jueves, 2 de agosto de 2012

Nueva York, verano

Desde el avión, parece una maqueta. La ciudad es así: la hemos visto tantas veces en el cine que semeja un decorado. En el JFK a unos cuantos nos retienen los de Inmigración, se les nota quisquillosos pero a la media hora nos dejan en paz. Tras el 11-S EEUU sabe que el enemigo puede estar cerca. El atardecer de un sábado del verano nos ve llegar al Milford, un hotel viejo, incómodo y caro porque está en la 8ª esquina con la 45. Días con altas temperaturas y mucha humedad, buenos para pasear.
Lo latino circula por todas partes, no paras de oír hablar español en ningún momento. En estos días suben y bajan las bolsas y se tiene la impresión de que este capitalismo sin freno, sin regulación, no puede seguir subsistiendo. ¿Todo esto es una simple corrección, un ligero cambio de rumbo que el enfermo necesita para amanecer más lozano dentro de un par de años? La crisis aparte, Nueva York es una de las ciudades más fascinantes, de hecho sigue siendo la capital cultural y económica. La ciudad que nos interesa es la del Metropolitan y el MOMA, el Central Park, la Quinta Avenida, el jazz y el blues, la Estatua de la Libertad y la Ellis Island, fantástica rehabilitación del edificio por donde entraron millones de inmigrantes de toda Europa. Ellis Island recuerda a Auschwitz, con baúles y maletas dándote la bienvenida, pero sabes bien que aquí nació la esperanza y en Polonia los restos de los ajusticiados te ponen los pelos de punta.
El mundo es ancho y ajeno, dijo Ciro Alegría. EEUU es un país lleno de contradicciones; fundado por puritanos británicos, florecen los fanatismos religiosos, se mantiene el intervencionismo. Pese a que han tenido la desgracia de padecer a Bush, ahora con Obama siguen siendo los primeros en capacidad de investigación y en innovación, y todavía vemos algún joven enarbolando una guitarra para interpretar Blowin’ in the wind en Times Square. Llegamos al país en plena orgía preelectoral, pronto todas las televisiones repitirán hasta la saciedad los debates de los candidatos, entrarán llamadas que opinan sobre esto y aquello, se publicarán encuestas pues este noviembre Obama y Ronnie se la jugarán. Manhattan, esa isla que tanto ama Woody Allen, conserva el pavor del 11-S. Obama no ha sido capaz de imponerse a las grandes fuerzas del capital, la crisis de Europa afecta al dólar y 

1 comentario:

  1. Esa isla que tanto me gusta. Ese lugar que es un escenario de cine.Sí, porque estar allí es como contemplar algunas de las escenas de las mejores películas de nuestra vida. Películas y más películas, que yo adoro.
    King Kong asomando sobre el Empire State en una puesta de sol, las ruinas semienterradas en el apocalíptico final de El planeta de los simios....
    blog-rosariovalcarcel.blog.spot.com

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