martes, 21 de enero de 2020

5 poemas de Luis Feria (Generación del 50)

Luis Feria (Santa Cruz de Tenerife, 1927-1998) fue un poeta de la Generación del 50, con Claudio Rodríguez o Antonio Gamoneda. Vivió 15 años en Madrid y en 1978 regresó a la isla para encerrarse en su casa. Fue encontrado muerto cuando habían pasado dos semanas de su fallecimiento. Recibió el premio Adonais de poesía en 1961 y el Premio Canarias de Literatura. También escribió microrrelatos, sobre la experiencia de su infancia, y prosa poética: Dinde y Más que el mar son dos títulos muy valorados.


EL POEMA
Llamadlo sólo agua
libre
de todo inútil nombre pasajero.
Dejad luego que siga
su lento respirar ensimismado.
Conciencia, 1961.
LAS PALABRAS
Las palabras están vivas, y por lo
tanto traicionan; lo que expresan
hoy como verdadero y puro, ma-
ñana es falso y está muerto.
(L. CERNUDA.)
Acaso no debiéramos escribir nunca más
sobre una página
pues las palabras son
mayores que la vida
y como a ellas tendríamos
que sostenerlas con el brazo
hasta que llegue el día que el cansancio lo
doble.
Las palabras son siempre más anchas que los labios,
mayores que la ausencia y que la infamia.
Tal vez debamos siempre escribir en los aires,
que el sol en los caminos las incendie un momento
y las vuelva a la nada,
al silencio
y al polvo,
las integre a la noche
y a su germen,
intocables y puras como una antorcha viva.
Conciencia, 1961.

EL POEMA
Ramo de sangre, arpón en todo el pecho, lengua que propiciaba el corazón voraz. Su estirpe apasionada nos arrojó a la vida; no se someten ni el amor ni el mar.
Rosa fiel que el tiempo no ha secado, mayor que el celo, no menor que el vacío, sudor o sangre, o vida, o tierra, o muerte; nunca nos faltes; el hueco de tu ausencia huele a miedo.
No menor que el vacío, 1988.
POETA ANÓNIMO
No sé quién eras; puede que yo mismo;
fui plural una vez.
Al leerme me leo;
en la rueda del tiempo vuelvo a ser.


A LA LENTA CAÍDA DE LA TARDE

A la lenta caída de la tarde
amar la vida largamente es todo
el oficio del hombre que respira.
Alzar la mano y detener el cielo.
Destino de la luz, nunca te acabes.

