martes, 26 de enero de 2016

León Barreto, invitado al Libro Fórum de Tegueste

El profesor y crítico literario José Ramón Sampayo y el ayuntamiento de Tegueste han invitado a Luis León Barreto a participar en el Libro Fórum que se organiza en este municipio del norte de Tenerife, y que se referirá a su novela "Las espiritistas de Telde".
Además, Ámbito Cultural, de El Corte Inglés, ha programado una semana de actividades relacionadas con la magia y el misterio, con sesiones a las 19.30 de la tarde.
Así el lunes 25 disertó Carlos Santamaría, doctor en Psicología y profesor de la ULL, sobre "Espiritismo, magia, superstición y ficción en Canarias. ¿Dónde viven los fantasmas?"
Este martes 26 Tomás Rodríguez y Zálatta Teatro intervendrán sobre "Brujas y santiguadoras, creencias y tradición en Canarias".
El miércoles 27 habrá un debate literario con Rosario Valcárcel, Ana Joyanes, Francisco Concepción y Alberto Omar sobre "La novela como epopeya de un mundo sin dioses."
El jueves 28 Angélica Camerino intervendrá acerca de la obra del pintor indigenista grancanario Antonio Padrón, una de cuyas pinturas ilustró la portada de la tercera edición de la novela publicada por Interinsular Canaria cuando era dirigida por Andrés Sánchez Robayna, que reproducimos, en una charla titulada "Antonio Padrón: santiguadoras, echadoras de cartas y mujeres infecundas."
Esa tarde del jueves se celebra la tercera sesión del ciclo proyecto Libro Fórum Canario en Tegueste, con Luis León Barreto y la escritora Rosario Valcárcel como invitada.
El viernes 29 esta actividad del Libro Fórum se repetirá en la sala de Ámbito Cultural de El Corte Inglés, en Santa Cruz de Tenerife. Habrá intervenciones musicales de Elena Herrera y Aída Bello. Se abrirá un coloquio con el público asistente.
Finalmente, el sábado 30 se ha organizado una ruta denominada "Un paseo por las leyendas de Tegueste. Entre la ficción y la realidad", que transcurrirá por el casco histórico y Barranco Agua de Dios, donde junto con Zalatta Teatro serán recreadas algunas leyendas e historias de la memoria colectiva del municipio. Espíritus, brujas, maldiciones, historias curiosas, dentro de la temática: creencias, ritos y espiritismo. Esta caminata será desde las 9.30 a la 1 de la tarde saliendo del aparcamiento del campo de fútbol Los Laureles, e incluye la obligada visita a una de las numerosas bodegas de la zona, no en vano el vino es uno de los patrimonios que ofrece esta comarca del norte de Tenerife.

sábado, 23 de enero de 2016

El Museo Domingo Rivero, eje cultural en Canarias

En dos meses el Museo Poeta Domingo Rivero cumplirá cuatro años de existencia, con un total de 230 actos celebrados hasta la fecha. 
La cifra de libros presentados asciende a 122.
Durante estos años, se han presentado un total de 122 libros, entre los que predomina la poesía, seguido de la novela y el ensayo. Libros de autores de relevancia en el territorio insular, así como de otros autores que se han dado a conocer ante la ciudadanía. Asimismo,  los numerosos asistentes a estos encuentros han descubierto a escritoras muy jóvenes, con gran potencial literario y artístico, que han presentado sus novelas o libros de relato corto en este espacio.
Diversos han sido los recitales ofrecidos en la sala de nuestro Museo en los que han participado poetas para rendir homenaje a Antonio Machado, Federico García Lorca, Luis Natera, Marcos Marín, entre otros.
Se ha celebrado un total de dieciocho exposiciones de pintura y fotografía, de diversos temas en la que han participado asiduos colaboradores de nuestro Museo.
Hemos contado con la celebración de un taller Creativo Domingo Rivero, que impartió el escritor y asiduo colaborador de esta casa, Alexis Ravelo. También, convocamos un taller de poesía y de escritura organizado por la Nueva Asociación Canaria para la Edición.
Casi cuatro años de existencia en los que, además, hemos celebrado conciertos a cargo de profesores del Conservatorio Superior de Música de Canarias; al tiempo que se han presentado proyectos y talleres de prensa.
Hemos recibido las visitas de los institutos Domingo Rivero (Arucas), IES Teror, Colegio Alemán, CEIP Aguadulce, CEPA Las Palmas-Tamaraceite, IES Manuel Martín González (Tenerife), alumnos del Máster en Gestión Cultural de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, IES José Frugoni (La Rocha, Telde), Universidad Laboral, IES Santa María de Guía y el IES Doramas (Moya).
Contamos con la colaboración de la asociación cultural el Real de las Tres Palmas que viene desarrollando semanalmente desde el año 2014 el programa de actividades de los Lunes Culturales, en torno a presentaciones de libros, recitales, conferencias de temática diversa y ciclos de cine.
En definitiva, estos 230 actos celebrados han sido posibles gracias a la colaboración y participación de escritores, artistas, editoriales, asociaciones culturales y al público asistente.

