media de la tarde, tendré una intervención en el programa "Entre Palabras", consistente en un diálogo que coordina el escritor Daniel María, en la Sala Manuel Padorno de la Biblioteca Pública del Estado, Avenida Marítima.

García Márquez y otros grandes maestros

En una entrevista que le hice hace una eternidad, Miguel Delibes señaló que un escritor cualquiera es hijo de cien padres, esos padres son autores de los cientos o miles de libros que ha devorado y ha sido capaz de asimilar a lo largo de su vida. Gabriel García Márquez, a quien conocí en Barcelona cuando la Ciudad Condal era un lugar abierto y cosmopolita y por allí pululaban los autores del boom, era un hombre cordial, consciente de su enorme talento. “Todos nacemos con los polvos contados”, fue la primera frase que soltó, categórica y brutal, cuando nos sentamos y que reprodujo mucho después en un artículo en El País. En mi entrevista, que se publicó en La Provincia, y en extracto en la revista Triunfo, dijo que los canarios son parecidos a los colombianos, pues ambos son gente del sur, cálida y aficionada al ron. Nunca estuvo en Canarias pero sí sabía que hemos sido un pueblo emigrante y cercano a su Colombia natal. ¿Qué decir de esa obra maestra, Cien años de soledad, y de buena parte de sus cuentos y novelas sino que son piezas indestructibles por la belleza de su lenguaje y la potencia de sus historias?

A través de su oficio fue capaz Gabo de enaltecer la profesión del periodismo y de emocionar a muchos con sus historias muchas veces nacidas de su propia experiencia de reportero o de pueblerino nacido en Aracataca, el Caribe caliente donde cantan vallenatos. Ha dicho la crítica que Cien años es lo mejor en lengua española después del Quijote, y seguramente los expertos tienen razón. Ese es un libro absolutamente único, tal es su capacidad de seducción. Pero cualquier escritor es hijo de mil padres, por eso resulta imposible definir cuál es el libro que más te ha influenciado a lo largo de tu experiencia con las letras. La relación sería interminable: Albert Camus, Kafka y Samuel Beckett, por citar tan solo a algunos de los maestros europeos; el enorme Shakespeare con su teatro; el cubano Alejo Carpentier con su brillantez formal; el uruguayo Onetti con su angustia existencial; el mexicano Carlos Fuentes con su prosa acerada; los argentinos Sábato y Borges, maestros a los que nunca les dieron el Nobel pero que sobrevivirán más allá que muchos galardonados por los suecos; el juguetón Cortázar de Rayuela y el peruano Vargas Llosa tan admirable en La casa verde; los norteamericanos de prosa eléctrica y caliente: Hemingway, Scott Fitzgerald, Faulkner, Dos Passos, Steinbeck…

Creo que no es exagerado señalar que los miembros de la generación de los 70 pudimos asimilar, a través de los grandes novelistas latinoamericanos de aquella época, lo mejor de la tradición literaria universal, desde los griegos a Las mil y una noches y las grandes sagas universales. Y, entre todos esos maestros, citaré a un canario olvidado pese a que fue el mejor novelista del movimiento surrealista español: Agustín Espinosa, con su perseguida novela Crimen, que fue quemada en la dictadura, y su portentoso Lancelot. ¿Qué decir de la poesía esencial y metafísica de Pedro García Cabrera, otro maestro que me dejó su huella cuando apenas era yo un veinteañero? Hoy en día, en estos años de whatsapeo y mensajes efímeros, pese a que cada dos por tres se da por muerta la novela y toda la literatura, hay enormes maestros de talla mundial como el surafricano Coetzee, el israelí Amos Oz, el norteamericano Philip Roth o el japonés Murakami. Gente que ha conseguido algo tan difícil como lo que logró García Márquez: conseguir ventas millonarias de sus libros pese a ofrecer literatura de calidad, no literatura comercial del tres al cuatro, literatura profunda, no literatura de mero entretenimiento.

