miércoles, 18 de febrero de 2015

50 sombras de Grey: el gran bodrio


Es difícil hacer un bodrio peor que la película "50 sombras de Grey". ¿Qué podemos salvar de semejante engendro? Como mucho, la banda sonora. El pésimo actor, la candorosa actriz, la lentitud y la poca pericia de la dirección.
Uno se acuerda de películas tan grandes como "El imperio de los sentidos", "El último tango en Paris", "9 semanas y media" o "Las edades de Lulú" y se mea de risa al ver la torpeza infinita de esta peliculita lenta, sosa, aburrida, incompetente.
La película es tan poco creíble en sus situaciones, es tan verde en su pretendido bondage que la decepción se extiende por la sala.
Si ya el lote de los 3 libros era infumable, la cinta es todavía peor. De donde se deduce que no siempre el marketing puede imponerse a la realidad. Y la realidad es que el marketing fabricó muchas expectativas falsas.
Un gran engaño. Dos protagonistas sin química, secuencias de sexo mecánico sin la menor emoción. Sin sensibilidad va la cámara de aquí para allá, y lo peor de todo es el actor que interpreta al millonario tan escasamente seductor.
Falta pasión, no hay química, todo forma parte de un entramado mentiroso. Una trampa diseñada para que el marketing se imponga, pero ni por esas. Poquita gente irá a verla por segunda vez, porque no hay donde estirar.
Las encuestas que se han hecho a los espectadores tras la proyección concluyen que esta cinta es una verdadera majadería, que ni por asomo puede equipararse a las películas ya clásicas del erotismo cinematográfico.
Personajes estereotipados y poco creíbles. ¿Quién nos puede presentar a una universitaria veinteañera, a punto de terminar la carrera y todavía virgen en EEUU?
¿Y este ricachón atormentado porque una amiga de su madre lo violó cuando tenía 15 años? Qué nulidad de humo y ceniza.

1 comentario:

  1. Juan Calero Rodríguez19 de febrero de 2015, 10:46

    Vender, solo vender. Todo vender. Por eso se forman cíclicamente las crisis del capitalismo.

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