martes, 22 de julio de 2014

Los políticos y la luz al final del túnel

Hay preguntas que difícilmente conseguimos contestar. La primera es quiénes somos, la segunda es de dónde venimos, la tercera es hacia dónde vamos y la cuarta es qué políticos nos merecemos. El ser humano, ante el pavor que le origina la idea de la extinción total, se ha dedicado a intentar dar respuesta a esas tres primeras cuestiones básicas. Para eso han nacido las distintas religiones, para paliar la angustia existencial de los mortales, agobiados por el paso del tiempo, la proximidad de la vejez, la decrepitud física y mental. Miles de libros se han escrito, desde los textos sagrados de las distintas creencias a los modernos tratados médicos y científicos por expertos que han estudiado la aparente muerte clínica en los centros hospitalarios de medio mundo y las señales de que pudiera existir otra vida en otra dimensión. Debe ser que para dar respuesta a la cuarta pregunta han nacido los partidos políticos, engranaje imprescindible en las democracias. 

Hay otra interrogación mucho más complicada que estas cuatro, y es la que se siguen haciendo nuestros líderes de segunda y tercera fila acerca de su importante misión en esta vida en beneficio de ciudadanos que apenas agradecemos sus desvelos, por ello pelean ya por las candidaturas para 2015. Estas eminencias nuestras de andar por casa, con sus ambiciones y sus navajazos cotidianos, con sus conspiraciones, sus conciliábulos y sus maniobras en la oscuridad, muestran la grandeza espiritual y cultural de los genios locales, su predisposición al servicio a la comunidad olvidando sus egoísmos particulares.  Y ahora que a don Mariano Rajoy se le ha ocurrido sacarse de la chistera la reforma de la ley electoral con objeto de que gobierne el partido más votado en los respectivos ayuntamientos y comunidades, habría que preguntarse dónde estaban Coalición Canaria y el Partido Popular cuando no hace tanto tiempo Juan Fernando López Aguilar ganó las elecciones con la mayor cifra de votos regionales que se recuerda y tanto unos como otros formaron el consabido gobierno de perdedores. Ya vemos que la política regional es una historia de líderes que se repiten y que aspiran a la gloria eterna: a hacerse viejos en el poder. Figuras así tratarían de batir records de personajes como Fidel Castro, Tito de la ex Yoguslavia, Franco, Hugo Chávez, etc. Lo que estamos viendo por aquí es la política convertida en guerras personales, alianzas infernales, frases salidas de tono, gestos que rayan lo despectivo o van incluso más allá. Una práctica poco productiva para los intereses de los ciudadanos. Y los propios partidos exhibiendo ante la ciudadanía sus desventuras, sus carencias de liderazgo, sus cuitas internas, sus divergencias y sus luchas de poder, las alianzas innombrables y las traiciones. En fin: un espectáculo poco edificante, esto es lo que hay cuando faltan diez meses para la próxima convocatoria electoral.
Pero, como en política también abundan las reencarnaciones, recordemos el impacto que originó la revelación de la presunta luz al final del túnel, no el túnel de la crisis económica -que también se las trae- sino la del túnel que conduce a la muerte. Y es que en su célebre libro de 1975 el psiquiatra y licenciado en filosofía Raymond Moody recopiló las experiencias de 150 personas que estuvieron en muerte clínica. Sus conclusiones afirmaban que el enfermo se siente flotar y contempla el dormitorio, el quirófano o el lugar en que se encuentre, en una experiencia extracorporal. Después cree que se eleva y atraviesa un túnel, en cuyo final ve una luz blanca, a veces adquiere el aspecto de una figura. Familiares y amigos van a su encuentro, y aparece una voz o una presencia. Se establece un diálogo y se presenta una visión global de la vida de quien acaba de morir, quienes lo han experimentado afirman haber perdido el miedo a la muerte, y se toman la existencia con más serenidad. Ampliando sus experiencias, Moody ha hablado de regresiones a vidas pasadas, él mismo confiesa haber tenido nueve vidas anteriores.
Recientemente, un catedrático de Neurobiología de la universidad de Amsterdam, Dick Swaab, ha sostenido que las experiencias cercanas a la muerte son fruto de una anomalía cerebral. Sobre la sensación de "flotar" fuera del propio cuerpo, lo atribuye a que una parte del cerebro, la zona del giro angular responsable de la sensación del equilibrio, no recibe suficiente oxígeno  cuando sobreviene la muerte clínica. Para reforzar sus teorías, Dick Swaab, que dirige un equipo en el Instituto Holandés de Neurociencias, ha estimulado la misma zona cerebral en pacientes conscientes, que también han experimentado idéntica sensación de verse desde fuera, pero que vuelven a su lugar cuando acaba la estimulación. Considera que toda orientación sexual se determina en el útero materno, afirmación que ha generado polémicas por su determinismo y por considerar que ningún tratamiento posterior modificará nuestra carga genética sexual. "Es nuestro cerebro quien escoge la pareja adecuada. La relación de pareja se hace de manera inconsciente y eso se llama enamoramiento, pero es el cerebro quien está valorando todas las ventajas e inconvenientes a toda velocidad", argumenta. Ya ven que los científicos se empeñan en desterrar el romanticismo: el amor acaba siendo una descarga de reacciones químicas.
Para mantener en forma el cerebro conseja llevar una vida saludable, manteniendo a raya la obesidad para no debilitar los vasos sanguíneos, así como no abusar de fármacos. "Las personas del sur se medican mucho, en Madrid y Barcelona compruebo que hay una farmacia en cada esquina. Yo no tomo ningún medicamento. Mejor gastarte el dinero en un buen libro, para agilizar la mente", aconseja. Aquí en vez de libros tenemos bares, fútbol y farmacias, con todo ello recibimos vida y serenidad, de ahí que se haya disparado el consumo de ansiolíticos. En cuanto a los bares, ya se sabe que cualquier capital española tiene más que toda Alemania. Y en cuanto a las librerías, ya se sabe que cualquier capital alemana de medio fuste tiene más librerías que toda España. Pero no desesperemos: dado que España empieza a ir bien otra vez, dentro de poco seremos un pueblo con mejor economía, un pueblo culto, respetuoso, adorable. Con unos representantes públicos dignos, transparentes, empeñados siempre en el mejor servicio a los ciudadanos.
 
(Ilustraciones: Dante y Beatriz en el paraíso, de Gustav Doré. Paulino Rivero, político)

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