martes, 30 de abril de 2013

1797: el auge de la novela histórica


En las letras canarias hay un buen momento de creatividad, y se manifiesta en diversos sectores: novela, poesía, ensayo, novela negra, novela histórica, novela fantástica, literatura erótica. Luis Medina Enciso, hijo del célebre El Minuto –personaje de nuestro folklore por su pertenencia a Los Sabandeños– ha escrito una novela bien documentada, densa y ligera a la vez, sobre las invasiones piráticas que se acercaron a Tenerife a finales del siglo XVIII. Como leemos en el prólogo “a finales del XVIII España era un país convulso, problemático y en clara decadencia, que se encontraba dirigido por infames regentes y aristócratas de escasas entendederas, que de manera lenta pero segura dinamitaban su posición en el mapa internacional; máxime en una época en la que la pugna entre las tres grandes potencias coloniales del planeta: Inglaterra, Francia y la propia España, estaba en su punto más alto tras la Revolución Francesa de 1789, lo que haría cambiar definitivamente el mundo tal como se conocía hasta la fecha.”
Los devaneos de la triste política española de la época –loquinarias alianzas y contraalianzas de amistad y de guerra con Francia y con Inglaterra– están en el meollo de las intentonas piráticas para adueñarse de Canarias, un punto estratégico que incentivaba la voracidad de las potencias. Hay un dicho facilón: si Tenerife hubiera dejado entrar a Nelson y no hubiera dejado entrar a Franco nuestra historia habría sido diferente.
Luis Enciso ha escrito una novela amena, con un lenguaje desenfadado, casi lenguaje barriobajero de soldadesca, descriptiva y exacta por el buen manejo de una documentación exhaustiva. Los diálogos son explícitos y ayudan a la dinámica del texto, la caracterización de los personajes funciona. 1797 Piratas del Atlántico no parece una primera novela de un autor que a los nueve años ya publicó su primera intervención pública en homenaje al naturalista de TVE Félix Rodríguez de la Fuente, el amante de los animales. Colaborador de medios digitales y tradicionales, viajero por medio mundo, el autor emprende ahora su trabajo literario con esta obra en la que exhibe su interés por la historia y las tradiciones de las islas, que durante largo tiempo ha cultivado como folklorista.
Canarias se convirtió en una escala imprescindible entre América y Europa, y el trasiego de mercancías y riquezas entre las dos orillas del Atlántico no pasó desapercibido para los piratas, de ahí que la Corona inglesa convirtiera en personajes distinguidos a los depredadores como Drake, que debilitaban los intereses del imperio español. Los británicos vinieron con afán de conquista, Canarias era ya una escala en el nuevo imperio mundial que Inglaterra estaba consolidando, pero peores que los británicos eran los piratas norteafricanos porque estos solían llevarse gente para luego pedir abultados rescates por su liberación. El propio Miguel de Cervantes padeció en sus carnes esta forma de actuación.
La hazaña del 25 de julio de 1797 mereció convertirse en uno de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Siempre me he preguntado por qué nuestro ilustre paisano no lo abordó, máxime cuando esto le fue solicitado explícitamente por un jovencísimo periodista llamado Manuel Delgado Barreto en el homenaje que a Galdós se le hizo en Madrid, el 9 de diciembre de 1900. El éxito de esta novela es haber sabido dinamizar la documentación existente y haberla convertido en un libro atractivo, que maneja personales reales e imaginarios, el cruce de los héroes históricos con los héroes de ficción —así Diego Correa y Juanillo el Rastrojo—, peripecias que introducen al lector en la secuencia de los acontecimientos que se vivieron antes y después de la gesta del cañón Tigre. Por nuestros ojos desfilan las fortalezas, las menguadas fuerzas tinerfeñas, los mandos y los soldados atrapados al vuelo en los campos mientras plantaban papas, el poderío de la flota invasora, las reacciones de sus oficiales y la personalidad absorbente del contralmirante Horacio Nelson, aclamado como el mayor héroe naval de Inglaterra y cuyo corazón reposa en la cripta de hombres ilustres de la catedral de San Pablo. El autor consigue buenas descripciones de cómo era Santa Cruz, de sus calles y habitantes, parece que oliéramos el mar y sintiéramos el sabor acre de la pólvora, los fogonazos de la artillería en la noche sin luna, el estruendo de los cañones, el temor y la audacia de los combatientes, la sangre de las heridas y la muerte, la elegancia de la rendición final. Las secuencias son pormenorizadas y creíbles, el texto no tira de la erudición sino que capta al lector. Luis Medina ha acertado.

lunes, 29 de abril de 2013

El jueves 2, Pablo Losa en el Colegio de Abogados

Este jueves, 2, a las 19.30, en el Colegio de Abogados de Las Palmas (Plaza de San Agustín, 3 - Vegueta) presentaremos la exposición de pintura de Pablo Losa, que permanecerá abierta hasta el 31 de mayo. Losa es de Burgos y lleva 30 años residiendo en Gran Canaria, se trata de un verdadero perfeccionista del paisaje, tanto en pastel como en óleo. Una obra clasicista, repleta de transparencias y luminosidad que ahora muestra algunas marinas y escenas de cumbres, mar embravecido en El Confital, dunas de Corralejo, faro de Maspalomas, Las Canteras y flores con un tratamiento casi hiperrealista.
Losa domina como pocos la instantaneidad de la naturaleza. Sus cumbres y sus marinas reflejan todos los matices del color, de la luz, incluso de elementos intangibles como el viento, la calima, el salitre, la humedad, las nubes, el sol, los nocturnos. Nos introduce en la naturaleza con toda su carga de sensaciones y emociones, se empeña en darnos la carga lumínica, sensorial y espiritual de las islas.
Son casi 40 obras con mares de nubes, castaños y nogales, heladas en el Pozo de la Nieve, escenas campesinas, flores de mundo y rosas. Trabaja en capas la técnica del pastel y busca la abstracción con toque surrealista que ya desarrolló en su serie iniciática dedicada a la catedral de Burgos, cuando la naturaleza volcánica y el mar inundaban este grandioso monumento gótico.

viernes, 26 de abril de 2013

Berlín, desde el otro lado


A Berlín la definía como una feria a medio construir: aún le faltaban los mejores tiovivos, el túnel del miedo y el de la risa. Pero en verdad era un lugar ecléctico, el espacio del universo en que había más McDonalds por kilómetro cuadrado según anunciaban las vallas publicitarias y donde a cualquier hora del día se podía paladear codillo con col agria y disfrutar música anglosajona, el consabido chirri chirri de los nuevos locales ubicados en la antigua zona rusa. Claro que también había muchas librerías y tiendas especializadas en músicas de los lugares más exóticos del mundo. Nadie quería desvelar el rincón en que Hitler construyó su búnker, tan malos recuerdos debían ser sepultados para siempre y el visitante nunca debía pretender rememorarlos, pero la explanada de sus mítines conservaba su siniestro poderío. El sector oriental, peor acicalado, ofertaba alquileres más baratos y promocionaba locales de copas. La Isla de los Museos atesoraba restos de la antigua Babilonia y la Puerta de Brandeburgo permanecía escondida por andamios de restauración con el patrocinio de un banco, sobre los adoquines habían pintado el trazado del Muro con sus precisos zigzags y pululaban recordatorios de quienes murieron por cruzarlo. A través de los bulevares de los tilos -Unter den Linde- circular por donde desfilaban las juventudes nazis representaba un ejercicio sosegado y placentero, con la gente cumpliendo las señales y cediendo el paso sin malos modos.
                -Eres un pervertido –dijo cuando se lo propuso por primera vez.
                El, en cambio, aseguraba que no tenía nada de raro. Le trajo revistas, le mostró los sitios de internet donde lo anunciaban. Todo el mundo pretendía renovar sus experiencias con mucha discreción. ¿Y qué es la vida –le escribió en un poema- sino un frenesí, una locura pasajera, un tránsito hacia el vacío? Vivimos una era de prisa y urge actuar ahora, pensar después. O nunca. Puede que el mañana sea demasiado tarde. Disfruta la intensidad del momento.
                -De acuerdo –aseguró al cabo de unos días.