viernes, 22 de enero de 2016

6 grandes poemas de Ángel González (Generación del 50)


El poeta asturiano (1925-2008) fue miembro destacado de la Generación del 50. Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1985, fue elegido miembro de la Real Academia Española en 1985, también ganó el premio Salerno, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana y el Julián Besteiro, así como el premio internacional Federico García Lorca. Su obra mezcla el intimismo y la poesía social, con un toque de ironía, y trata asuntos de la vida cotidiana con un lenguaje coloquial y urbano. El paso del tiempo, el amor y los temas sociales son los ejes de sus poemas, con toque melancólico. Para Guillermo Díaz-Plaja este poeta “canta el dolor o la desesperanza, la gris manquedad de la frustración o la tristeza irremediable del fracaso de los sueños.” Su lenguaje es puro, estético y transparente. Su voz reclama la ética y la fraternidad, la solidaridad y la libertad, siguiendo el mismo camino de otros poetas de su generación como José Ángel Valente, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, Caballero Bonald. Colaboró con el cantautor canario Pedro Guerra en el libro-disco La palabra en el aire, en 2003.

 
BREVES ACOTACIONES PARA UNA BIOGRAFÍA

Cuando tengas dinero regálame un anillo,
cuando no tengas nada dame una esquina de tu boca,
cuando no sepas qué hacer vente conmigo
pero luego no digas que no sabes lo que haces.

Haces haces de leña en las mañanas
y se te vuelven flores en los brazos.
Yo te sostengo asida por los pétalos,
como te muevas te arrancaré el aroma.

Pero ya te lo dije:
cuando quieras marcharte esta es la puerta:
se llama Ángel y conduce al llanto.

PARA QUE YO ME LLAME ÁNGEL GONZÁLEZ

Para que yo me llame Ángel González,
para que mi ser pese sobre el suelo,
fue necesario un ancho espacio
y un largo tiempo:
hombres de todo el mar y toda tierra,
fértiles vientres de mujer, y cuerpos
y más cuerpos, fundiéndose incesantes
en otro cuerpo nuevo.
Solsticios y equinoccios alumbraron
con su cambiante luz, su vario cielo,
el viaje milenario de mi carne
trepando por los siglos y los huesos.
De su pasaje lento y doloroso
de su huida hasta el fin, sobreviviendo
naufragios, aferrándose
al último suspiro de los muertos,
yo no soy más que el resultado, el fruto,
lo que queda, podrido, entre los restos;
esto que veis aquí,
tan sólo esto:
un escombro tenaz, que se resiste
a su ruina, que lucha contra el viento,
que avanza por caminos que no llevan
a ningún sitio. El éxito
de todos los fracasos. La enloquecida
fuerza del desaliento...

EL OTOÑO SE ACERCA
 
El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
 
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.

Y lo perdimos para siempre.

