miércoles, 10 de julio de 2013

El "Jardín de las Delicias": los enigmas de un gran tríptico

¿Qué podemos decir de este cuadro que tanto maravilla a los turistas japoneses, arracimados ante él? Una de las obras más simbólicas y atrayentes de la pintura universal, muy apreciada por Felipe II y que solo después de la guerra civil, 1939, va a parar al Museo del Prado. Fue en el monasterio de El Escorial donde más tiempo permaneció desde que el rey lo compró en 1593.
Según los expertos, la obra pudo ser pintada a finales del siglo XV. El Bosco la pintó para el palacio que en Bruselas tenían los Nassau. El Duque de Alba la confiscó durante la ocupación española de Flandes, y a su muerte la donó a su hijo Fernando. Cuando falleció este último, fue subastada y adquirida por Felipe II.
¿Qué significa este tríptico? Se considera una sátira moralizante sobre el destino de los humanos, el paraíso perdido, el pecado, el infierno. Pero algunos han querido ver un elogio de los placeres; la abundancia de monstruos y signos fantásticos añade misterio. Pues si el pintor parece condenar la lujuria, a la vista de la variedad de motivos con que lo representa cabe deducir que está fascinado por el sexo. Hay un mensaje de advertencia, el anuncio del infierno, la exhibición de los castigos que aguardan al pecador en la otra vida.  Poco se sabe en realidad. Y tampoco deja de ser sorprendente que el pintor incluya el drago cuando en el siglo XV las Islas Canarias eran tan poco conocidas.

1 comentario:

  1. ¡Ay Luis! Me has recordado algunas tardes de Madrid, algunas en que entrábamos en el Museo del Prado solo a contemplar durante un buen rato esa gran puerta que abre los sueños, "El Jardín de Las Delicias"

    blog-rosariovalcarcel.blogspot.com

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