                Por eso fueron a la agencia de viajes y sacaron billete para la gran fiesta con que recibirían el milenio en el paseo que va desde el monumento de la Victoria hasta la Alexanderplatz.
                Así que con unos cubatas huyeron de los cero grados y se metieron en Charlottenburg, el barrio de los norteamericanos donde las boutiques son tan lujosas como en París. Los bares gays y los clubs de intercambio los llamaban en todas las esquinas con su derroche de pedrerías, lentejuelas, brocados, ligueros y bragas alusivas a la gran renovación. Precisamente en uno de esos locales, el Zwielicht, celebraron a media luz la llegada del 2000. Como decía el cartelito de entrada “Todo puede ser, nada tiene que ser.” Del vestidor al bar había camino suficiente para ver y ser visto, participar o simplemente observar. Habitaciones reservadas y cuartos de espejos para que cualquiera pudiese contemplar cuanto le viniese en gana respetando unas pocas reglas: no insistir si recibes una negativa, no besar en la boca, llevar preservativo.
                Primero curiosearon la infinita variedad de argollas para los labios vaginales, para los pezones, la base del pene y del glande. Cerca un tipo gigantón se intentaba ganar a una paquistaní dulce y flexible como la flor de loto, docenas de cuerpos a punto de entrelazarse sin conciencia del pecado original. Pero quizá por la vergüenza o la inhibición del alcohol ni ella ni él disfrutaron el encuentro. Era como si acabaran de ponerse una ropa que les apretara mucho, o que les quedase demasiado holgada. Tal vez debían habérselo montado en el hotel, alquilando a un chico bisexual o una lesbiana. Por ahora la infidelidad en grupo era una falsa expectativa.
                Para colmo, a la salida empezó a nevar. El había extraviado la bufanda, y no había un solo taxi a la vista. Se sintió tan petulante y ridículo que arrastró a su mujer a la primera iglesia que encontraron abierta, y de inmediato las fugas de Bach serenaron su mente. Entonces se dijo que del año nuevo no pasaba: le resultaba imprescindible llevar más allá sus sensaciones y hacerlo sin claudicar; por eso ya tenía ahorrado lo suficiente, un capitalito bien administrado.
                Lucharía con todas sus fuerzas para cruzar la frontera, no la impresionarían las barreras ni las alambradas ni los puestos de control; haría el viaje aunque tuviese que dejar mucho en el intento. Sí: guiarse por las tentaciones de un paraíso prometido tras un cambio de sexo que no dejara secuelas y al fin le permitiese ver la vida desde el otro lado.
(De “¡Mamá, yo quiero un piercing!”, relatos) 

jueves, 25 de abril de 2013

3 poemas eróticos de Rosario Valcárcel


Rosario Valcárcel, a la que se le puede considerar pionera de la literatura erótica en las islas, nació en Las Palmas de Gran Canaria. Ejerció como profesora de EGB en Lengua Española e Inglés. Su nacimiento en Las Canteras influyó en su primer libro, La Peña de La Vieja y otros relatos , un homenaje al mar de la infancia según Justo Jorge Padrón, Anroart; Del amor y las pasiones, Anroat, 14 relatos repletos de sensualidad, presentado por el catedrático de la ULPG Dan Munteanu; El séptimo cielo, Anroart (según la profesora Carmen Márquez son 13 relatos con técnica cinematográfica sobre la complejidad del amor), Las máscaras de Afrodita (se nutre del amor y del deseo, la caducidad del tiempo, la fugacidad de la vida, según Sabas Martín); Sexo, corazón y vida, (la autora domina la liturgia del sexo, dijo Elsa López) y Moby Dick en Las Canteras Beach, Anroart (sobre el rodaje en Gran Canaria de la célebre película, con Gregory Peck y John Houston, en la Navidad de 1954-55).




CUANDO HACEMOS EL AMOR DE MADRUGADA,
el frío se consume y la habitación en llamas
jadea como el bramido de un volcán
que emana recuerdos amarillentos,
esculpe corazones.
                                Aleja la muerte.

Cuando nos abrazamos en la penumbra
tu aliento se pliega con el mío, el sabor
de alisios libertinos agita el placer,
se derriten las penas y los rencores.
                                  Se olvida todo.

Cuando me estrechas y te estrechas,
los espíritus diabólicos se disfrazan,
escucho mi zambullida, las corrientes
dormitadas. Vuelve la calma.
                               Se olvida todo.

MOSTRÉ EL ÚLTIMO SECRETO
a tu mirada inquieta.
Los poros de mi gruta se abren
como una fuente de miel
pegajosa y letal.

Hálito suave, destilan las ingles.
Fascinada viajas a mi sexo,
a mi reino profundo.
El adiós, ya se sabe, es trago amargo.
Querías ser halcón de certero pico,
excavar hasta el fondo,
rasgar mis sueños.

Todo esto pasará, dijiste,
por eso retornas allí,
al origen, al mar desgreñado,
a la profunda matriz
donde se unen las corrientes.

Mis senos con tus senos,
mis labios con tus labios,
la catarata se precipitó
como si fueras mía.
El edredón  nos libró del frío,
y, como si un destino acechara al otro,
al mismo tiempo nos amamos.
Nadie me había besado como tú.

No seas celosa –te dije,
pues tal vez siga volando
de aquí a la aurora.

El sol nos transformó
en cariátides.
En la misma columna,
un solo cuerpo,
los mismos sentimientos.

MIS PIERNAS PALPITAN
prisioneras, pugnan por abrirse.
               
Quiero alzarme sobre el mar que hierve,
emerger en tu humo de fuego,
explorar los abismos de tu lecho.

Quiero la vibración de tu aliento,
fundirme en tu fragua,
moldearme en tu oleaje.

 Mis piernas palpitan,
 palpitan en otro cuerpo sin sosiego,
 enajenan mi razón, gritan de escalofríos.

 Ansiosa quiero vivir con el huracán,
 romper con las manías de Satanás.

