Cuaderno
de un retorno al país natal (Breve fragmento)
1
Así como hay hombres-hiena y
hombres-pantera, yo
seré un hombre-judío,
un hombre cafre
un hombre-hindú-de-Calcuta
un-hombre-Harlem-sin-derecho-a-voto
El hombre-hambre, el-hombre -insulto, el
hombre-tortura
se le podría
prender en cualquier momento, molerlo a
golpes-matarlo
por completo
sin tener que rendirle cuentas a nadie.
2
Un hombre judío
un hombre-progom
un perro de caza
un pordiosero.
Pero, ¿es que puede uno matar el
remordimiento, bello
como la cara de sorpresa de una dama
inglesa al encontrar
en su sopa un cráneo de hotentote?
Yo reencontraría el secreto de las grandes
comunicaciones
y de las grandes combustiones. Diría
tempestad, diría río.
Diría ciclón. .Diría hoja. Diría árbol,
mejorarían todas las
lluvias, me humedecerían todos los rocíos.
Me revolcaría como sangre frenética sobre
la lenta corriente
del ojo de las palabras,
en caballos locos, en niños tiernos, en
toques de queda en vestigios
de templo, en piedras preciosas, lo
bastante lejos como para
descorazonar a los menores.
Quien no me comprenda no comprenderá el
rugido del tigre
Supervivencia
Te evoco
bananero patético que agitas mi desnudo
corazón
en el día salmodiante
te evoco
viejo hechicero de las montañas sordas por
la noche
justamente la noche que precede a la última
y sus redobles de tedio golpeando en la
poterna loca de las ciudades
enterradas
pero no es sino el preludio de las selvas
en marcha sobre el cuello
sangrante del mundo
es mi odio singular
llevando a la deriva sus témpanos de hielo
en el aliento de las
verdaderas llamas
dadme
ah dadme el ojo inmortal del ámbar
y sombras y tumbas de granito cuadriculado
pues la barrera ideal de los planos húmedos
y de las hierbas
acuáticas
escucharán en las zonas verdes
los intérpretes del olvidos anudándose y
desanudándose
y las raíces de la montaña
exaltando la estirpe real de los almendros
de la esperanza
florecerán por los senderos de la carne
(la penuria de vivir pasando como una
tempestad)
mientras que bajo el cartel del cielo
un fuego de oro sonreirá
al canto ardiente de las llamas de mi
cuerpo
Sol
serpiente
Sol serpiente ojo fascinador ojo mío
el mar piojera de islas crujiendo en los
dedos de las rosas
lanza-llamas y mi cuerpo intacto de
fulminado
el agua eleva las osamentas de luz perdidas
en el corredor sin pompa
torbellinos de hielo aureolan el corazón
humeante de los cuervos
nuestros corazones
es la voz de los rayos domesticados que giran
sobre sus goznes de lagartija
traslado de anolis al paisaje de vidrios
rotos
son las flores vampiros que suben a relevar
las orquídeas
elixir del fuego central
juego justo fuego mango nocturno cubierto
de abejas
mi deseo un azar de tigres sorprendidos en
los azufres
pero el despertar estañoso se dora con los
yacimientos infantiles
y mi cuerpo de guijarro que come pescado
que come
palomas y sueños
el azúcar de la palabra Brasil en el fondo
de la ciénaga
Tam-tam
de noche
manada de okapis dado al llanto el río de
los dedos carnudos
hurga en el cabello de las piedras mil
lunas espejos giratorios
mil mordiscos de diamantes mil lenguas sin
oración
fiebre almocárabes de arco oculto al
remolque de manos de piedra
cosquilleando la sombra de los sueños
sumergidos en los simulacros
del mar
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