Con
la muerte de José Luis Sampedro, escritor, economista, catedrático, humanista y
sobre todo luchador por causas justas, muere uno de los últimos intelectuales
comprometidos. Me recuerda a Jean-Paul Sartre, José Saramago, Pedro García Cabrera, Pedro Lezcano. Pero sobre todo nos debe interesar su gran labor literaria, su
claridad intelectual, su militancia a favor de los más débiles en medio de una
sociedad que ha olvidado la solidaridad para ahondar en la competitividad, la
agresividad, la falta de escrúpulos éticos. Y su poderosa narrativa, que incluso gozó el favor del gran público. Octubre,
octubre
es una obra plural e imaginativa, abierta, con una constante superposición de
planos narrativos y una gran variedad de épocas y perspectivas. Un relato que
sorprendió por su vitalidad y realismo. Sampedro estuvo trabajando en este gran
proyecto 20 años.
La sonrisa
etrusca,
su otro gran éxito, fue incluida en la lista de las 100 mejores novelas en
español del siglo XX por el periódico El Mundo. La historia sucede en Milán,
donde llega Salvatore Roncone, un hombre del sur de Italia, que es trasladado
de su Calabria natal a Milán para el tratamiento de un cáncer. En la gran
ciudad transcurre el choque de dos mundos: el de su hijo y su esposa con el
suyo del sur, de rancias costumbres. El abuelo y el nieto conforman una
entrañable relación, pues el anciano vuelca su ternura por el pequeño, intenta
transmitirle su amor por la vida cuando se siente morir.
Su
empeño a favor de las causas sociales le hizo sintonizar con el movimiento del
15—M, los desahuciados y los luchadores por un mundo mejor. Su crítica al
neocapitalismo y su deriva en todo el mundo fue una constante. Escritor,
humanista y economista, abogó por una economía más humana, más solidaria, capaz
de elevar la dignidad de los pueblos. En 2010 le fue concedida la Orden de las Artes y las
Letras de España y en 2011 el Premio Nacional de las Letras Españolas.
De
vocación republicana, fue movilizado por el ejército de la
II República en la guerra civil, y llegó a
combatir en un batallón anarquista. En 1947 finaliza sus estudios en Ciencias
Económicas, con premio extraordinario. Da clase en universidades extranjeras
debido a la represión franquista de los años 60. En 1977 fue nombrado senador
por designación real. Tras su jubilación se afianza como escritor, y sus
grandes éxitos, —Octubre, octubre; La
sonrisa etrusca; La vieja sirena; El amante lesbiano— llegan en su etapa de
madurez. Pasaba sus últimos inviernos en Tenerife, y con el drago y el Teide
como motivaciones escribe La senda del
drago, uno de sus últimos títulos.
Habló
del “capitalismo salvaje” y escribió el prólogo a la edición española del ¡Indignaos! De Stéphane Hessel. Con su
segunda esposa, Olga Luca, escribió su libro de memorias Escribir es vivir.
Jose Luis Sampedro vivió sus últimos años muy preocupado por los recortes salvajes que se han hecho en cultura, por el futuro de los jóvenes...
ResponderEliminarY circuló durante un tiempo un correo en donde el propio escritor denunciaba el polémico canon, el pago por préstamo en las bibliotecas.
blog-rosariovalcarcel.blogspot.com
Gracias a Rosario Valcárcel por su estimadísimo comentario, ella tan amable siempre y tan considerada
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