lunes, 20 de enero de 2020

Los 100 días de gobierno


Hemos comenzado el año con un ejecutivo que –pese a las diferentes posturas internas y las subsiguientes tensiones entre las fuerzas que lo constituyen- ha de funcionar porque hay demasiados asuntos pendientes. Gobernar va a ser más difícil que nunca, pero no hay tiempo que perder. Dada la fragmentación del voto y la proliferación de fuerzas políticas, con el alza de la ultraderecha, la oposición tiene prisa por hacerse notar y por ello sus líderes anuncian que van a ser contundentes desde el primer día. Eso han venido anunciando y por ello no se va a respetar aquella antigua norma parlamentaria de permitir que el nuevo gobierno haga su trabajo durante los primeros 100 días. ¿De dónde viene esta costumbre de los cien días de respeto? Parece que del presidente norteamericano Roosevelt cuando llegó al poder en 1933, tras el hundimiento económico del crack de 1929, y prometió actuar con audacia y decisión en esos primeros cien días. Lo cierto es que durante este periodo lo habitual es que las fuerzas del Gobierno intenten acometer las propuestas más importantes comprometidas en su programa electoral y la oposición haga gala de cierta cortesía a la hora de afrontar su labor. Pero los tiempos han cambiado, el mundo ahora se guía por la prisa, los gobernantes gobiernan a golpe de twitter y a menudo la gente los imita y quiere guiarse por las ocurrencias. Ya casi nada es estable sino que todo es líquido, deslizante, variable. Y el nivel de crispación se incrementa semana tras semana, porque en la bancada de la oposición existe poca predisposición a hacer concesiones.
Roosevelt tenía en su mente plasmar una serie de medidas drásticas que combatieran la terrible crisis que afectaba a su país. Había que actuar con determinación y con prisa, y en esos cien días consiguió aprobar 15 leyes de suma importancia y puso en marcha el proyecto New Deal (Nuevo Trato, en español). Las soluciones que Roosevelt proponía eran justo las contrarias que se han aplicado en la Unión Europea para solventar la crisis económica que todavía estamos padeciendo, pues frente a la idea de austeridad el New Deal inyectó dinero en grandes cantidades en la economía para construir infraestructuras, generar millones de puestos de trabajo y, en definitiva, incentivar el consumo. Que el dinero corriera cuanto más mejor: justo lo contrario de lo que ha hecho la Troika y los gobiernos europeos para afrontar la recesión que todavía padecemos, y que es el preámbulo de la anunciada nueva crisis que se avecina, con efectos potencialmente graves en Canarias debido al monocultivo turístico. El asunto del Brexit, la quiebra de importantes operadores turísticos, la menor afluencia de visitantes, la recuperación de países rivales con mejores precios –Túnez, Egipto, Turquía- hacen que asome una cierta preocupación, aunque lo cierto es que, pese a que hay descensos en las cifras de turistas extranjeros, se recuperan los nacionales y en general los visitantes gastan más, con lo cual decrece algo el efecto de esa anunciada crisis. El efecto positivo sería estabilizar un turismo de mayor calidad que el que nos ha venido visitando las últimas décadas.
En cuanto a la gobernabilidad insular, se espera que haya nuevos modos tras el largo reinado de Coalición Canaria. La etapa de clientelismo político de CC pasa a la historia con este gobierno cuatripartito. De entrada, son impopulares las subidas generalizadas de los precios decididas por el nuevo equipo debido al aumento del IGIC, que grava productos como la telefonía y la luz además de otros servicios de consumo como los restaurantes, las peluquerías y los gimnasios, al pasar del 6,5 al 7 por ciento.

También aparecen algunas críticas ante la labor del gobierno de Torres. Las áreas de Sanidad y Educación, los departamentos con más recursos, tienen problemas. La consejera de Sanidad, Teresa Cruz, está señalada, mientras que su compañera en Educación, María José Guerra, también estaría en el foco ante posibles cambios. La consejera de Sanidad ha afirmado que quiere lograr que la atención a la salud mental sea adecuada, sobre todo en la población infantil, y evitando que los enfermos oncológicos tengan que buscar transporte sanitario para someterse a su tratamiento. Para la consejera de Educación, María José Guerra, la educación infantil de 0 a 3 años va a ser una prioridad al igual que el desarrollo de otros planes como el de la atención a la diversidad o el fracaso escolar. Hay que abordar todas las cuestiones, tanto la Formación Profesional (FP) como el Bachillerato o el acceso a la universidad.
 La ahora ministra Carolina Darias había formulado su deseo de conseguir una economía justa, competitiva y sostenible junto a la generación de un empleo de calidad, y subrayó la importancia del conocimiento. El consejero de Obras Públicas, Transportes y Vivienda, Sebastián Franquis, se ha comprometido a abrir un diálogo serio con el Estado para resolver asuntos pendientes, así como con los cabildos y los ayuntamientos de cara a la planificación de las obras de carreteras. Por su parte, el vicepresidente y consejero de Hacienda, Román Rodríguez, ha señalado que la Comunidad Autónoma va a presionar para que las Cortes Generales aprueben la modificación de la Ley de Estabilidad, para que las administraciones cumplidoras puedan hacer uso del superávit. El consejero de Transición Ecológica, Lucha contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, José Antonio Valbuena, trabaja en un decreto de emergencia climática.
Son interesantes las recientes declaraciones del portavoz y consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad, Julio Pérez, quien asegura que, al haber ya gobierno en Madrid, el ejecutivo canario ahora podrá centrarse en impulsar sus proyectos legislativos. Confía en que con el fin de la interinidad estatal se desbloqueen lo antes posible los temas pendientes, y han de llegar las partidas dinerarias retenidas, que son muy importantes. El bloqueo ha sido demasiado largo y qué duda cabe que ha sido laborioso encontrar fórmulas para obtener fondos presupuestarios que Madrid debía a las islas. Va a requerir negociar con todos los grupos políticos. El primer desafío será la aprobación del techo de gasto y de los presupuestos, de modo que pronto podremos medir la capacidad del Gobierno central. Entre tener un Gobierno, que además tiene compromisos muy importantes con Canarias y una sintonía ideológica con el Gobierno regional, y no tenerlo, no cabe duda de que la situación es distinta, concluye. Lo que está claro es que tenemos por delante unos meses en que han de suceder muchas cosas. Al fin, hay que ponerse a trabajar.

