viernes, 24 de mayo de 2013

Mi linda pelirroja

Cuando una noche de sábado me llevaron al hospital con amago de infarto, creí necesario recapacitar. Tenía que llegar a ser un bestseller antes de palmarla. Cuando se lo conté a Muireann, mi mujercita medio celta y pelirroja, puso tal cara de asco que por poco desisto. Muireann significa “mar blanco” y es el nombre con que bautizaron a una sirena capturada por un pescador, y que acabó haciendo la real gana, por lo cual se convirtió en mujer de carne y hueso. “Procura no sacarme en la novela, recuerda que trabajo en un colegio religioso”, me dice. Cierto es que mi dama tiene ojos perturbadores entre azulones y verde-grisáceos. “Tu problema es que nunca tienes bastante.” Le permito que me zarandee una y otra vez, y lo hace con auténtica delectación. A fin de cuentas las mujeres son diosas y nosotros perritos falderos a la espera de una caricia. Lo que me hizo menos gracia es que me diera el coletazo final, eso sí que me dolió. Como si fuera la patada de un boxeador de los pesos pesados, peor que eso. Me dejó sin resuello pero ella, indiferente, fue y se tiró al agua.
(De “Minitextos para sonreír”, Ediciones Idea, 2013)

1 comentario:

  1. Muy bueno Luís, refleja muy bien ese afán de grandeza y celebridad, esa carrera hacia la notoriedad que es lo peor de esta profesión nuestra. Como si escribir no fuera suficiente, como si escribir no fuera una necesidad de la que no se puede escapar.
    Saludos a esa sirena pelirroja.

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