Llevo 45 años escribiendo libros y escribiendo en los periódicos, y reconozco que pocas obras me han deslumbrado tanto como Cien años de soledad, la novela de las novelas, dotada de una perfección formal y de una belleza que hipnotizan a tantos lectores. El escritor, mago y embaucador, consigue que en sus páginas vivan llí estaban la miseria y la grandeza de todo un continente, allí la capacidad de invención, el realismo mágico, lo real maravilloso, el lenguaje desbordante, los ejércitos de mariposas amarillas y los infinitos devaneos de los Buendía en ese Macondo que refleja las miserias y las esperanzas de una América Latina siempre irredenta. Allí se incorporaban Juan Rulfo, Cervantes, Dostoievski, Flaubert, Víctor Hugo, Dickens, Galdós y todos los demás. Los cien padres de cada escritor que citaba Miguel Delibes.

Ahora que conmemoramos el 23 de abril, Día del Libro, justo es reconocer que en medio de una sociedad que cultiva las vanidades rápidas y efímeras, en un colectivo aparentemente vacío de valores, existen todavía los libros y sobrevive una literatura verdadera, con calidad y ansias de permanencia más allá de ser un producto de entretenimiento. Y esa gran literatura permanecerá mientras existan lectores capaces de soñar otros mundos más allá de las cuatro paredes de su puesto de trabajo o de su casa, pues nos enriquece la vida, nos ofrece la posibilidad de sumergirnos en otros mundos, los fabulosos territorios de la reflexión y la imaginación, del pensamiento que se rebela frente a tantas deslealtades, a tantas corrupciones, a tantas mentiras. Y justo es concluir que un genio como Gabriel García Márquez se eleva en el Olimpo de los inmortales porque su obra es la de un creador total que supo hurgar en su tiempo. Podríamos decir que, ahora que ha pasado a la otra vida, San Gabriel García Márquez es un escritor inimitable que descansa en paz en el paraíso de los elegidos.
 
(Ilustraciones: Gabriel García Márquez, Vargas Llosa, Alejo Carpentier, "Crimen", de Agustín Espinosa, y Albert Camus)

jueves, 17 de abril de 2014

En la muerte de Gabriel García Márquez: el genio

Ha muerto Gabriel García Márquez...mi agradecimiento a ti, por habernos dejado una obra donde la fábula y el sortilegio nos hacen soportar la tan devastada América Hispana...al coronel ya no le interesa que le escriban, y a la mala hora se le cayeron las agujas del reloj, el general en su destierro te recibe en un nirvana para elegidos y cien años de soledad son nada en la eternidad que te aguarda García Márquez...tuve el honor hace 22 años de estar en tú líndisima casa de Cartagena de Indias, donde has dado cita a muchos jóvenes escritores y poetas, para simplemente dialogar en un clima macondiano....un abrazo fuerte y con la emoción indisimulada que me asiste... qué quieres que agregue, las muertes de ustedes los que marcaron el camino, que se hace y deshace a cada paso, los maestros, que no serán igualados....seguiremos transitando nuestras existencias, sabiendo que vamos quedando huérfanos de maestros inigualables...es duro y un desafío para todos los que nos nutrimos de valores estéticos por y para todos y todas... Hasta siempre Gabo!

Eduardo Sanguinetti, Mar del Plata, Argentina

miércoles, 16 de abril de 2014

5 poemas eróticos de Ana Istarú (Costa Rica)

Ana Istarú nació en San José de Costa Rica, 1960. Actriz, periodista y escritora, su poesía está impregnada de erotismo, el sexo visto desde el punto de vista de la mujer. Ha destacado como actriz y autora de obras de teatro. Su obra poética, que abarca seis poemarios, ha sido recogida en antologías americanas y europeas. Su libro más conocido, "La estación de fiebre", Premio Latinoamericano Educa 1982, ha sido también publicado por la Colección Visor de Madrid, y vertido al francés. Cuenta también con traducciones parciales al inglés, alemán, italiano, holandés y sueco.  Como dramaturga ha obtenido dos premios internacionales en España. Co-escribió, junto con el director, el guión del largometraje de ficción "Caribe", protagonizado por Jorge Perugorría.Se le concedió en 1990 la beca de creación artística de la Fundació  Guggenheim.
 
