miércoles, 5 de junio de 2013

"Canario cántico", el testamento literario de Luis Natera

Como si presintiera la muerte, el poeta nos iba dejando su testamento literario. Esta es la impresión que saco de las páginas de Canario Cántico, el libro de Luis Natera recién publicado por la NACE en versión bilingüe español-francés, con excelente prólogo del profesor Jesús Páez, de la ULPGC. Un homenaje al sentimiento insular, al lirismo contenido en el paisaje, una mirada melancólica sobre lugares y emociones, sobre “los inasibles hilos” de su proyecto de epitafio. Natera, hombre de voz honda, nos dejó de pronto una madrugada en su retiro espiritual del monasterio benedictino de Santa Brígida. Una muerte dulce, una muerte callada. Porque Natera era una gran persona, pero también un hombre discreto y silencioso. Con su voz honda de recitador, con su mirada generosa para apoyar a quien hiciera falta lejos de los focos y de los protagonismos. Su gran amigo Adolfo García ha supervisado la edición.
Natera es poeta de los microcosmos insulares, de las maguas sutiles, de los mestizajes emocionales. La esposa, los hijos, la idea de Dios son algunos de sus ejes. La muerte como naufragio definitivo y el recorrido a través de una poesía intimista, clásica y ensimismada, glosario de emociones elementales.


TELDE

Hay cuatro puertas abiertas
         para entrar
y una acequia de plata
           reluciente.

No sé de qué estrecheces
         se quejaban
los que embarcaron
en el mar tenebroso
si aquí todo es abierto:
desde la araucaria grande
del patio de las monjas
hasta el sol de agosto
          sobre la alameda.

 No sé quién desconoce
los vigilantes ojos de tu puente,
la mar pequeña
que juega
               en tus orillas
o las cuatro esquinas
que frecuentaron los poetas.

PLAYA DE ISLA

Te digo yo que el sol
es menos que la luz
y que el beso es apenas
sombra de amores.

Te digo que en un hoyo
cabe el mar
y que no hay paraísos
salvo tú,
playa de isla
para el niño barquero,
agua salada
para bañistas de membrillo,
arena ardiente
para el cuerpo aterido,
costa sagrada
para náufragos.

SALINETAS

Lo mismo que los ojos y las manos
forman  parte del cuerpo y van con él,
lo mismo que el pintor usa pincel
y proyectan sus sombras los humanos

en el largo camino del temblor,
lo mismo –digo– que la noche es fría,
es oscura esta arena y es tan mía
como los arrebatos del amor.

Esta playa posee mi propia luna,
cada ola es mi vida y cada tarde
cobijo de mi piel y mi fortuna.

Y así ha de ser, sin que haga de ello alarde,
porque es para el bebé siempre la cuna
y para el hombre entero el mar que arde.

 SIN AUXILIO DE VOZ

Simple,
como tú, pedrusco,
como tú, roquedo,
sin estrellas que te miren,
sin ojos que te sirvan.

Sólo un grano
que contiene la luz
sobre la duna.

Tal vez la brisa urda
           lo sencillo,
sin auxilio de voz
         ni de palabra.

 Sólo el canario cántico
           sabe decir lo simple,
           lo ausente puro,
           lo oculto en lo disperso.

7 comentarios:

  1. Natera un gran poeta con modales educado. Quizás su carácter tímido, su gusto por aislarse contribuyó mucho a su creación.

    Una creación poética con un tono emotivo. Un poeta que encontró esa fuerza liberadora que da la poesía.

    blog-rosariovalcarcel.blogspot.com

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  2. Un gran libro de poemas, donde nos encontramos con una poesía depurada y de alta calidad literaria.

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  3. Excelente comentario a la obra de un poeta que trascenderá.

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  4. Que más quisiera yo que ser capaz de supervisar una obra literaria de la calidad de Natera. Lo mío fue simple tarea administrativa. Significó una estupenda experiencia, ya que mientras revisaba posibles defectos tipográficos fui capaz de no enterarme realmente de lo que leía, a pesar de conocer los poemas desde hacía tiempo. Luego, cuando la edición estuvo lista, me senté y pude saborearlo literariamente, y me quedé alucinado al descubrir lo que decían sus versos. Espero que decidas, Luis (León Barreto), recitar algún poema de tu tocayo en septiembre cuando vibre la Universidad con su recuerdo. Un abrazo. Adolfo García.

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  5. "Esta luz ha sucedido / como el sur, / como los sures / en un dominio sin señor." Esa contradicción de "un dominio sin señor", muestra el fondo poético y humano de Natera. Precisamente él fue eso, un dominio sin señor. ¿Qué significaría un dominio sin "dominus"? No podría existir dominio ni señor. Qué grande fue su sencillez (educado y tímido, al decir de Rosario Valcárcel). Que un talento literario como tú, León Barreto, hable así de él, dice mucho de ti. Adolfo García.

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  7. No es frecuente que ocurra pero la poesía de Luis Natera se parece a él. Suave, sin grandes efectismos, recogida en versos cortos, honda, expresión del asombro que provoca la existencia, bondadosa y comprensiva. Inserta en su paisaje con vocación de proyectarse al infinito y más allá del tiempo que le toca. Poesía de calidad. Así era Luis como persona.

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