lunes, 19 de noviembre de 2012

Jóvenes en paro: un drama nacional


Una de las mayores frustraciones que se pueden padecer es estudiar una carrera universitaria, apuntarse a varios másters, hacer pinitos con algún idioma y luego dedicarse a poner currículums para dependientes en El Corte Inglés. Cuando la gente joven obtiene, al fin, su primer trabajo se da cuenta de que el esfuerzo anterior no le ha servido gran cosa. Algunos han tenido que arriesgarse a fundar su propia empresa, sorteando los mil impedimentos burocráticos; otros se han colocado en una cafetería, una tienda de ropa o algo parecido. Además, hay otras circunstancias desfavorables. Los incrementos de las tasas han disparado el coste de los másters. Y los que quieren aprender un idioma se dan cuenta de que los centros especializados están saturados.
Salir al extranjero para encontrar un minitrabajo que ayude a sobrevivir, con la esperanza de que algún día hallarán una ocupación acorde con su formación, requiere mucha suerte. Ser licenciado en Historia o en Derecho o en Arquitectura es deprimente; en cambio los profesionales de la salud, médicos y enfermeros, pueden colocarse con facilidad en el extranjero. ¿Y para qué sirve un periodista en la sociedad actual? Aquella profesión que gozó de prestigio y hasta de influencia hace ya décadas se ha visto condenada al ostracismo. La caída brutal del empleo hace que ya no queden gabinetes de prensa ni siquiera en los ayuntamientos más alejados, las televisiones y las radios se están viendo sometidas a reducciones drásticas de plantilla. Incluso las carreras que han estado de moda hasta hace poco, psicología por ejemplo, están ya tan colapsadas que ni siquiera poniendo un psicólogo en cada familia habría una ocupación adecuada.
Frente a este panorama, hay titulaciones que están mejor situadas: las carreras técnicas y sobre todo la informática permite que algunos de los recién titulados se arriesguen a fundar su propia empresa. ¿Las soluciones? Cuando se suceden los gobiernos incapaces de resolver cuestiones sociales tan básicas nos damos cuenta de que gana la partitocracia, los aparatos estatales ya no sirven. La enseñanza está mal orientada y las iniciativas del gobierno para resolver estas cosas escasean. Faltan créditos y estímulos a los jóvenes para que puedan emprender, para que puedan hallar soluciones.  Ilustración: plantada de maletas de jóvenes en paro, en Barcelona

1 comentario:

  1. Un tema grave para jóvenes y menos jóvenes que sienten en sus vidas esa sensación de inutilidad
    Una injusticia que cada día augura una recuperación que no llega.

    blog-rosariovalcarcel.blogspot.com

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