 (De Las máscaras de Afrodita, Ediciones Idea)

miércoles, 24 de abril de 2013

El calorcito de Sevilla

Por tantas cosas pendientes, eligió cuidadosamente el día y la hora. El treinta y uno, a las siete.
Siempre de buen humor, a punto para cumplimentar las órdenes. Pues el secreto está en cultivar los pensamientos positivos. Lo fundamental consiste en retrasar los días críticos, y cuando éstos llegan continuar con nuestra vida cotidiana, procurando eludir las situaciones de confusión. Relajarse al máximo para el trabajo, ser energético y eficiente.
—Prepara la limusina, y al aeropuerto –era la orden, no hacía falta que se la recordaran.
 Tras una limpieza a fondo con la aspiradora repasó los cromados y conectó la cafetera. Mucho ambientador por los rincones: no consentiría ni el más mínimo rastro de nicotina, quién sabe si podría ser motivo de despido.
Casualmente, le encantaba darse una vuelta por los bares desde donde contemplar el devenir del mundo en aquellas pistas. Si fuera tarea más sencilla, habría sido ayudante de piloto, su gran pasión, de la misma forma que convertirse en guía turístico fue otra de sus vocaciones frustradas. Menos mal que la vida da muchas oportunidades: ahora era conductor, guardaespaldas, hombre para todo, y no le iba mal.
El vuelo de Nueva York llegaría a tiempo, pero con la conexión de Barajas ya veremos. Ensimismado en sus pensamientos, la reconoció por la foto.
—Vaya titi impresionante, una yanki de pura sangre, no le faltan sino el sombrero y camiseta con la banderita –eso pensó.
La sobrina de la mujer del jefe se propone estudiar un año de español, pronto se hará cargo de supervisar Latinoamérica. No puedo escurrir el bulto, así que la llevaré a su hotel, le mostraré el barrio de Santa Cruz y andaré al quite en los primeros momentos. Typical spanish y olé. Ha venido con días de sobra para disfrutar, dice el jefe que es de hierro, ni le afecta el cambio horario y se pondrá protector de bebé para el sol. Esta misma noche la acompañas a cenar pescaditos fritos, una mariscada, paella, jamón patanegra, lo que se le apetezca. Y si quiere marcha, derechito al tablao. Quien no ha visto Sevilla no ha visto maravilla. Tú aguanta mientras ella te siga el hilo, espero que me dejes a buena altura, eh.
—Hola, soy Maggie –dijo ella, presentándose.
I am Juan Luis –respondió, estrechándole la mano. Clavado se quedó ante su belleza.  
Ya se había fijado en sus labios carnosos y el hoyuelo de su barbilla, los ojos azules y la melena peligrosa. Una figura de gimnasio y muy buen color de piel, no tanto deporte acuático como imaginé sino muchas sesiones de bronceado artificial. Un cuerpo casi perfecto sin prescindir de sus cachitos de silicona, naturalmente. Claro que ante gente importante se necesita precaución; el patrono sabe que me controlo más que los otros, no es raro que me encargue más cometidos y así nos pudimos comprar el adosado con su trocito de césped y su barbacoa. Soy legal, está claro; cuando trabajo ni pruebo el alcohol. Tampoco ella ha querido las copitas de jerez, se conformó con olerlo, tal vez sea por el aire caliente de estos días. Vaya suerte tienes, condenao –me soltó Crispi, el nuevo camarero de Sanlúcar. Cuidadito chiquillo, somos gente de ley -le corregí. Y eso que le he dejado buenas propinas, pero abunda la chusma sin categoría, les das la mano y se cogen hasta el codo. Me cabrea tanto mal profesional que anda por ahí, si todo quisque se aplicara más a su trabajo, si cada uno currase a conciencia en su parcela, el país sería otra cosa. Mi padre, que fue guardia civil, me lo repetía muchas veces: es increíble pero cierto, España ha salido adelante con cuatro profesionales y cuatrocientos mil chapuceros. Debería estar relajado, no sé qué me sucede esta noche, apenas logro disfrutar el momento. Esta miss resulta oro de ley, mi inglés es de garrafa pero ella chapurrea nuestra lengua con mucha gracia. Qué numerito verla devorar langosta con sangría, vamos que sólo le habría faltado el vaso de leche para darle las buenas noches.
Tras dejarla en recepción un pinchazo en las sienes le hizo recobrar la realidad. Después de poner tanto empeño en sus acciones, estaba cometiendo un error. Como buen perfeccionista cuidaba al máximo los detalles, todo había sido bien urdido. Así pues utilizó desinfectante con olor a pino, pasó la fregona con lejía y no se olvidó de arrancar la línea de teléfono. Aún estaba como una marmota, la medicación se adueñaba de su ánimo y le costaba mucho ponerse en pie. Se pasaba el día haciéndole descafeinados para espabilarla sin mucho daño a su delicado organismo. Siempre le daba un beso en la frente con los buenos días, a los pocos minutos le llevaba el zumo recién exprimido, acompañado naturalmente de su platito con tostadas, su margarina vegetal y su sacarina. Más tarde le servía otro café, y como nunca lo había tomado caliente se lo enfriaba con un chorrito de agua de la botella de la nevera. No esperaba excesiva dificultad; sin embargo, forcejeó más de lo previsto. Ahora recuerda cómo se aproximó, de qué forma le clavó los ojos y se le apagó el aliento. Lo peor fue que mostró una resistencia impensable, definitivamente era una cerda hasta el final de sus horas, imposible perdonarle el mal causado. Y menos ahora que anunciaba un proceso de separación, no lo soportó al conocer que ya se había entrevistado con la abogada feminista. Créeme: será lo mejor para todos, eso le había dicho la muy zorra. Agradéceme que nunca te haya denunciado por malos tratos, añadió. Ya concretaremos la pensión por alimentos. Y la abogada le prepararía la documentación para el uno de septiembre, porque en agosto cierran los tribunales. Fue mucho más sencillo con el pequeño Marcos, dormía en su cuna como un bendito, ni se enteró. Y, a pesar de todo, con tanta rabia por dentro lo habría hecho diez veces, estrujaría sus cuellos hasta el fin del mundo.      
Se despidió con gentileza y aparcó ante la comisaría, un guardia lanzó un silbido ante el Cadillac.            
—Buenas tardes ¿deseaba algo?   
—Vengo a entregarme –anunció.
 Con mucha serenidad lo puedo explicar ahora. Había estado nervioso y a Maruja ya no la soportaba, en el fondo quería matar el tiempo pero no paré de sentir un agobio en el estómago, tal vez me hayan vuelto los gases pero ahora que esto se resuelve por completo experimento un gran descanso. No tema, estoy dispuesto a contarlo con pelos y señales: sucedió hace exactamente dieciocho horas. No fue una decisión sencilla, me brotaron lágrimas por tantos años perdidos. Ah: comuniquen a Maggie que no podré llevarla a la Giralda ni a los toros. Lo lamento de veras, es tan simpática.

martes, 23 de abril de 2013

Próximas presentaciones de "Carnaval de Indianos"