CUMPLEAÑOS

Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire
cotidiano, burdo
jirón de mí, deshilachado
y roto por los puños.

Yo comprendo: he vivido
un año más, y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!

Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.

J.R.J.

Debajo del poema,
laborioso mecánico,
apretaba las tuercas a un epíteto.
Luego engrasó un adverbio,
dejó la rima a punto,
afinó el ritmo
y pintó de amarillo el artefacto.
Al fin lo puso en marcha, y funcionaba.

No lo toques ya más,
se dijo.
Pero
no pudo remediarlo:
volvió a empezar,
rompió los octosílabos,
los juntó todos,
cambió por sinestesias las metáforas,
aceleró...
mas nada sucedía.

Soltó un tropo,
dejó todas las piezas
en una lata malva,
y se marchó,
cansado de su nombre.

INTRODUCCIÓN A LAS FÁBULAS PARA ANIMALES

Durante muchos siglos
la costumbre fue ésta:
aleccionar al hombre con historias
a cargo de animales de voz docta,
de solemne ademán o astutas tretas,
tercos en la maldad y en la codicia
o necios como el ser al que glosaban.
La humanidad les debe
parte de su virtud y su sapiencia
a asnos y leones, ratas, cuervos,
zorros, osos, cigarras y otros bichos
que sirvieron de ejemplo y moraleja,
de estímulo también y de escarmiento
en las ajenas testas animales,
al imaginativo y sutil griego,
al severo romano, al refinado
europeo,
al hombre occidental, sin ir más lejos.
Hoy quiero y perdonad la petulancia
compensar tantos bienes recibidos
del gremio irracional
describiendo algún hecho sintomático,
algún matiz de la conducta humana
que acaso pueda ser educativo
para las aves y para los peces,
para los celentéreos y mamíferos,
dirigido lo mismo a las amebas
más simples
como a cualquier especie vertebrada.
Ya nuestra sociedad está madura,
ya el hombre dejá atrás la adolescencia
y en su vejez occidental bien puede
servir de ejemplo al perro
para que el perro sea
más perro,
y el zorro más traidor,
y el león más feroz y sanguinario,
y el asno como dicen que es el asno,
y el buey más inhibido y menos toro.
A toda bestia que pretenda
perfeccionarse como tal
ya sea
con fines belicistas o pacíficos,
con miras financieras o teológicas,
o por amor al arte simplemente
no cesaré de darle este consejo:
que observe al homo sapiens, y que aprenda.

martes, 19 de enero de 2016

El poeta José Rafael Hernández, candidato al Premio Canarias de Comunicación


Hemos dejado atrás el día más triste del año, el pasado 18. El tercer lunes en plena cuesta de enero, lejos ya de los fastos navideños y distante del cobro de la paga de fin de mes, ha sido distinguido con tal dudoso honor. Al parecer todo fue una maniobra publicitaria de una agencia de viajes de Estados Unidos, que quiso remover el tedio de enero ofreciendo viajes baratos a paraísos tropicales en el Caribe. Entre nosotros el lunes triste de enero tiene que ver con la melancolía que trae la indefinición política, dicen los expertos que en España será más difícil que en Italia conformar pactos contando con un parlamento tan fragmentado como el actual. Quizá se debe también a la falta de costumbre, a la circunstancia de que en el pasado siempre había un partido ganador con holgura de escaños. Habría que retrotraerse a los tiempos de Adolfo Suárez cuando una UCD agonizante tenía que pactar con partidos nacionalistas para mantenerse en el poder, circunstancia que también se dio más de una vez con el Partido Popular y con el Partido Socialista, igualmente necesitados de los votos del PNV y de CiU para formar gobierno. El actual sistema electoral favorece, en efecto, al voto nacionalista, y esta sería una de las peliagudas cuestiones a reformar. Porque también la Constitución necesita una puesta al día para que siga siendo capaz de aglutinar esta vieja nación, donde tanto arraigo tienen los reinos de taifas.

