No
habrá fin del mundo el día 21 de este mes, dicen los científicos de la NASA. Lejos de supersticiones
absurdas sobre catástrofes cósmicas, los humanos deberíamos estar más interesados
en cultivar la armonía personal y la paz entre las naciones, y sobre todo en conseguir
el modo de paliar los efectos del cambio climático. Pues la mayor amenaza para la Tierra a finales de este
año y en el futuro es la propia especie humana que devora, destruye y saquea
los recursos del planeta porque la codicia no tiene límites.
Es
curioso comprobar que el mito del fin del mundo se reproduce con frecuencia.
Ahora son erróneas interpretaciones del calendario maya, otras veces son el
rumor de que se va a producir un cataclismo cósmico, el choque de la Tierra con otro planeta, el
impacto de un asteroide gigantesco o una tempestad solar de tal magnitud que
acabe con nuestra civilización.
El
viernes 21, fecha del solsticio de invierno, termina un ciclo del calendario
maya pero los arqueólogos afirman que los antiguos mayas no se referían a ese
día como apocalíptico.
Y
aunque el sol se encuentra en una fase de gran actividad, con grandes
llamaradas, los satélites que lo estudian advertirían con tiempo. Ningún mundo
llamado Nibiru, cometa o asteroide, amenaza con chocar con nosotros el 21 de
diciembre.
No
hay que imaginar pesadillas extraordinarias, pues para gran parte de los
humanos llegar a fin de mes y superar la cuesta de enero ya será un tormento
fuera de lo común.
Interesante interpretación, amigo. Un saludo peninsular.
ResponderEliminarPor supuesto que no hay que andar con alarmismos y menos de ese tipo. Todo eso no es más que un engranaje más para que la población viva aterrorizada y no pinse.
ResponderEliminarMe encantó tu artículo.
La persona que está en el miedo es más facil de manejar, por eso siempre nos están metiendo miedo. Al fin del mundo, a la tormenta tropical, a la gripe A. Alerta naranja por altas temperaturas, alerta roja por bajas temperaturas, llevia, viento...
ResponderEliminarNo vamos a hacerles el juego