 
1
Esta noche de desposada
soy mi balcón.
Ventana soy
sin otro atuendo que el del amor.
Y cuando el día
golpee en el vidrio de mi ventana
he de vestirme con mi sábana de desposada.
Que balcón soy.
Para mostrar el paño blanco
tan blanco por la ventana,
tras esta noche de desposada.
Sin una sola nervadura de la amargura,
sin alfileres púrpuras,
sin una isla ni un algodón
en que alojarse pueda el dolor.
Que blanca y pura
soy mi balcón.
Adiós la sangre.
Adiós la sangre, la sangre y su tiniebla.
Que así desnuda y cubierta
con mi sábana de desposada
yo estoy armada.
Y por las calles de España
y a mi América cansada voy,
para mostrar mi blanca tela,
vagina blanca. Blanco el amor.
Porque esta noche de desposada soy mi balcón.

2
Ábrete sexo
como una flor que accede,
descorre las aldabas de tu ermita,
deja escapar
al nadador transido,
desiste, no retengas
sus frágiles cabriolas,
ábrete con arrojo,
como un balcón que emerge
y ostenta sobre el aire sus geranios.
Desenfunda,
oh poza de penumbra, tu misterio.
No detengas su viaje al navegante.
No importa que su adiós
te hiera como cierzo,
como rayo de hielo que en la pelvis
aloja sus astillas.
Ábrete sexo,
hazte cascada,
olvida tu tristeza.
Deja partir al niño
que vive en tu entresueño.
Abre gallardamente
tus cálidas compuertas
a este copo de mieles,
a este animal que tiembla
como un jirón de viento,
a este fruto rugoso
que va a hundirse en la luz con arrebato,
a buscar como un ciervo con los ojos cerrados
los pezones del aire, los dos senos del día.
3
Cual red que me retenga,
dónde un mástil como a Ulises,
dónde un muro de algas pérfidas
que me corte este vuelo,
que me imprima en la lengua
otra sed que no sea
esta sed de tomarte
con huracanes ciegos.
No hay cuerda que me toque,
no hay turbios arrecifes.
Soy un rayo perfecto.
Ardo en un girasol
delirante de celo.
La sangre se me escapa,
tornado adolescente.
Una orquídea de oro
te he de poner por sexo.
No hay ríos maniatados,
no hay sal, no hay torcedura
que me lacere el paso.
Voy a beber el mar
que guardas retenido,
a arrancarte la copa,
el algodón de nieve,
de la leche los lares,
lentos linos, luceros.

Cubro tu cielo tu espalda.
Tú entre mi espalda y el cielo.

4
Mi clítoris destella
en las barbas de la noche
como un pétalo de lava,
como un ojo tremendo
al que ataca la dicha,
al que el placer ataca
y contraataca
con zumos delicados,
enfebrecidas salamandras.
El útero olvida
su suave domicilio. Desata
las cuerdas del espacio.
Varón, que te recorre
mi pubis, fuego y raso.

5
Hoy llevo puesto
mi vestido tierno.
Y la casa está dorada
como un jarro de miel.
Hoy,
cuando el cielo ascendía de nuevo
sobre mi árbol
he arrancado de un soplo
el único pájaro que tenía.
Cuando se alejaba,
parecía que el alma se me llenaba de plumas.
Y un solo pájaro atravesó la mañana.
Debe de estar desangrándose
en el tejado oscuro de tu casa.
Esta mañana el único pájaro
que me quedaba
se ha roto hasta apagarse,
aurora que se desgarra.
Esta mañana,
cuando el sol
sembraba de margaritas
todos los rincones.

