jueves, 7 de junio de 2012

El ruso en el infierno

Golozko Wasiliy padece un drama común a otros marinos de las antiguas repúblicas soviéticas. De origen ucraniano, es uno de tantos sin techo que se buscan la vida en las calles. Tiene 51 años, es de Sebastopol, no cuenta con ayudas sociales ni con una familia que le pueda ayudar a superar su situación personal. Tiene mujer, dos hijos y una nieta a la que no conoce, en Ucrania. Hay docenas de marinos ex soviéticos malviviendo en el puerto de Las Palmas, los dejaron tirados sus empresas, comen de Cáritas, viven sin documentación, no tienen medios para volver a sus lugares de origen.
                La pobreza se recrudece cada día en las calles de nuestras ciudades. Este hombre ahora saca menos dinero que antes aparcando y vigilando coches. Hace muchos años, más de 15, que le ha venido reclamando al Consulado ruso que lo repatríe, que lo devuelva a casa. Pero nadie ayuda.
                Nació en Sebastopol, se hizo marino desde muy joven. Precisamente por su profesión recaló hace 15 años en el Puerto de La Luz, viajaba como tripulación del barco pesquero ruso Stratosfera, propiedad de una empresa hoy disuelta. Hace meses la prensa local contó su caso, pero la cosa va de largo.
                La consignataria pasaba por apuros y debía a los tripulantes el salario de cuatro meses. El patrón se quitó de en medio cuando algunos bajaron a tierra firme. “Después de atracar, un grupo de compañeros desembarcamos para dar una vuelta y cuando nos dimos cuenta el barco se fue dejándonos tirados, llevándose toda nuestra documentación.”
               Para este hombre la isla no es el edén. Qué dura la condición humana.

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