Me complace invitarles a la presentación de la primera novela sobre el carnaval más original de Canarias, el Jueves 9, en la CASA SALAZAR de Santa Cruz de La Palma, y el Viernes 10 en el CASINO ARIDANE de Los Llanos, misma hora, con asistencia de la Negra Tomasa, Pilar Rey, Antonio Abdo, Rosario Valcárcel y otros destacados Indianos. Posteriormente será presentada en Las Palmas de Gran Canaria y Santa Cruz de Tenerife.
Se trata de una novela coral, seria y divertida a la vez, en la que aparecen la Negra Tomasa, reina de la calle; la joven Moneyba Castro, a quien su madre en vano le prohibe acudir a los Indianos; los miles que emigraron a Cuba y no trajeron riquezas pero sí trajeron versos, músicas y bailes; el derroche de polvitos y mojitos; un masón extremadamente celoso; un viejo cacique que para escándalo general convivía con cuatro mujeres en la Casa Amarilla; un ex bailarín que vive en Roma; la alegre juventud y sus bromitas; los extranjeros que encuentran en La Palma el paraíso perdido; la historia y el paisaje, y el bullicio callejero porque ¡los indianos son de aquí!.Una obra que intenta ser una gran parodia y una crónica alegre, reivindicativa, exultante. 
(Portada: Arima García)      

sábado, 20 de abril de 2013

Pilar Rey ya tiene su documental


Pilar Rey ya tiene su documental, Pilar Rey: pasión por el teatro, de 35 minutos. Un documental muy digno estrenado en el Teatro Guiniguada de la capital grancanaria el jueves 18 de abril, a pesar de su brevedad es un testimonio condensado y muy válido sobre su vida y sus aportaciones. Tal como explicó la realizadora, se trataba de hacer visible el trabajo de las mujeres en la cultura canaria, porque la mayor parte de estos documentales que se han venido haciendo en los últimos años han estado dedicados a hombres. Pilar Rey, con su inseparable Antonio Abdo, es un personaje fundamental de vida cultural palmera; los dos son una pareja indestructible que lo ha dado todo por el teatro, por la creación. Treinta años transmitiendo enseñanzas, entusiasmando a distintas generaciones, creando un fermento imprescindible desde que Antonio Sanjuán, aquel enorme alcalde de izquierda, creara la Escuela Municipal de Teatro, la primera de Canarias. La capital palmera volvió a ser punto de lanza, como cuando se estrenó la luz eléctrica o el teléfono.
En el documental Pilar Rey habla de sí misma y de su realidad, sus palabras van acompañadas de filmaciones históricas de teatro clásico, en escenas juveniles, en trabajos que compartió con su marido. Ella, que fue la estrella de La Voz de la Isla de La Palma, aquella emisora sindical que fue un destacado órgano de comunicación junto con el Diario de Avisos, recibió premios nacionales, estuvo vinculada con el gran director José Tamayo, participó en eventos fuera de las islas, difundió las letras canarias en Dinamarca, en la centenaria Universidad de La Sorbona de París. Pedro García Cabrera o Viera y Clavijo fueron proyectados en trabajos de la pareja, que además instituyó el premio Félix Francisco Casanova hace ahora 35 años.
“Ser actor es algo grande, en ello vuelcas sentimientos y experiencias, y yo nací artistona y tozuda, tal vez porque mi padre era aragonés, un hombre que se crió cuidando rebaños de ovejas”, dijo Pilar en el coloquio tras la proyección. Pilar y Antonio, Antonio y Pilar han levantado cada 2 de septiembre su versión de Don Juan Tenorio en las calles, en su casita de Lomo Espanta, en Mirca. Pilar Rey es de la estirpe de los actores norteamericanos, que son capaces de bailar y de cantar, ella también lo hace, tanto interviene en zarzuelas en el Circo de Marte como de joven amó la danza, y le hubiera gustado hacer esa carrera en Barcelona pero los medios de la época no lo permitían. Confiesa que sus maestros han sido los miembros de la escuela catalana de teatro, la más completa y expresiva de España.
Pilar y Antonio pasaron años difíciles en los que había pocos medios, poco dinero y mucha imaginación. Ellos han sido y seguirán siendo un referente de trabajo activo y de resistencia intelectual en un medio difícil, han hecho una vida artística, casi bohemia, han viajado a muchos lugares llevando el nombre de La Palma. Creo que, a pesar de haber dado sus nombres a la Escuela Municipal de Teatro y a su Biblioteca, la isla todavía les debe mayor consideración por parte de las autoridades culturales.
En el acto estuvieron presente el artista Pepe Dámaso, Rosario Valcárcel, la realizadora María Jesús Alvarado, la directora de orquesta Isabel Costes y un grupo amplio de gente de la cultura. El documental debería ser exhibido en el Circo de Marte y programado en la Televisión Canaria con motivo del próximo Día de Canarias.

jueves, 18 de abril de 2013

Antonio Tabares: un dramaturgo canario de primer nivel


Confieso que pensaba que Antonio Tabares era un canario establecido en Madrid, de lo contrario no me explicaba sus triunfos a nivel nacional. Nada menos que el Premio Tirso de Molina con su reciente La punta del iceberg, y además el Dramaturgo José Moreno Arenas, y el Réplica de las Artes Escénicas de Canarias, así como la Mención Especial en el Calderón de la Barca que convoca el ministerio de Cultura para los autores noveles. No he visto ninguna de sus obras, pero este pasado fin de semana tuvimos ocasión Rosario Valcárcel y yo de asistir al espectáculo Piel canela en el Teatro Guiniguada. Un recorrido por la música cubana con la voz de la artista cubana afincada aquí Yanet Sierra, y hábiles monólogos escritos por Antonio Tabares con profesionalidad y enjundia. Canarias y Cuba, siempre, las islas siempre cruzadas en los viajes de ida y vuelta que con tanta frecuencia emprendieron los canarios, y los palmeros en particular. Mis dos abuelos fueron a Cuba no una sino muchas veces, en esas emigraciones llamadas “golondrinas” porque eran temporales, iban, estaban unos años trabajando allí, volvían a La Palma, regresaban a Cuba, y así gracias a que en los astilleros de la capital palmera se construyeron los veleros más rápidos de la época, capaces de hacer el recorrido en apenas una quincena.
La Palma sabe mucho de ese cruce, y el Carnaval de los Indianos es la mejor prueba, junto con el apogeo de la décima, los verseadores, las palabras cubanas que todavía subsisten en el lenguaje cotidiano, la influencia en la gastronomía y en la forma de pensar. Música cubana, tan apreciada en La Palma, y hábiles monólogos de Yanet Sierra que gustaron mucho a la nutrida asistencia. Por eso no se trataba de un espectáculo puramente musical, sino que tenía una dimensión escénica, no solo el bolero, la salsa, el chachachá, el bolero son o incluso el jazz latino sino que se trataba de una función en código de humor: las relaciones de pareja, la ironía de los insulares, la nostalgia habanera, la emigración, las comparaciones entre la Perla del Caribe y nuestra tierra canaria. Dicho por la cantante, “Tabares le dio forma y captó la esencia de lo que yo quería transmitir, es un hombre que tiene buena pluma”. Como dice José Amaro Carrillo Rodríguez, “auguro futuros premios para uno de los dramaturgos más serios (y consistentes) que haya tenido nunca este Archipiélago de las Maravillas, que suele moverse entre el teatro del absurdo, los dramas realistas de Bueno Vallejo, el humor envenenado de Alonso de Santos y los monólogos de Manolo Vieira.”
En efecto, hay pocos escritores de teatro en Canarias y ninguno con la proyección del nuestro. Antonio Tabares viene a demostrar que el lugar donde uno vive no es una rémora insalvable para demostrar tus capacidades creativas. He leído sus entrevistas en internet y al instante he comprobado su inteligencia y su persistencia. Ojalá pronto pueda presenciar algunas de sus obras. De momento, al escritor y responsable del gabinete de prensa del ayuntamiento capitalino le mando un abrazo.