—Tu puerta estaba cerrada—

martes, 15 de abril de 2014

Moby Dick, en las letras canarias

Nadie duda de que el rodaje de la película clásica Moby Dick del director John Huston con el actor Gregory Peck en las aguas de El Confital (diciembre-enero de 1954-55) ha sido uno de los acontecimientos más importantes para la cultura canaria en las últimas décadas. Sin duda debería hacerse un recordatorio, en forma de placa, en forma de escultura o de cualquier otro monumento, por parte del ayuntamiento capitalino, pues así lo merecen los espacios en que se filmaron los últimos minutos de la acción del film, así como los establecimientos hoteleros y los restaurantes que frecuentaban los equipos técnicos aquí desplazados. La propia playa de Las Canteras y la zona de El Confital serían el marco adecuado para perpetuar esa memoria. Con el rodaje de Moby Dick y el posterior de Tirma, en el propio verano de 1955, Gran Canaria se alzaba como privilegiado plató cinematográfico, y es a partir de entonces cuando las islas se convierten en un escenario relativamente frecuente para producciones cinematográficas internacionales.
La densa novela de Herman Melville (1851) forma parte del canon literario no solo de Estados Unidos sino de la cultura occidental. Se trata de una lectura obligatoria en institutos y universidades norteamericanas, y así se estudia la personalidad de su autor, el olvido que padeció y su posterior recuperación, la densidad simbólica del libro, su capacidad de metáfora, el papel de la industria ballenera en el contexto de la lucha del ecologismo por la salvaguarda de las especies. Realismo y simbolismo, tragedia, drama y épica, las luces y las sombras de la condición humana. El capitán Ahab con su obsesión por vengarse de Moby Dick, la civilización y la barbarie, la lucha entre el bien y el mal, el trágico final de los personajes que intervienen en la acción, con Ismael como único superviviente. Como novela, Moby Dick es una pieza de grandes dimensiones, de ahí que el mito persista y sea tan interesante para el cine.
Ahora que se propone una ruta turística para rescatar la memoria del rodaje, justo es también recordar que aquí existe una obra referencial, ignorarlo supondría practicar el ninguneo y el sectarismo tan característicos en la cultura canaria. Se trata de una una crónica que también es ficción literaria, precisamente la novela Moby Dick en Las Canteras Beach, de Rosario Valcárcel, en Anroart Ediciones, con fotografías inéditas proporcionadas por el coleccionista Andrés Padrón. El libro es una rememoración de aquellos años y fue presentado en olor de multitudes en el Gabinete Literario, hace dos años, junio de 2012. La novela de Herman Melville se convierte en una voz en off, casi omnipresente en el relato de Valcárcel, pues va fundiéndose con él. Al acto literario del Gabinete asistieron protagonistas de aquella aventura cinematográfica de hace sesenta años, citados en el proyecto Salvar la Memoria, Moby Dick y Tirma, mediante el cual se hicieron entrevistas a personas relacionadas con el acontecimiento, por lo cual ha tenido proyección ciudadana y sigue dando pie a nuevas actuaciones. Pese a que recientemente se ha rodado en La Gomera y Lanzarote otra producción basada en la misma historia, aquel rodaje sigue estando en primer plano. Valcárcel, pionera de la narrativa erótica en las islas, describe en su texto ya citado el valor de la amistad, la iniciación en la vida de la joven protagonista que aparece como testigo de aquellos acontecimientos, cómo fue el rodaje con muchos extras, así como anécdotas sobre la presencia de Gregory Peck en la isla, y los personajes que intervinieron. Como primicia, podemos añadir que esta novela está siendo actualmente traducida al francés.
Una vez comprobada por los técnicos extranjeros su buen oficio, la gran ballena blanca fue fabricada por operarios locales en los astilleros que existían en la actual calle Albareda, tan solo la cola del cetáceo se trajo de Inglaterra. La autora avanza en su libro con su estilo diáfano, su lenguaje claro, dúctil y espontáneo, sobre el cual afirma el riguroso crítico Jorge Rodríguez Padrón: “esa forma de contar, tan directa, tan sin rodeos, creo que tiene espontaneidad, y por eso mismo verdad. Pero sucede que, a menudo que leemos, nos llevas hasta el otro lado de la cosa, la novela de Herman Melville, cuyos fragmentos dialogan con las situaciones que cuentas en un intercambio muy interesante. Tú has sabido darle vida y verdad al imaginario de la isla.”
El coordinador del proyecto Salvar la Memoria. 50 años. Tirma-Moby Dick señaló en el acto del Gabinete que Valcárcel “es una ciudadana ejemplar que, con arte firme pero cariñoso, se encarama sobre la multitud para describirnos un lugar que, como los grandes, absorbe como una esponja las señales que le llegan de fuera. Un espacio vital, sin complejos, muy generoso, que ha perdido mucho tiempo -más del que pudiéramos considerar normal- para zafarse de las cuerdas que le impiden desarrollarse en toda su plenitud.” En síntesis, se aprecia que cuando escribe, tanto en sus relatos eróticos como en su literatura juvenil, esta mujer tiene un estilo cálido, fresco, cercano, aparentemente sencillo pero contagiado de sutileza y elegancia. El mar le resulta cálido y cercano, como ya sucedió en su primer libro de evocación, La Peña de la Vieja y otros relatos, Anroart, 2006, sobre su infancia en Las Canteras.