martes, 7 de enero de 2020

Año nuevo (poema de Gloria Fuertes)




A primeros de enero de un año cualquiera,
con amores y nombres seleccionados,
con los huesos maduros a mitad de mi vida
me PROMETO solemne no sufrir demasiado.
Si me pegan, que peguen,
si me aciertan, me han dado,
y si pierdo en la Rifa,
será porque he jugado.
Me fastidian las penas,
me da alergia el enfado,
con el ceño fruncido
parezco un feto raro.
Año nuevo vida nueva
(¡Qué tópico más sano!)
Nueva luz ilumina
mi ascensor apagado
de subir a deshora
de escar comunicando,
de hacer la angustia en verso
de hacer el tonto en vano,
de sembrar mis insomnios
de tachuelas y clavos.
A mitad de mi vida
de par en par sonrisa y puerta abro,
—que no quiero acabar por los pasillos
con el corazón apolillado—.
PROMETO no volver
a ahogaros en mi llanto,
no volver a sufrir,
sin un motivo muy
justificado.

domingo, 5 de enero de 2020

Qué esperar del 2020


Hemos dejado atrás la Navidad, una fiesta que ha ido perdiendo buena parte de sus esencias ya que ahora el festival de compras comienza desde el veintitantos de noviembre. Del mismo modo que adoptamos el Halloween nos hemos hecho fuertes con el Viernes Negro, y los centros comerciales bien que han notado la fiesta del consumo desde entonces hasta ahora mismo, que justo van a empezar las rebajas. A la vista de los profundos cambios que acontecen, aquello del sentimiento de fraternidad que se daba en esta época del año parece tan fuera de onda como el gesto de desear felicidades a diestro y siniestro. Ahora lo que habría que desear es otra cosa: ¡Que tengas buenas compras y no te machaque la cuesta de enero! Pues, como dicen los psicólogos, la celebración de la Navidad puede llegar a ser monótona, y la frase que pronunciamos, deseando felicidad, carece de originalidad si no somos capaces de abrir un paréntesis donde encerrar nuestros miedos, temores y frustraciones. La celebración de la Navidad debería mucho más allá de las luces en las calles, los arbolitos cargados de adornos, los regalos y las comidas desproporcionadas. Nos debería ofrecer la Navidad la oportunidad de corregir errores y comenzar un nuevo periodo con un vigor capaz de fortalecer nuestro ánimo. La celebración de estas fechas de final y comienzo de año debería hacernos más solidarios con aquellos que la viven desde la desigualdad y decirles que no están solos.
Muchos creen que el 2020 será peor que el 2019 pero como somos gente de buena voluntad es de rigor establecer que no hay que ser pesimistas sino que conviene establecer una agenda de necesidades cara al recién nacido año, con el simple propósito de que las cosas se hagan más soportables. He aquí un breve formulario de deseos:
Que tengamos al fin un gobierno que empiece seriamente a gobernar, ya que hay demasiadas cosas pendientes por la incapacidad de nuestra clase política. Que gobiernen con sensatez para no tener que invalidar la nueva legislatura y tener que acudir a votar de nuevo el domingo de Ramos, día especialmente grato para algunos niños por la famosa procesión de la Burrita.
Que el gobierno meta mano a las compañías aéreas, que a pesar de cobrar el 75 por ciento del billete en subvenciones cada año siguen y siguen subiendo el precio de los viajes Canarias-Península, de tal manera que ahora son más caros que antes del incremento de la subvención, y por ello muchos compatriotas que viven fuera no pudieran venir a casa por Navidad como decía un anuncio de turrones. Pues es mala cosa para los ciudadanos la conformación de un nuevo monopolio en el transporte tras la compra de Air Europa por Iberia, acción que sin duda ni habrá sido examinada por el Tribunal de la Competencia.
