Confieso que pensaba que Antonio Tabares era un canario
establecido en Madrid, de lo contrario no me explicaba sus triunfos a nivel
nacional. Nada menos que el Premio Tirso de Molina con su reciente La punta del iceberg, y además el
Dramaturgo José Moreno Arenas, y el Réplica de las Artes Escénicas de Canarias,
así como la Mención Especial en el Calderón de la Barca que convoca el
ministerio de Cultura para los autores noveles. No he visto ninguna de sus
obras, pero este pasado fin de semana tuvimos ocasión Rosario Valcárcel y yo de
asistir al espectáculo Piel canela en
el Teatro Guiniguada. Un recorrido por la música cubana con la voz de la artista
cubana afincada aquí Yanet Sierra, y hábiles monólogos escritos por Antonio
Tabares con profesionalidad y enjundia. Canarias y Cuba, siempre, las islas
siempre cruzadas en los viajes de ida y vuelta que con tanta frecuencia
emprendieron los canarios, y los palmeros en particular. Mis dos abuelos fueron
a Cuba no una sino muchas veces, en esas emigraciones llamadas “golondrinas”
porque eran temporales, iban, estaban unos años trabajando allí, volvían a La
Palma, regresaban a Cuba, y así gracias a que en los astilleros de la capital
palmera se construyeron los veleros más rápidos de la época, capaces de hacer
el recorrido en apenas una quincena.
La
Palma sabe mucho de ese cruce, y el Carnaval de los Indianos es la mejor
prueba, junto con el apogeo de la décima, los verseadores, las palabras cubanas
que todavía subsisten en el lenguaje cotidiano, la influencia en la gastronomía
y en la forma de pensar. Música cubana, tan apreciada en La Palma, y hábiles
monólogos de Yanet Sierra que gustaron mucho a la nutrida asistencia. Por eso
no se trataba de un espectáculo puramente musical, sino que tenía una dimensión
escénica, no solo el bolero, la salsa, el chachachá, el bolero son o incluso el
jazz latino sino que se trataba de una función en código de humor: las relaciones
de pareja, la ironía de los insulares, la nostalgia habanera, la emigración,
las comparaciones entre la Perla del Caribe y nuestra tierra canaria. Dicho por
la cantante, “Tabares le dio forma y captó la esencia de lo que yo quería
transmitir, es un hombre que tiene buena pluma”. Como dice José Amaro Carrillo
Rodríguez, “auguro futuros premios para uno de los dramaturgos más serios (y
consistentes) que haya tenido nunca este Archipiélago de las Maravillas, que
suele moverse entre el teatro del absurdo, los dramas realistas de Bueno
Vallejo, el humor envenenado de Alonso de Santos y los monólogos de Manolo
Vieira.”
En
efecto, hay pocos escritores de teatro en Canarias y ninguno con la proyección
del nuestro. Antonio Tabares viene a demostrar que el lugar donde uno vive no
es una rémora insalvable para demostrar tus capacidades creativas. He leído sus
entrevistas en internet y al instante he comprobado su inteligencia y su persistencia.
Ojalá pronto pueda presenciar algunas de sus obras. De momento, al escritor y
responsable del gabinete de prensa del ayuntamiento capitalino le mando un
abrazo.
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