LA LUZ DEL TIME
A Luis León
Barreto y sus Dioses palmeros
Desriscada armonía:
los huesos del muflón entre
lajas de notas discordantes
chispean en la noche de su
misterio verde.
Más allá el simulacro:
el abismo
pudo estar escondido en el
grano de tierra,
y entre las hojas teje el
platanal del alma.
Más acá, el no instante del
Time:
las planicies huyeron al
fondo del barranco
y guardaron el fósforo de los
amaneceres.
Buscamos nuestros dioses bajo
el manto quebrado
de los cielos. La luz que
brilla por el día dicen no es luz
pero cierra los párpados y ahí está
rielando para dentro
la inminente rojez que en la
noche del ojo
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