viernes, 7 de diciembre de 2012

Universitarias británicas se prostituyen para poder seguir estudiando

Por Lidia Falcón


Una nueva e insospechada consecuencia del programa de recortes del Gobierno del Reino Unido en el sector de la educación es el fenómeno que el diario The Independent descubrió en la web SponsorAScholar (Apadrina un estudiante) -ahora fuera de servicio- en la que se ofrecía a muchachas universitarias hasta 15.000 libras al año (18.500 euros) a cambio de favores sexuales. La página web presumía de haber conseguido que 1.400 mujeres de entre 17 y 24 años hubieran financiado sus estudios gracias a hombres de negocios ricos en busca de "aventuras discretas".  Viejos que pueden disfrutar del cuerpo de jóvenes que, acuciadas por la pérdida de las oportunidades que hasta ahora permitía el sistema de bienestar social británico, se ven abocadas a tener que renunciar a la educación universitaria y escoger entre la alternativa de disfrutar de un futuro de vendedora de ropa interior o de un presente prostituido. Suponiendo que la degradación moral y psicológica que produce ser utilizada como objeto sexual en los años de la adolescencia, y formación del carácter y la personalidad, no las invalide para siempre para concentrarse en el estudio y les permita más tarde salir de semejante pozo para dedicarse a la investigación o la docencia. Resulta imposible sustraerse a las consecuencias de haber sido prostituida en el comienzo de la adultez.
Que en el sistema capitalista todo es negocio no debería ser ningún secreto. Dada la resignación, y a veces beneplácito, con que la mayoría de los pueblos aceptan que ése es el único sistema posible, y sus consecuencias, diríase que desconocen la principal ley del capitalismo, el beneficio.  De tal modo se ha consentido que el sistema educativo, en vez de organizarse para su función -enseñar a  los niños y a los adolescentes a ser personas, a adquirir los conocimientos necesarios para conocer, comprender y transformar el mundo, a disfrutar del placer de saber y de enseñar-, se haya convertido en un negocio, donde el beneficio es fundamental. En consecuencia, si los jóvenes quieren llegar a ser titulados universitarios, condición indispensable como bien saben para poder tener un puesto de trabajo que no sea miserable, deben pagar. Y, ¿cómo pagar cuando no se tiene dinero?  Aparte de otros métodos delictivos, convertidos los seres humanos en mercancía, como hace ciento cincuenta años nos descubrió Marx, los que poseen el dinero venden y compran seres humanos para su beneficio. Sobre todo para la prostitución.
(Lidia Falcón es abogada y líder del Partido Feminista. Artículo tomado del diario Público)

2 comentarios:

  1. No creo en el mito urbano de la prostitución universitaria, pienso que es algo que se propaga periódicamente en un intento de dignificar lo "indignificable". Sin haber leído el artículo de Lidia Falcón, a la que admiro, algo digo en mi blog sobre el asunto (támbién de la matanza en el colegio americano, que nos sacudió hace pocos días y de la que hablas en otro post).
    Buen blog, pasaba por aquí y volveré pronto.

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    1. Lidia Falcón no habla de mitos urbanos como no lo hacemos en general las feministas. Hablamos de problemas que ocurren, y en este caso es un fenómeno ligado a la expansión del neoliberalismo.

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