Que a muchos nos pase como a don Jordi Pujol, quien pese a tener una deuda fiscal de casi un millón de euros con Hacienda, nuestra querida y patriótica Hacienda dejó que el tiempo pasara y caducara la deuda, con tal de no molestar a tan honorable señor, especialista con su familia en acudir a Andorra con las mochilas bien cargadas de billetes de 500 euros.
Que los políticos que nos representan a través de los partidos políticos entiendan que sus opíparos emolumentos se deben a la paciencia del sufrido ciudadano, que les ha estado pagando todos esos meses de inactividad y de persistencia en el bloqueo.
Que las movilizaciones contra el cambio climático nos recuerden que luchar por la supervivencia del planeta es cosa de todos pues las siete grandes petroleras no van a colaborar ni el señor Trump con sus inmensos negocios ni las eléctricas del mundo mundial.
Que el Brexit no nos fastidie más de la cuenta, y que los chocolates y bombones Cadbury que ahora mismo están al alcance de los proletarios no se pongan por las nubes, que podamos seguir acudiendo a Londres, donde mucha gente hacía turismo y buenas compras.
Que Israel deje de machacar a los palestinos de la franja de Gaza, que alguien les impida seguir extendiendo sus urbanizaciones por las zonas ocupadas, que el nefasto eje Netanyahu-Trump-Putin pueda ser sustituido en beneficio de la humanidad.
Que podamos tener confianza en las instituciones y en la vigencia de las normas básicas a pesar del conflicto territorial y de todos los conflictos cotidianos, que no son pocos.
Que superemos la incertidumbre que marca nuestras vidas, que vuelvan a nacer niños, que vengan inmigrantes sin tener que morir en las pateras, que los pensionistas reciban unas pensiones dignas y actualizadas anualmente, que los ancianos puedan tener una muerte tranquila y sin sufrimiento ya que algún día no lejano ha de aprobarse la ley de eutanasia.
Que se reivindiquen la sanidad pública y la escuela pública especialmente en nuestro territorio, donde la crisis ha sido un palo terrible para la calidad de la asistencia. Los mejores profesionales se han ido a la privada, los servicios de urgencias están atiborrados, faltan profesionales jóvenes de la misma forma que no se está rejuveneciendo el profesorado universitario
Que se pare la subida continua de los alquileres, ya que de este modo los jóvenes españoles jamás podrán emanciparse si con el sueldo que reciben de sus trabajos inestables apenas les da para pagar el alquiler, y España se ha convertido en un paraíso para inversores extranjeros que compran inmuebles e imponen unos alquileres desorbitados.
Que la Octava Isla, así fue denominada Venezuela hasta hace pocas décadas, mejore su triste situación actual. Y que no olvidemos que allí llegaron a residir más de 200.000 compatriotas que desde los años cincuenta a los años ochenta encontraron la mejor manera de alejar el hambre de la postguerra y progresar en la vida.
Que pese a que el Congreso de los Diputados esté más fragmentado que nunca, quienes nos representan sean capaces de construir y de armonizar, de pactar y de gobernar más allá de sus ansias de protagonismo, de sus egoísmos culpables, de su carencia de sintonía con la gente que les paga tanto para que ellos hagan tan poco.
Que podamos sobrevivir a los devaneos de la gestión pública, pues los expertos señalan que el 2020 será un año bipolar, el primer semestre permitirá alguna sonrisa aunque la segunda parte del año podrán venir ajustes y apretones de nuestra economía, que acabará resintiéndose de tanto tiempo sin gobernanza. Un año de cambios y transiciones que ojalá podamos sobrellevar de la mejor manera posible.