El poeta José Rafael Hernández Santana es una voz personal en el mundillo literario regional; abogado con largo ejercicio profesional y poeta con medio siglo de experiencia, cultivador de la sátira, responsable de suplementos literarios y de programas culturales en prensa y televisión, es un hombre de mirada generosa, que desde 1963 hasta hoy ha dejado amplia constancia de su capacidad creativa y de su impulso a creadores de distintas generaciones. Lleva consigo muchos años de dedicación literaria en su vertiente de poeta lírico, tierno y con mirada social, y ahora es candidato al Premio Canarias de Comunicación que se fallará próximamente. Fustiga los males de la sociedad y a la vez se emociona ante los grandes temas de la existencia: el amor, la soledad, la injusticia, la corrupción. La académica Carmen Conde, la poeta Josefina Verde y el profesor Sánchez Zamarreño, de la universidad de Salamanca, han figurado entre los presentadores de sus obras. Desde la sombra fue su primer poemario y entre los últimos figuran el Poema a la soledad del pueblo saharaui, así como su célebre Elegía epistolar, que contiene cartas a poetas memorables, entre ellos los grandes valores de la lírica regional durante el siglo XX. En su blog Satirimundi deja constancia de sus hallazgos críticos, su compromiso ético, su dedicación a los demás, su solidaridad. José Rafael es un corredor de fondo, que ha ido dejando su impronta en distintos periódicos y en emisoras de TV, siempre generoso con los demás, siempre acogedor de escritores que empiezan, siempre dispuesto a conceder ese espacio que los demás necesitan para darse a conocer.

Ha sido propuesto al Premio Canarias de Comunicación por el Colegio de Abogados, Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria, Club Británico, cónsul de Cuba, cónsul de Uruguay y cónsul de EEUU. Como decíamos, entre sus publicaciones más recientes conviene resaltar su Elegía epistolar, cartas a poetas memorables, así como su reciente novela Geografía de la soledad. La vertiente de crítica social ha estado presente desde aquel Poemario del halcón, publicado por el Ateneo de Salamanca, hasta las Sátiras ultraperiféricas y el Manifiesto de los cuatro reyes de la baraja. En el libro Se me olvidó tu voz, el presidente de la Real Sociedad Económica de amigos del País, Tomás Van de Walle Sotomayor, señalaba que “José Rafael es poeta de lo concreto, conoce el oficio del verso, sabe que la poesía no es un campo de asalariados, sino la expresión a que tiende el humano buscando un asidero firme, algo que hoy se nos hace verdaderamente imprescindible a nuestra condición humana”.

Elegía epistolar (Cartas a poetas memorables) es un libro que ha tenido una buena divulgación pues supone un homenaje a figuras universales, desde la argentina Alfonsina Storni al chino Li Po, el nórdico Pär Lagervisk, el francés Baudelaire, el norteamericano Walt Whitman, los valores hispanos de García Lorca, Antonio machado, Miguel Hernández, sin olvidar a los insulares Domingo Rivero, Saulo Torón, García Cabrera, Alonso Quesada o Tomás Morales. El lirismo y el tono pedagógico de las estampas dedicadas a cada autor, junto a la fuerza expresiva de los vídeos dedicados a cada uno, ha permitido la divulgación en los centros de enseñanza. Por otra parte, el poemario Se me olvidó tu voz habla de la pasión amorosa, la soledad, la noche, la melancolía del vivir, los desengaños y la esperanza. Una temática que vuelve a estar presente en su reciente novela ya citada. En resumen, este autor tiene presente ironía y sarcasmo en sus poemas breves que son exponentes de su espíritu de lucha, de su compromiso social, de su visión solidaria sobre los conflictos de sus semejantes.

