jueves, 14 de junio de 2012

La cultura de la desolación

Por Eduardo Sanguinetti (Argentina)


Nosotros los americanos somos frutos del olvido y de la desolación, acá se barbarizaron las lenguas aborígenes, se erradicaron del habla y de las neuronas los códigos de lo africano. Se había escrito un largo epitafio. Desde Tierra de Fuego hasta Alaska al colonizador sólo parecía interesarle la tierra mas no los hombres, por eso el crimen no habría de alarmar, la violación pasó por ser un acto cotidiano. La historia es el altar de las cosas que parecen imposibles, desde allí que se unificaría el discurso, uno solo habría de ser, el esfuerzo por retener lo propio pasó a ser confundido con barbarie, con primitivismo, con inexistencia; la soledad no llenó las heridas, habríamos de dormir sobre el dolor de la expulsión de lo propio y la apropiación de lo ajeno. 


Somos una mala copia de una sustancia platónica, sin esqueleto, invertebrada que había dejado el escándalo para sufragarse en las lágrimas de siempre. La cultura fue convertida en un saco de gatos, en un almácigo de espectáculos sin coherencia y en el olvido más pertinaz, el país no ha sido capaz de crear una industria cultural de lo diferente, de desarrollar ese aullido de lobo y creaciones bisoñas que nacen en los barrios, en los pueblos: ese espacio se le ha cedido a la televisión comercial, cuya labor nefasta ha sido crear veinticuatro millones de alienados, de masticadores de chiclets, de salvajes opiniátricos que no tienen comprensión de que el bienestar de lo público es el suyo.
La carne del joven lleva allí consigo el epitafio de la ramplonería que le instalaron en su epidermis las maquinitas de tatuar. Las referencias son la industria de la chatarra, no las grandes obras de lo internacional, hoy se baila como Shakira moviendo las caderas traseros confeccionados, pero más allá de esa panoplia, de esos resabios manidos por lo mal presentados, por lo intrascendente del producto, subsiste un alma de lo exótico, de lo incandescente, de lo bien proporcionado, de la sensualidad y del placer a lo que no se le ha concedido el peso suficiente.
Los periodistas han perdido la sindéresis, han olvidado los criterios de objetividad, siempre están en afán propagandístico ofreciendo información sin confirmar, cargada, convocante a la desobediencia y a la sangre. No escapan estos personajes a la ópera bufa al confundir la conciencia colectiva, al declararse en guerra contra una democracia que ellos mismos pregonan, pero que a diferencia de la suya no se ciñe a sus principios. Ese cuadro crea en la opinión pública el malestar, el miedo, el desaliento, la depresión, y un discurso más cerca de la banalidad de un “talk show” que de la coherencia que da el conocimiento que –no olvidemos– deviene en responsabilidad. 

4 comentarios:

  1. Resisitiendo a la evidencia de una Cultura disoluta, nutrido del antiguo estoicismo, para factilizar la temporalidad de la presencia,Eduardo Sanguinetti, precursor del pensamiento en acción en el mundo,imprime pasiòn por la veracidad absoluta del sentido, en visión,imágen y escritura.
    Tengamos presente las palabras de Sanguinetti, perseguido en su tierra Argentina y con valor sigue andando.

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  2. Sanguinetti es un disidente, y en general comparto sus posicionamientos pues hace falta gente que analice y que contribuya a una visión ética del mundo

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  3. Luis León Barreto, desde el Río de la Plata lo saludo, a modo de prólogo intentado en diálogo interlineado en el universo de las nupcias planetarias de la web.
    Le agradezco, haya reparado en mi escritura, que intenta plasmar en palabras, el infiltrado de repertorios que conforman el degradado mundo que nos están dejando, las masas de anestesiados, que transitan reptando hacia la cima de la pirámide del ¿éxito y la fama?, a cualquier precio...resisto Barreto, desde la acción, la teoría y sobre todo reconociéndome desde siempre, con fidelidad a mi, a favor de mi existencia personal y cultural, creo, principio de toda ética.
    Espero, aportar algo a quines se acercan, al menos que no efectuen la donación a un sistema perverso y pervertido, donde no hay lugar para la comprobación de nada, pues lo que deba ser hecho será hecho, y lo que deba ser deshecho será deshecho.
    Salud y mis respetos:
    Eduardo Sanguinetti

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  4. Gracias, Eduardo Sanguinetti. Ayer el lugar donde fue más leído este blog fue... Argentina, el gran país fraterno. Saludos también, un gran abrazo atlántico desde esta orilla norteafricana hasta la orilla americana.

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