jueves, 19 de abril de 2012

Gao Xingjian: el sufrimiento de un Premio Nobel


La "Montaña del alma" (De Bolsillo, 2012) es una novela compleja, una historia de historias, un conjunto de relatos que se yuxtaponen. El protagonista recorre territorios míticos en los que abundan las leyendas, las chicas ahogadas, en los que se manifiesta la pelea entre las tradiciones y las nuevas normas de la tristemente célebre Revolución Cultural china, que arrasó tantas cosas. Un libro denso para paladear despacio de un autor que fue víctima de la propia Revolución Cultural. Censurado y represaliado, buscó refugio en Francia, donde escribió este libro. El recorrido por las abruptas y lejanas montañas donde todavía se mueven bandas de delincuentes viene a ser una especie de Odisea selvática y febril, una radiografía de costumbres milenarias, referencias históricas ancestrales, el vagabundeo por templos en ruinas, ante ermitaños de religiones que ya no se practican, a través de territorios de serpientes venenosas. El autor mira aquí y allá y no se olvida de abrumarse ante la contemplación del desarrollismo chino, la inmensa devastación ecológica que construye la mayor presa del mundo, que abate el bosque de bambúes de los osos panda, de los tigres y otros animales en peligro de extinción, el crecimiento económico a costa de negar los derechos humanos. Una sucesión de relatos en los que se refleja la búsqueda del sentido de la vida, la soledad del hombre ante la naturaleza, la insignificancia de quien escala montañas irreductibles. El autor atraviesa poblados al margen del tiempo, recopila cantos folklóricos, hace el amor con desgana, continúa vagando, consciente de que su peregrinaje no tiene fin, que siempre será incomprendido, que ni el amor ni la contemplación de la montaña más extraordinaria e irreal van a redimirlo. Algunas historias de la represión comunista ponen los pelos de punta al lector. Gao Xingjian es un autor de peso por esta colosal novela de novelas que retrata la represión y la locura de unos años terribles. El primer chino que consigue el Premio Nobel merece una lectura de todas estas historias que se encadenan una tras otra, confundiéndose, alargándose a lo largo de casi 600 páginas que tardó en escribir siete años, entre Pekín y París.

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