viernes, 22 de febrero de 2013

4 poemas de Aimé Césaire (anticolonialismo, negritud)

Aimé Césaire (Martinica, 1913-2008) fue un ideólogo de la negritud junto con otras figuras de las Antillas, Guayana y africanos, entre ellos el senegalés Leopold Senghor. El término “negritud” aparece por primera vez en L’etudiant noir, periódico fundado en 1934, como reacción a la opresión cultural del sistema colonial francés; pretende rechazar el proyecto francés de asimilación cultural y fomentar la cultura africana, desprestigiada por el racismo. El surrealista André Breton pasó por la isla de Martinica y divulgó la obra poética de Césaire, que se adhiere al surrealismo e influye en autores de la liberación como Frantz Fanon, que fue alumno suyo. Un poeta que luchó contra la desculturización y el colonialismo, así como contra el exotismo facilón de la literatura caribeña.

Cuaderno de un retorno al país natal (Breve fragmento)

1
Partir.
Así como hay hombres-hiena y hombres-pantera, yo
seré un hombre-judío,
un hombre cafre
un hombre-hindú-de-Calcuta
un-hombre-Harlem-sin-derecho-a-voto
El hombre-hambre, el-hombre -insulto, el hombre-tortura
se le podría
prender en cualquier momento, molerlo a golpes-matarlo
por completo
sin tener que rendirle cuentas a nadie.
2
Un hombre judío
un hombre-progom
un perro de caza
un pordiosero.
Pero, ¿es que puede uno matar el remordimiento, bello
como la cara de sorpresa de una dama inglesa al encontrar
en su sopa un cráneo de hotentote?
Yo reencontraría el secreto de las grandes comunicaciones
y de las grandes combustiones. Diría tempestad, diría río.
Diría ciclón. .Diría hoja. Diría árbol, mejorarían todas las
lluvias, me humedecerían todos los rocíos.
Me revolcaría como sangre frenética sobre la lenta corriente
del ojo de las palabras,
en caballos locos, en niños tiernos, en toques de queda en vestigios
de templo, en piedras preciosas, lo bastante lejos como para
descorazonar a los menores.
Quien no me comprenda no comprenderá el rugido del tigre

Supervivencia

Te evoco
bananero patético que agitas mi desnudo corazón
en el día salmodiante
te evoco
viejo hechicero de las montañas sordas por la noche
justamente la noche que precede a la última
y sus redobles de tedio golpeando en la poterna loca de las ciudades
enterradas
pero no es sino el preludio de las selvas en marcha sobre el cuello
sangrante del mundo
es mi odio singular
llevando a la deriva sus témpanos de hielo en el aliento de las
verdaderas llamas
dadme
ah dadme el ojo inmortal del ámbar
y sombras y tumbas de granito cuadriculado
pues la barrera ideal de los planos húmedos y de las hierbas
acuáticas
escucharán en las zonas verdes
los intérpretes del olvidos anudándose y desanudándose
y las raíces de la montaña
exaltando la estirpe real de los almendros de la esperanza
florecerán por los senderos de la carne
(la penuria de vivir pasando como una tempestad)
mientras que bajo el cartel del cielo
un fuego de oro sonreirá
al canto ardiente de las llamas de mi cuerpo

Sol serpiente

Sol serpiente ojo fascinador ojo mío
el mar piojera de islas crujiendo en los dedos de las rosas
lanza-llamas y mi cuerpo intacto de fulminado
el agua eleva las osamentas de luz perdidas en el corredor sin pompa
torbellinos de hielo aureolan el corazón humeante de los cuervos
nuestros corazones
es la voz de los rayos domesticados que giran sobre sus goznes de lagartija
traslado de anolis al paisaje de vidrios rotos
son las flores vampiros que suben a relevar las orquídeas
elixir del fuego central
juego justo fuego mango nocturno cubierto de abejas
mi deseo un azar de tigres sorprendidos en los azufres
pero el despertar estañoso se dora con los yacimientos infantiles
y mi cuerpo de guijarro que come pescado que come
palomas y sueños
el azúcar de la palabra Brasil en el fondo de la ciénaga

Tam-tam de noche

manada de okapis dado al llanto el río de los dedos carnudos
hurga en el cabello de las piedras mil lunas espejos giratorios
mil mordiscos de diamantes mil lenguas sin oración
fiebre almocárabes de arco oculto al remolque de manos de piedra
cosquilleando la sombra de los sueños sumergidos en los simulacros
del mar

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