         Finalmente, hemos de llamar la atención sobre la belleza y el patetismo de una película candidata a los Oscars de este año. La chica danesa habla de un tema complejo y difícil, la transexualidad. Muy buena la ambientación y el sofisticado y elegante vestuario, por el que es candidato a galardón un hombre de nuestra tierra. Pero la historia de este matrimonio de artistas nos deja un regusto amargo, narra el primer caso de una intervención quirúrgica para cambiar de sexo, en 1931, que concluyó de manera triste. El actor Eddie Redmayen, que interpretó a Stephen Hawking en La teoría del todo, da vida a un joven que, tras seis años de matrimonio, descubre su feminidad tras posar con ropas de mujer para su esposa, la pintora Gerda Wegener. Todo parece obra de un impulso, la feminidad del protagonista parece más una pose que una actitud real. Así, la película nos da una visión algo superficial, no del todo convincente, del conflicto de identidad en un hombre que exhibía y practicaba su apasionado amor hacia su mujer, la sacrificada Gerda.

sábado, 16 de enero de 2016

"Dejaré de escribir si me impiden cobrar la pensión y los derechos de autor" (Antonio Gamoneda)


«Dejaré de escribir». Con rotundidad el escritor Antonio Gamoneda, Premio Cervantes en 2006, anunció hoy en declaraciones al «Diario de León» cuál será su decisión si el Ministerio de Hacienda le obliga a elegir entre cobrar la jubilación o percibir sus derechos de autor.

La normativa considera incompatible percibir una pensión si los derechos de autor generados superan el salario mínimo interprofesional con carácter anual, unos 9.000 euros brutos. Según destapó ayer miércoles el portal digital «El Español», los dos primeros casos que han sido denunciados desde el área que gestiona Cristóbal Montoro han sido los de los poetas Antonio Gamoneda y José Manuel Caballero Bonald.

Para el poeta afincado en León desde su más tierna infancia, la normativa promovida por el Gobierno de Rajoy es «una legislación absurda, injusta y destructiva de la cultura». «Es terrible. Si termina imponiéndose, ¿qué vamos a hacer los escritores, los científicos y los creadores? Es un disparate. Yo tendré que dejar de escribir, porque, con lo que gano con mi escritura, no puedo vivir», confiesa Gamoneda al rotativo leonés.

«El Español» recababa la opinión respecto a estas situaciones del asesor jurídico de la Asociación Colegial de Escritores, Carlos Muñoz, que aseguraba: «La Seguridad Social exige que demuestres que los ingresos de derechos de autor no se generan a partir de tu actividad habitual. Si no puedes demostrar que has dedicado toda tu vida a otra cosa, eres culpable».

Según reflejaba «El Español», en los últimos 18 meses el número de escritores afectados por esta situación que han iniciado pleitos contra el Gobierno central asciende a una docena, con nombre como Javier Reverte implicados, mientras que otros creadores como Eduardo Mendoza ya han abonado la multa impuesta, equivalente a cuatro años de pensión.
(De ABC)

jueves, 14 de enero de 2016

Taj Mahal



te lo dije frente al blanco taj mahal:
en la tarde de calores sofocantes
el mármol no puede con tu luz
ni esta armonía con mausoleos
sirve para enterrar nuestros recuerdos

aprecié la armonía de los jardines
el atardecer de rojos en la cúpula
imaginé los estanques bajo la luna
las fuentes bordeadas por los árboles

pensé en la amada que recibió este don
y el poderoso que la amó hasta la muerte

prendí una flor de loto en tu pelo
y nos marchamos con el guía
miré hacia atrás por si tu espectro