miércoles, 17 de abril de 2013

5 historias breves de Julio Cortázar


Julio Cortázar es uno de los grandes renovadores contemporáneos del relato y la novela, estamos ante uno de los grandes valores del boom latinoamericano de los años sesenta junto con García Márquez, Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Alejo Carpentier, etc. El gran escritor argentino (Bruselas, 1914-París, 1984) fue un maestro del relato corto, al nivel de Borges, Chejov o Poe. Rompió los moldes tradicionales con narraciones que escapan de la linealidad temporal y donde los personajes adquieren una autonomía y una profundidad psicológica; los contenidos de su obra transitan entre lo real y lo fantástico, con frecuencia desarrolla contenidos con toque surrealista y humorístico. Entre otras obras, escribió Rayuela, Historias de cronopios y de famas, Último round, 62 modelo para armar, Las armas secretas. Su novela Rayuela puede ser leída de muy diversas maneras, él proponía seguir un orden aleatorio y caprichoso.



PÁGINA ASESINA
En un pueblo de Escocia venden libros con una página en blanco perdida en algún lugar del volumen. Si un lector desemboca en esa página al dar las tres de la tarde, muere.

 INSTRUCCIONES PARA LLORAR
Dejando de lado los motivos, atengámonos a la manera correcta de llorar, entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su paralela y torpe semejanza. El llanto medio u ordinario consiste en una contracción general del rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente. Para llorar, dirija la imaginación hacia usted mismo, y si esto le resulta imposible por haber contraído el hábito de creer en el mundo exterior, piense en un pato cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de Magallanes en los que no entra nadie, nunca. Llegado el llanto, se tapará con decoro el rostro usando ambas manos con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con la manga del saco contra la cara, y de preferencia en un rincón del cuarto. Duración media del llanto, tres minutos.


RAYUELA  (Capítulo 68) 
Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

 INSTRUCCIONES PARA SUBIR UNA ESCALERA
Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables. Agachándose y poniendo la mano izquierda en una de las partes verticales, y la derecha en la horizontal correspondiente, se está en posesión momentánea de un peldaño o escalón. Cada uno de estos peldaños, formados como se ve por dos elementos, se sitúa un tanto más arriba y adelante que el anterior, principio que da sentido a la escalera, ya que cualquiera otra combinación producirá formas quizá más bellas o pintorescas, pero incapaces de trasladar de una planta baja a un primer piso.
Las escaleras se suben de frente, pues hacia atrás o de costado resultan particularmente incómodas. La actitud natural consiste en mantenerse de pie, los brazos colgando sin esfuerzo, la cabeza erguida aunque no tanto que los ojos dejen de ver los peldaños inmediatamente superiores al que se pisa, y respirando lenta y regularmente. Para subir una escalera se comienza por levantar esa parte del cuerpo situada a la derecha abajo, envuelta casi siempre en cuero o gamuza, y que salvo excepciones cabe exactamente en el escalón. Puesta en el primer peldaño dicha parte, que para abreviar llamaremos pie, se recoge la parte equivalente de la izquierda (también llamada pie, pero que no ha de confundirse con el pie antes citado), y llevándola a la altura del pie, se le hace seguir hasta colocarla en el segundo peldaño, con lo cual en éste descansará el pie, y en el primero descansará el pie. (Los primeros peldaños son siempre los más difíciles, hasta adquirir la coordinación necesaria. La coincidencia de nombre entre el pie y el pie hace difícil la explicación. Cuídese especialmente de no levantar al mismo tiempo el pie y el pie).
Llegado en esta forma al segundo peldaño, basta repetir alternadamente los movimientos hasta encontrarse con el final de la escalera. Se sale de ella fácilmente, con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso.

LA TEORÍA DEL TÚNEL  (Fragmento)
Se advierte la necesidad de dividir al escritor en dos grupos opuestos: el que informa la situación en el idioma (y ésta sería la línea tradicional), y el que informa el idioma en la situación. En la etapa ya superada de la experimentación automática de la escritura, era frecuente advertir que el idioma se hundía en total bancarrota como hecho estético al someterse a situaciones ajenas a su latitud semántica, tanto que el retorno momentáneo del escritor a la conciencia se traducía en imágenes fabricadas... falsa aprehensión de intuiciones que sólo nacían de adherencias verbales y de visión extraverbal. El idioma era allí informado en la situación, subsumido a ésta: se advertía, en la total actividad "literaria", lo que antaño fuera sólo privativo de las más altas instancias de la poesía lírica.
No puede decirse que la tentativa de escritura automática haya tenido más valor que el de lustración y alerta, porque en definitiva el escritor está dispuesto a sacrificarlo todo menos la conciencia de lo que hace, como tanto lo repitiera Paul Valéry. Afortunadamente, en las formas conscientes de la creación se ha arribado a una concepción análoga de las relaciones necesarias entre la estructura-situación y la estructura-expresión, se ha advertido, a la luz de Rimbaud y el surrealismo, que no hay lenguaje científico-o sea colectivo, social- de rebasar los cuadros de la conciencia colectiva y social, es decir limitada y atávica; que es preciso hacer el lenguaje para cada situación y que al recurrir a sus elementos analógicos, prosódicos y aun estilísticos, necesarios para alcanzar comprensión ajena, es preciso encararlos desde la situación para la cual se los emplea, y no desde el lenguaje mismo.
Nuestro escritor da señales de inquietud... sospecha que el hombre ha alzado esa barrera (la del lenguaje) al no ir más allá del desarrollo de formas verbales limitadas, en vez de rehacerlas, y que cabe a nuestra cultura echar abajo, con el lenguaje "literario", el cristal esmerilado que nos veda la contemplación de la realidad.
...Esta agresión contra el lenguaje literario, la destrucción de formas tradicionales, tiene la característica propia del túnel; destruye para construir. Sabido es que basta desplazar de su orden habitual una actividad para producir alguna forma de escándalo y sorpresa. Una mujer puede cubrirse de verde desde el cuello a los zapatos sin sorprender a nadie; pero si además se tiñe de verde el cabello, hará detenerse a la gente en la calle. La operación del túnel ha sido técnica común de la filosofía, la mística y la poesía, pero el conformismo medio de la "literatura" a los ordenes estéticos torna insólita una rebelión contra los cuadros internos de su actividad.
Puerilmente se ha querido ver en el túnel verbal una rebelión análoga a la del músico que se alzara contra los sonidos considerándolos depositarios infieles de lo musical, sin advertir que en la música no existe el problema de información y por ende de conformación, que las situaciones musicales suponen ya su forma, son su su forma.
La ruptura del lenguaje ha sido entendida desde 1910 como una de las formas más perversas de la autodestrucción de la cultura occidental; consúltese la bibliografía adversa a Ulysses y al surrealismo. Se ha tardado, se tarda en ver que el escritor no se suicida como tal, que al barrenar el flanco verbal opera una necesaria y lustral tarea derestitución. Ante una rebeldía de este orden, que compromete el ser mismo del hombre, las querellas tradicionales de la literatura resultan meros y casi ridículos movimientos de superficie. No existe semejanza alguna entre esas conmociones modales, que no ponen en crisis la validez de la literatura como modo verbal del ser del hombre, y este avance en túnel, que se vuelve contra lo verbal desde el verbo mismo pero ya en un plano extraverbal, denuncia a la literatura como condicionante de la realidad, y avanza hacia la instauración de una actividad en la que lo estético se ve reemplazado por lo poético, la formulación mediatizadora por la formulación adherente, la representación por la presentación.
...la Literatura habrá de mantenerse invariable como actividad estética del hombre, custodiada, acrecida por los escritores vocacionales. Seguirá siendo una de las artes, incluso de las bellas artes; adherirá a los impulsos expresivos del hombre en el orden de lo bello, lo bueno y lo verdadero... Dejémosla en su reino bien ganado y mantenido, y apuntemos hacia las nuevas tierras cuya conquista extraliteraria parece ser un fenómeno significativo dentro del siglo. Una forma de manifestación verbal, la novela, nos servirá para examinar el método, el mecanismo por el cual se articula un ejercicio verbal a cierta visión, a cierta re-visión de la realidad.

