gran escala en que
se nos involucra a todos en contra de nuestra voluntad. Además, la manipulación
genética está basada en un modelo
científico obsoleto y que está en entredicho. El sistema de evaluación de
riesgos de la UE
está repleto de trampas.
Tras años de debate
público, la mayoría de los ciudadanos españoles, al igual que los del resto de
Europa, mantiene una actitud
contraria a los transgénicos. Esta oposición ha llevado a muchas empresas a
eliminar los ingredientes transgénicos de sus productos.
¿Por qué Greenpeace
se opone a la liberación de transgénicos al medio ambiente?
El cultivo de
transgénicos supone incremento del uso de tóxicos en la agricultura,
contaminación genética, contaminación del
suelo, pérdida de biodiversidad, desarrollo de resistencias en insectos y
‘malas hierbas’, riesgos sanitarios y efectos no deseados
en otros organismos. Los efectos sobre el conjunto de los seres vivos son irreversibles e
imprevisibles.
Los riesgos
sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la
de los animales cuyos
productos consumimos no se están evaluando correctamente y su alcance sigue
siendo desconocido. Nuevas
alergias, aparición de nuevos tóxicos, pérdida de eficacia de ciertos
medicamentos o efectos
inesperados son algunos de los riesgos. Los OMG refuerzan
el control de la alimentación mundial por parte de unas pocas empresas multinacionales.
Son una de las armas predilectas de estos dictadores de la alimentación, y
lejos de constituir un medio
para luchar contra el hambre, aumentan los problemas alimentarios. Los países
que han adoptado
masivamente el uso de cultivos transgénicos son claros ejemplos de una
agricultura no sostenible.
La solución al
hambre y la desnutrición pasa por el desarrollo de técnicas sostenibles y
justas, el acceso de los
pueblos a los alimentos que producen y el empleo de técnicas como la
agricultura y la ganadería
ecológicas. La industria de los transgénicos utiliza su poder comercial e
influencia política para desviar los recursos financieros que
deberían destinarse a proteger las verdaderas soluciones a los
problemas agrarios
y alimentarios del mundo.
¿Cómo está la
legislación de etiquetado?
La actual
legislación europea de etiquetado obliga a etiquetar los productos que
deriven de cosechas transgénicas, independientemente de la presencia de ADN o
de proteína ‘transgénica’ en el producto final. Así, cualquier alimento que
contenga OMG o ingredientes que deriven de éstos debe declararlo en su etiqueta. Se
trata de un primer paso fundamental para que podamos ejercer nuestro derecho a
elegir alimentos sin transgénicos.
Los cultivos
transgénicos utilizados para alimentación humana en la UE son fundamentalmente algunas
variedades de maíz y de soja. Por
eso en esta guía figuran solamente aquellos alimentos que contienen al menos un
ingrediente o aditivo producido a partir
de estos cultivos. El maíz, la soja o sus derivados industriales están
presentes en más del 60 por ciento de los alimentos
transformados, desde el chocolate hasta las patatas fritas, pasando por la margarina y los
platos preparados.
Un alto porcentaje
del maíz y de la soja que llegan a España provienen de países que cultivan
transgénicos a gran escala, como Argentina o Estados Unidos. Además, se cultivan unas 80.000 hectáreas
de maíz transgénico (es el único país de los 27 de la UE cuyo Gobierno ha
venido tolerando desde 1998 su cultivo a escala comercial). Algunos ejemplos de
ingredientes y aditivos derivados del maíz y de la soja, y por tanto ‘sospechosos’
de tener un origen transgénico, son:
● Soja: harina,
proteína, aceites y grasas (a menudo se ‘esconden’ detrás de la denominación
aceites/grasas vegetales), emulgentes (lecitina–E322), mono y diglicéridos de
ácidos grasos (E471), ácidos grasos.
● Maíz: harina, almidón*,
aceite, sémola, glucosa, jarabe de glucosa, fructosa, dextrosa, maltodextrina,
isomaltosa, sorbitol (E420),
caramelo (E150), grits. ATENCIÓN: ‘Almidón
modificado’ hace referencia a una transformación físico-química sin relación
con los transgénicos.
Los OMG
entran masivamente en la cadena alimentaria a través de los
piensos utilizados para alimentar animales. Si bien la ley obliga a etiquetar los
piensos transgénicos, no sabemos si la leche, la carne o los huevos que
consumimos provienen de animales alimentados con piensos transgénicos porque
la legislación no obliga a etiquetar el producto final. ¡Sin embargo, los
riesgos para el medio ambiente y para la salud global del planeta son los mismos!
Si esto sigue así,
los transgénicos continuarán invadiendo nuestros campos y harán de
la agricultura una práctica aún más insostenible.
Greenpeace trabaja
ahora para erradicar los transgénicos también de los piensos. Debemos exigir a
las empresas que digan NO a los productos derivados de animales alimentados con
estas cosechas.
¿Cómo puedo actuar?
● No compres
transgénicos
Para garantizar una
cadena alimentaria libre de transgénicos y de sus derivados, debemos seguir
rechazando su empleo por parte de la industria. Compra productos de la lista verde.
¡Contamos con el uso de tu libertad de elección a la hora de comprar!
● Hazte
observador/a de transgénicos
En
www.greenpeace.org/espana/campaigns/transgenicos, en la sección de Observadores de
Transgénicos encontrarás las explicaciones: es tan sencillo como mirar las etiquetas
de los productos que te encuentres en el mercado y verificar si alguno de los
ingredientes es transgénico. Debe tener la mención "modificado genéticamente"
o "producido a partir de -nombre del ingrediente- modificado genéticamente".
Si se encuentra
alguno, sólo hay que anotar los datos del producto (marca, fabricante,
distribuidor, ingredientes modificados genéticamente), los datos del lugar donde se ha
encontrado (nombre de la tienda, localidad, fecha) y, si es posible, sacar una
foto y, posteriormente informar a
Greenpeace. Para ello enviar un correo con todos los
datos y la foto a informacion@greenpeace.es
(Anotando PRODUCTO TRANSGÉNICO en el asunto).
RECUERDA: ‘Almidón
modificado’ hace referencia a una transformación físico-química sin relación
con los transgénicos.)
● Devuelve los
productos transgénicos
Si compras sin
darte cuenta un producto cuya etiqueta indica que contiene transgénicos, pide
al comerciante que te lo cambie o que te
devuelva el dinero. Pide a tus amigos que hagan lo mismo.
● Compra productos
ecológicos
En la agricultura y
la ganadería ecológicas no está permitido el uso de transgénicos ni sus
derivados. Por lo tanto todos los productos que
lleven un sello que certifique su producción ecológica no llevan transgénicos.
Esta guía no se ocupa apenas de los
productos ecológicos sino de los alimentos producidos de forma convencional,
por ser estos sospechosos de
contener transgénicos.
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