lunes, 4 de febrero de 2013

Indultos y amnistías en la España corrompida

José M. Balbuena

Por si fuera poco lo de los sobrecitos a miembros del PP, emitidos por el señor Bárcenas, resulta que este gobierno que todo lo iba a arreglar, incluido el detener la pérdida de empleo, ha decidido ofrecer una amnistía a los defraudadores y a los que han enviado dinero negro, o de cualquier color, a los paraísos fiscales del mundo. Un mundo al revés. Recuerden que al hampón Al Capone, que realizó las mayores fechorías del mundo y crímenes, solamente pudieron detenerlo en Estados Unidos y meterlo en la cárcel, por no pagar impuestos.  En España es todo lo contrario. Aquí no los meten en la cárcel. Les hacen pagar una multita del 10 por ciento de lo que han defraudado y lo demás, para ellos. Lo cual da a entender que si eres un delincuente en España, tienes “beneficios fiscales”.¡Hala!¡A delinquir todo el mundo!. Al fin y al cabo estamos en una país de pícaros, bribones, chorizos... Estamos en una nación que no se aclara por ningún lado. Desde su organización territorial y administrativa, política, social, hasta la jurisprudencia y la Constitución surgida, tras la dictadura franquista,  por consenso... para evitar que otra vez nos liáramos con nuestros odios y diferencias ancestrales, con nuestras  guerrillas y luchas fratricidas. Para no perder la costumbre.
Ya sé lo que tengo que hacer con todo ese dinero negro que tengo guardado, producto de mis trapicheos con drogas, trata de blancas, de negros y de desempleados, que yo luego ocupo en la economía sumergida. No creo que me vayan a molestar por eso, ni que los jueces inicien una investigación por esas tonterías que yo hago.
Además si me acusan de cualquier delito mayor, por prevaricación, por kamikaze, por pederasta, por terrorista, por haber metido la mano en la jarra del gofio (los canarios me entienden muy bien, y creo que hasta los chinos), luego viene este comprensivo gobierno conservador neoliberal, y enemigo de la clase trabajadora (según dicen los partidos de centro, de izquierda, o los comunistas de toda la vida) y los indultan, olvidándose de que si están en la cárcel es para cumplir la pena, y si es íntegra, mejor. Y se la ofrecen, además sin contar con la Justicia, con los jueces que les han condenado y que han hecho su trabajo, dentro de sus posibilidades, que no son muchas. Ya para que no me traten de partidista, les diré también que otros partidos actúan igualmente, tanto en el gobierno nacional, como en los autonómicos, aunque puede haber excepciones.
Lo peor de todo este caos irreverente hacia el ciudadano es que los que gobiernan ahora mismo tienen halitosis y les huele el aliento. Les huele a podrido, a corrupción, a algo que produce nauseas Porque ellos viven bien, sin problemas, sin crisis y sin desempleo, y otros lo han perdido todo: su casa, su empleo, sus ganas de vivir, y todo aquello por lo que habían luchado para que su vida transcurriera son cierta dignidad y todos eso privilegios que nos ofrecía “el estado de bienestar y de derecho”, que resulta que después era todo una mentira, y se ha convertido para muchos en una utopia, en un sueño inalcanzable. Y ya, para terminar este apunte, que “apunta” a muchos sitios, no llego a entender el sistema electoral que tenemos, que no se presenten listas abiertas para votar libremente a quien quiero; que los partidos grandes y pequeños no se pongan de acuerdo para que haya transparencia, para que se hagan las reformas que este país necesita;  para que la justicia esté completamente separada del poder político y se reforme el Código Penal; para que se condene de inmediato cualquier irregularidad cometida por los políticos, y para exigirles responsabilidades cuando no actúan éticamente. ¿Por qué será que no existe consenso para cambiar esta situación y para que no se regenere esta decadente democracia?

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