sábado, 13 de abril de 2013

"Chat", de Moisés Morán Vega: los peligros de internet


Moisés Morán Vega es un alumno aplicado. Sabe que el escritor no nace y crece como una planta cualquiera. Porque el aspirante a escritor tiene una sensibilidad especial pero, para desarrollarse, ha de estudiar cada día, y ello supone leer y releer, conocer la literatura clásica y estar informado de las tendencias de la literatura contemporánea, y sobre todo tener la paciencia de escribir y reescribir sus textos, revisarlos sin piedad, reelaborarlos una y otra vez. Moisés es doctor en Educación Física y Máster en Gestión Deportiva, ahora funcionario de la comunidad autónoma nada menos que en Hacienda, pero su vocación literaria era evidente desde que se interesó tempranamente por la poesía y los relatos. De lo que ha publicado hasta ahora me interesaron sobre todo La Sima, ganador del I Premio de Narrativa Breve Episodios Insulares, y Ali Romero. La historia de un corsario berberisco. Escribe asiduamente en su blog elpatiodeloscangrejos.com, domina –qué envidia– las posibilidades técnicas de internet y es un eficaz miembro de la Nueva Asociación Canaria para la Edición, ideada por Aquiles García, ese proyecto importante que con libros como este ya está mejorando.
Lo primero que habría que decir es que Chat es un texto muy serio. En estos momentos la novela negra tiene un desarrollo considerable entre nosotros, se trata de un género que indaga en los claroscuros de la sociedad, está influenciado por el cine y la televisión, recoge el ritmo rápido del thriller, permite hacer crítica social y es esencialmente urbana. La novela negra se nutrió en el submundo de las grandes ciudades después de la depresión norteamericana de 1929, centraba el foco en lo peor de cada día y lo cierto es que la crónica de sucesos de Canarias en estos años también es muy jugosa, proporciona abundante sugerencias, hay muchos materiales en las páginas de los periódicos, desde el tráfico de drogas a la muerte en pateras, al masivo caso Kárate de abusos sexuales, la desaparición de Yéremi Vargas y Sara Morales, la violencia de pandillas juveniles capaces de matar a las puertas de una discoteca, sin olvidar la violencia doméstica, y sucesos perversos como el crimen del contenedor y sus secuelas, así como oscuras venganzas que dejan muertos misteriosos, sumarios judiciales que a veces se van directamente al limbo porque tenemos una justicia lenta, tortuosa, una justicia para ricos y una justicia para pobres, tan diferenciadas. Ya en los años 80 Jaime Rubio Rosales escribió Misterio en Ripoche Street, discípulo aventajado de Agatha Christie, y yo mismo, en el 88, di a la luz Los días del Paraíso, editorial Orígenes de Madrid, una novela que indagaba en venganzas, luchas de poder y ajustes de cuentas en el sur turístico, que daban lugar a crímenes en los que poco se llegaba a dilucidar.
La sociedad solidaria de los años 60 y 70 se ha transformado en una sociedad neocapitalista competitiva, agresiva y violenta. La violencia circula libremente por las grandes, las medianas y hasta las pequeñas ciudades, todos tenemos un sano instinto de supervivencia pero a veces los humanos disfrutan ejerciendo  violencia innecesaria, y además la violencia es un buen negocio, de ahí que España sea uno de los más importantes exportadores de barcos de guerra y de armas, a los países árabes, a Venezuela, etc. El ser humano lucha siempre entre el bien y el mal, y en cada uno de nosotros pueden anidar impulsos de aniquilación que salen a flote de un modo imprevisto. Claro que también hay personajes tan enfermos como el protagonista de Chat, estupenda novela de misterio, bien engarzada, que te atrapa y no tienes otro remedio que avanzar página tras página hasta llegar a su final. Moisés cumple los rituales del género: planteamiento, nudo y desenlace, y lo hace con soltura tras manejar una importante documentación acerca de las prácticas policiales, incluso de las divergencias policiales y la no siempre fácil coordinación de los distintos cuerpos, así como las circunstancias en que la nueva generación se mueve en internet, muchas veces participando en chats peligrosos, ya que la suplantación de identidad está a la orden del día y además la perversidad humana no tiene límites. Internet y los aviones son, a mi modo de ver, los grandes inventos del siglo XX pero ambos son de cuidado. Sobre todo porque, si bien internet es la gran enciclopedia de hoy, existe mucha gente dispuesta a suplantar, a confundir, a acosar a víctimas inocentes. En este sentido la novela Chat es muy ejemplificadora, y merece no solo una buena crítica sino, sobre todo, una buena difusión, que los lectores la hagan suya. Está construida con un ritmo adecuado, secuencias bien desarrolladas, personajes definidos y diálogos exactos, quizá algo reiterativos en ocasiones, pero esclarecedores, capaces de conducir la acción al punto exacto en que el autor la desea llevar.
Como es de rigor, hay una paciente investigación que tropieza con múltiples dificultades, el asesino en serie es un ser despiadado y cruel, atrapado en su infancia y su adolescencia infeliz, pero también –como exigen los cánones– muy imaginativo, capaz de plantear grandes dificultades a quienes intervienen en los sucesivos casos, esos mujeres y hombres que han de hallar rápidas respuestas para evitar que la muerte siga creciendo. Traza el autor con diligencia la trama, el estilo es directo pero no por ello deja de detenerse en los detalles que intervienen en la acción, los explica con suficiencia. Como decía, hay un trabajo de documentación, existe un recorrido cuidadoso, un hilo narrativo coherente y cuando el lector llega al punto final tiene la impresión de que le han desmenuzado los acontecimientos, que le han ofrecido una  explicación, que los personajes han mostrado sus luces y sus sombras. En definitiva: recomendable.

