La rabia creadora de Van Gogh

“Aquí me encuentro en presencia de alguien grande, gran maestro, una persona que me perturba, me emociona…” Lo dijo Mirbeau, historiador de arte, en 1891, cuando empezaba a ser apreciada la pintura difícil y original de este creador que hoy es tenido por uno de los grandes genios del arte junto con Goya, Picasso… 

Van Gogh  (1853-1890) solo 37 años de una vida desgraciada que culmina en el suicidio, solo 3 cuadros vendidos en vida. Hoy es un pintor cuyos cuadros están entre los que establecen records mundiales en las casas de subastas.

¿Por qué emocionan tanto las distorsiones que el genial Vicent introduce en sus obras? ¿Por qué impacta  tanto su desgracia personal, su drama que conocemos gracias a las cartas de su hermano Théo?

El frenesí creador del artista holandés lo lleva al impresionismo, al postimpresionismo, al expresionismo y al fauvismo: su impulso nervioso, la exageración de las líneas y los colores, su pasión. Dramatización y simplificación. Una vida incomprendida, sus ramalazos de enfermedad mental, su constante actividad (900 pinturas y 1600 dibujos), el frenesí creador con el que intentaba calmar sus demonios personales, sus errancias en el sur de Francia, su amistad/enemistad con Gauguin y otros compañeros del movimiento impresionista.

Es un gozada contemplar la obra de este genio en los principales museos del mundo: en Orsay, París; en Amsterdam, en Nueva York.

La pintura como vía para modificar la sociedad, pero sobre todo como medio de salvación personal. Gracias a Théo y a la mujer de este su obra ha llegado hasta nosotros, de este modo podemos contemplar toda su energía, su rabia, su increíble desasosiego, la pasión de vivir a través del lienzo.

Ilustraciones:

“Noche estrellada”, 1890 - Moma, de Nueva York

“Catedral de Auvers”, 1888. Museo Orsay, París

“Campo de flores cerca de Arlès”, 1888. “Realmente es un sueño”, le escribe a su hermano Théo. Museo Van Gogh, de Amsterdam