miércoles, 10 de abril de 2013

El 14 de abril y la futura III República Española


Ahora que se acerca la conmemoración del 14 de abril, quisiera recordar aquel ideal republicano de 1931 que pretendía traer instrucción, modernidad y justicia social en un país de analfabetos, de campesinos y masas urbanas pobres. La II República cayó víctima de una sociedad caciquil, de sus propios errores de gestión, de los contubernios políticos, del egoísmo de los partidos y del apoyo que el banquero Juan March, Hitler y Mussolini prestaron a Francisco Franco para su levantamiento militar. La España de comienzos del siglo XXI tiene poco que ver con aquella, y la que veo para el futuro podría ser un país republicano y federal, como Alemania o Estados Unidos, donde quepan Cataluña o el País Vasco junto a Canarias o Andalucía. 
Cuando hace poco el New York Times, que no es un periodiquito de andar por casa, publicó que el Rey Juan Carlos tiene una fortuna personal estimada en 1.800 millones de euros, nadie se tomó la molestia de rebatir tal información, que no ha sido objeto de querella por parte de la Casa Real. Y es que los ciudadanos están cansados del mal olor de la gestión pública, con la sensación generalizada de que la impunidad se extiende. La falta de confianza se detecta en las encuestas y en este caldo de cultivo crecen los movimientos sociales alternativos, el pueblo se está movilizando contra los desahucios, contra los abusos de una banca ladrona y torticera, contra tanta injusticia. ¿En qué país se desahucia a una familia que ya no puede pagar su hipoteca y en cambio se le conceden prórrogas a un Iñaki Urdangarín que se ha comprado un castillete de 8 millones de euros en la zona más cara de Barcelona? El escandalazo de la imputación de la infanta Cristina ha sido monumental. ¿Pero no podría ser que todo esto de “imputar” a la infanta Cristina forme parte de una puesta en escena, una pantomima que se desvanezca pronto y que, al contrario, esto sea administrado desde la Casa Real como un motivo para revitalizar su imagen? ¿Y la “huida” de Urdangarín a los Emiratos Árabes para alejarlo del peligro?
La historia de España, desde mediados del siglo XIX hasta ahora mismo, ha traído más de una vez el desgaste de la monarquía y la aspiración de erradicarla, ha soterrado el debate monarquía/república. El debate ha escondido casi siempre el propio debate entre el regeneracionismo y el conservadurismo, entre el progresismo y la ortodoxia, entre el avance social y la permanencia en el modelo de la vieja España de tintes inmovilistas. La España de 1931-36 era una nación de aristócratas venidos a menos, anticlericalismo, escasa industrialización y baja renta. Había pocas escuelas, en Canarias y Galicia la emigración hacia América era obligatoria. La España de hoy, a pesar de la crisis, es un país europeo que ha mejorado su nivel de vida y su instrucción. Sus jóvenes tendrán que emigrar porque no tienen futuro y, en medio de la actual situación económica, las corrupciones de los políticos y los últimos comportamientos del Rey, tienen la consecuencia de que el pueblo no confía en sus más altas instituciones. Claro que, en un momento en que los nacionalismos silban el himno nacional y los catalanes y los vascos anuncian referéndums para la independencia, hay muchas cuestiones por abordar. ¿Podría pactarse una reforma de la Constitución del 78 para ir hacia el federalismo que reivindica parte del PSOE como estrategia para amortiguar los impulsos independentistas?
Está claro que la monarquía parlamentaria trajo modernidad y mejora social, cierto que el Rey se granjeó respeto y prestigio pero algunos comportamientos de los últimos años han introducido una quiebra en su imagen. Sus propios achaques de salud son una metáfora de la percepción que en estos momentos tiene la institución entre los ciudadanos. Y la pregunta es doble ¿podría regenerarse la monarquía si dimitiera Juan Carlos y sube al poder Felipe VI o podría la fórmula republicana mantener la unidad y la estabilidad de este viejo país llamado España con tales tendencias separatistas?
                Cierto que el príncipe Felipe tiene buena imagen, y con su juventud podría ser un golpe de aire fresco para una institución tan tocada por tantos errores. Pero cuanto más se retrase la abdicación del Rey (y ello no va a producirse) tanto peor será para la propia monarquía.  Pienso que en una futura III República deberíamos caber todos con dignidad, en una sociedad más justa e instruida, con menos corrupción y sin más recortes sociales. Libertad, igualdad y fraternidad era el lema de la Revolución Francesa que siglos después dio pie a la Declaración Universal de Derechos Humanos.

martes, 9 de abril de 2013

El presidente Chávez cantando "El rey" (premonitorio)


El gran Chávez venezolano que ahora se le manifiesta al candidato Maduro en forma de pajarito lo tenía claro cuando cantaba la celebérrima canción mejicana “El rey”. “Yo sé bien que estoy afuera, pero el día en que yo me muera / sé que tendrás que llorar y llorar / llorar y llorar. El vídeo no es muy bueno de imagen  ni de sonido, pero es un documento sobre el modo en que este personaje se acercaba a las masas:

https://www.youtube.com/watch?v=_uSRJa-Z0NI

José Luis Sampedro, el penúltimo intelectual comprometido

Con la muerte de José Luis Sampedro, escritor, economista, catedrático, humanista y sobre todo luchador por causas justas, muere uno de los últimos intelectuales comprometidos. Me recuerda a Jean-Paul Sartre, José Saramago, Pedro García Cabrera, Pedro Lezcano. Pero sobre todo nos debe interesar su gran labor literaria, su claridad intelectual, su militancia a favor de los más débiles en medio de una sociedad que ha olvidado la solidaridad para ahondar en la competitividad, la agresividad, la falta de escrúpulos éticos. Y su poderosa narrativa, que incluso gozó el favor del gran público. Octubre, octubre es una obra plural e imaginativa, abierta, con una constante superposición de planos narrativos y una gran variedad de épocas y perspectivas. Un relato que sorprendió por su vitalidad y realismo. Sampedro estuvo trabajando en este gran proyecto 20 años.
La sonrisa etrusca, su otro gran éxito, fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en español del siglo XX por el periódico El Mundo. La historia sucede en Milán, donde llega Salvatore Roncone, un hombre del sur de Italia, que es trasladado de su Calabria natal a Milán para el tratamiento de un cáncer. En la gran ciudad transcurre el choque de dos mundos: el de su hijo y su esposa con el suyo del sur, de rancias costumbres. El abuelo y el nieto conforman una entrañable relación, pues el anciano vuelca su ternura por el pequeño, intenta transmitirle su amor por la vida cuando se siente morir.
Su empeño a favor de las causas sociales le hizo sintonizar con el movimiento del 15—M, los desahuciados y los luchadores por un mundo mejor. Su crítica al neocapitalismo y su deriva en todo el mundo fue una constante. Escritor, humanista y economista, abogó por una economía más humana, más solidaria, capaz de elevar la dignidad de los pueblos. En 2010 le fue concedida la Orden de las Artes y las Letras de España y en 2011 el Premio Nacional de las Letras Españolas.
De vocación republicana, fue movilizado por el ejército de la II República en la guerra civil, y llegó a combatir en un batallón anarquista. En 1947 finaliza sus estudios en Ciencias Económicas, con premio extraordinario. Da clase en universidades extranjeras debido a la represión franquista de los años 60. En 1977 fue nombrado senador por designación real. Tras su jubilación se afianza como escritor, y sus grandes éxitos, —Octubre, octubre; La sonrisa etrusca; La vieja sirena; El amante lesbiano— llegan en su etapa de madurez. Pasaba sus últimos inviernos en Tenerife, y con el drago y el Teide como motivaciones escribe La senda del drago, uno de sus últimos títulos.
Habló del “capitalismo salvaje” y escribió el prólogo a la edición española del ¡Indignaos! De Stéphane Hessel. Con su segunda esposa, Olga Luca, escribió su libro de memorias Escribir es vivir.

miércoles, 3 de abril de 2013

El fútbol, terapia para países desgraciados


Hace ya mucho tiempo, un tal Karl Marx dijo que la religión era el opio del pueblo, obstaculizaba el avance social y el progreso de las ideas. Muchos años después, el fútbol es la religión casi universal que actúa como un bálsamo para países desgraciados: Brasil, Argentina y ahora España dormitan bajo los trofeos universales que han conseguido. En épocas de dictadura y de pobreza, los suramericanos han sido felices ganando trofeos. En época de una democracia corrupta y de una crisis económica galopante, los españoles se consuelan con el fútbol.
Cierto que el fútbol bien jugado puede ser un lenitivo para las masas. Las audiencias en TV son millonarias, y la final de la Copa del Mundo seguro que la ven hasta los talibanes de Afganistán.
España se ha empobrecido, España está arruinada. Pero mientras Messi y Cristiano Ronaldo sigan metiendo goles, las penas son mucho más pequeñas.
España está fatal pero mientras la Roja gane los partidos importantes, aunque empate o pierda los amistosos, la gente se sentirá muy feliz, muy realizada.
Cuando el equipo de nuestros amores sufre una derrota, el ánimo se conturba y se deprime. Lo dicen los psicólogos, y no les falta razón. Los lunes triunfales la gente se toma su cervecita o su cortado con más alegría.
El panorama está fatal, han inculpado hasta a la infanta Cristina, no se sabe si la monarquía que tenemos resistirá mucho tiempo, nadie sabe cuándo se van a ir Rubalcaba o Rajoy, pero ahora tenemos al triunfal Barça que casi es de todos los españoles. Al menos hasta que caiga la independencia de Catalunya, tenemos las genialidades de Messi, el talento pausado de Iniesta, la eficacia de Valdés. Y en la casa blanca disfrutan galopadas feroces de Cristiano Ronaldo, aunque siga en pena el pobre Casillas que es víctima de los celos que Mourinho le tiene a la selección española y a él como abanderado.
¡Menos mal que está el fútbol para no suicidarnos todavía!

martes, 2 de abril de 2013

Díaz Martínez, poeta cubano "para inquietar, revolver y conmover"

Manuel Díaz Martínez (Santa Clara, Cuba, 1936). Poeta y periodista, miembro destacado de la Generación del 50. Primer secretario y consejero cultural de la embajada de Cuba en Bulgaria, investigador del Instituto de Literatura y Lingüística de la Academia de Ciencias de Cuba, redactor-jefe del suplemento cultural Hoy Domingo (del diario habanero Noticias de Hoy) y de La Gaceta de Cuba (Unión de Escritores y Artistas de su país). Director de Encuentro de la Cultura Cubana, pertenece al consejo editorial de laRevista Hispano Cubana, Madrid. Ha publicado numerosos libros, entre los cuales figura Paso a nivel (Madrid, Editorial Verbum, 2005). En su antología Un caracol en su camino (Cádiz, Editorial Aduana Vieja, 2005) recoge gran parte de su obra. Una selección de sus poemas fue publicada en 2001, edición bilingüe (traducción de Giuseppe Bellini), por Bulzoni, Roma. En 2002, publicó su libro de memorias Sólo un leve rasguño en la solapa( Logroño, AMG Editor). Es autor de dos ediciones de las Rimas de Bécquer (La Habana, Arte y Literatura, 1982; Madrid, Akal, 1993) y de una edición (Verbum, 1996) de las cartas que Severo Sarduy le enviara. En 2008 publica su libro de ensayos y artículos Oficio de opinar (Valencia, Editorial Aduana Vieja). Poemas suyos han sido traducidos a más de una decena de idiomas. En 1967, su libro Vivir es eso obtuvo el Premio de Poesía “Julián del Casal”, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, concedido por un jurado con Nicolás Guillén, Eliseo Diego, Gabriel Celaya, José Ángel Valente y Enrique Lihn. En 1994 ganó el “Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria” con Memorias para el invierno. Es autor de Poemas Cubanos del Siglo XX (Madrid, Hiperión, 2002). En 2011, Objetos personales (1961-2011), su poesía completa en la Biblioteca Sibila-BBVA. Es miembro correspondiente de la Real Academia Española. En 2006, el Centro Cultural Cubano de Nueva York le otorgó la medalla “La Avellaneda”, en reconocimiento a su aporte a la cultura cubana. Nacionalizado español, reside desde 1992 reside en Gran Canaria. Su web: diazmartinez.wordpress.com. Una entrevista de Cira Morote está disponible en manueldiazmartinez.blogspot.com. Como dijo a Ángeles Mateo del Pino, profesora de la Universidad de Las Palmas de GC, la poesía es “para inquietar, revolver y conmover.”

PLEGARIA

Alabado sea el Señor,
que sabe por qué sucede lo que sucede,
por qué no ocurre lo que no ocurre,
por qué decide lo que decide,
por qué no hace lo que debiera.

Alabado sea el Señor,
que sabe por qué decide lo que no ocurre,
por qué sucede lo que no sabe,
por qué no sabe lo que no hace,
por qué nos debe lo que sucede.

¿QUIÉN?

¿Quién habita la casa que habité:
quién toca las maderas que toqué,
quién ve los resplandores que yo vi,
quién vive las penumbras que viví,

quién sueña en la ventana en que soñé,
quién llora en la escalera en que lloré,
quién abre los batientes que yo abri,
quién ríe en el pasillo en que reí,

quién cabalga en los hombros de mi sombra,
quién habla, grita, llama y no me nombra,
quién mis brazos desplaza con sus brazos,

quién llena mi silueta sin saberlo,
quién anda hacia su muerta y, sin quererlo,
ocupa con sus pies mis viejos pasos?

BALADA

No te vayas
Acércate a mi alma
Es muy temprano
Asístela con tu frescura
con tu caudalosa alegría

Ahora
suelta
es una abeja de fuego

Caerá
lo veo
caerá
en el agua negra
de tus ojos.

TE ESCRIBO A LA VIEJA DIRECCIÓN

                                               A mi madre

Te sigo escribiendo y tus cartas no regresan.
¿Querrá esto decir que están dando en el blanco?
Ninguna me han devuelto con el cuño Fallecida
o Cambió de domicilio.

Yo te escribo
las cartas que nunca te escribí cuando sabía
dónde estabas esperando.
No sé dónde pueda estar esa mirada tuya
que ahora más que nunca apetecen mis palabras,
pero te escribo a la vieja dirección,
allí donde había humedad en las paredes,
y un cofre para las memorias,
y un espejo para los silencios,
y una puerta para tus adioses
y mis regresos.

Te escribiré todos los días que me faltan
-que son todos los días que me sobran-
contándote esta vida que segrego entre papeles
como un caracol su baba entre las piedras.

Te seguiré escribiendo como nunca antes lo hice,
cuando pensaba que la muerte no te conocía.