martes, 12 de enero de 2016

La falta de gobierno, los refugiados y Cataluña

 
Comienza el nuevo año con un redoble de ansiedades. No fue buena la noche del 31 de diciembre en varias ciudades alemanas y de otros países europeos, en la medida en que acciones en apariencia premeditadas por numerosos grupos de hombres confluyeron en ataques a mujeres, robos, acosos y agresiones sexuales. Más de 500 denuncias, sobre todo en Colonia, pero también en otros lugares, en acciones aparentemente ejecutadas por hombres norteafricanos y del mundo árabe, inmigrantes y que en numerosos casos ya comprobados son solicitantes de asilo en el país. Lo peor es que estos hechos lamentables influyen sobre la opinión pública y existen movimientos de extrema derecha dispuestos a dificultar la entrada de
refugiados e inmigrantes procedentes de los conflictos abiertos en tantos rincones del mundo. Todo esto en un momento en el que el mundo en que vivimos no puede ni debe activar una cultura segregacionista, porque la interdependencia y la solidaridad se han de abrir paso, a pesar de todos estos acontecimientos. El mundo se ha hecho pequeño, la aldea global exige construir una cultura y un humanismo con valores universales, con conciencia de la globalidad, más allá de las religiones y los valores añadidos, las tradiciones, los estilos de vida. Los desafíos de la convivencia son grandes, de la misma forma que el deterioro del planeta en el que vivimos exige acciones concertadas a fin de salvar el desastre climático.

En cada país, en la conciencia de cada uno de los ciudadanos, deberían disiparse los prejuicios y las exclusiones. No es el tiempo de construir más Muros de la Vergüenza, ni de formular declaraciones unilaterales de independencia, ni de armar más fronteras. No existe otra manera de encarar el futuro sino construyendo vías de diálogo, puentes que estimulen la comprensión mutua y recíproca entre las diversas comunidades. El espíritu de unidad aleja el germen de discordia, destruye el afán de los grupos xenófobos y racistas que empiezan a proliferar en media Europa, dentro y fuera de la Unión Europea. En la propia Alemania existe un partido populista denominado Alternativa para Alemania y también se hace notar el movimiento Pegida, que intenta conformar un frente contra los inmigrantes de cultura islámica. Si bien hasta ahora los más de cinco millones de turcos han subsistido en Alemania bien integrados en el aparato laboral y social, nadie puede predecir que se construya un ambiente incendiario.

Si, además de esto, nuestro futuro político continúa en el alero aunque ha sido buena señal el acuerdo para constituir el Congreso de los Diputados, si también cae la bolsa china y el nuevo año abre incógnitas en el comportamiento de la economía, si además en Cataluña arman a un nuevo presidente de la Generalitat dispuesto a llegar hasta el final en el proceso de ruptura, estamos ante caminos de difícil salida que exigen esfuerzos redoblados, afán de consenso, generosidad y capacidad de negociación por parte de unos y otros. No en vano la banca se ha pronunciado en varias ocasiones acerca de lo que el proceso independentista puede suponer para las propias entidades, que trasladarían sus sedes centrales fuera de Cataluña, del mismo modo que el editor de Planeta advirtió que haría lo mismo si es declarada la independencia unilateralmente. Está claro que en países fuertes con democracias consolidadas los nacionalismos se han disuelto igual que un azucarillo en un café; es el caso de Francia, Alemania e Italia, país este último donde la Padania norteña pretendía también algo así como una declaración de independencia de la región más desarrollada del país, que no quiere verse “robada” por el sur pobre y desprotegido. Francia es un país tan centralista que apenas considera de valor sus idiomas regionales, al cruzar la frontera catalana ya te das cuenta de que todas las señales y las indicaciones comerciales están en francés. Caso aparte es el del Reino Unido, donde en Escocia existe una línea secesionista que ya fue capaz de obtener un referéndum y que amenaza con repetir la operación cuantas veces sean precisas. Bélgica, que es un país dividido en dos con idiomas, culturas y religiones completamente diferentes, sobrevive con gobiernos que saben ejecutar bien eso de las coaliciones.

Es posible que lo sucedido en Cataluña haya sido una puesta en escena premeditada con mucha antelación. Esto de esperar al último minuto para dimitir y traer a un líder de refresco que es todavía más extremista y entusiasta que Artur Mas parece una maniobra teatral sabiamente urdida. Hay quienes piensan ya que con respecto al gobierno que se ha de articular en La Moncloa podría suceder algo similar; muchos regateos previos, muchas disquisiciones, mucho hablar de líneas rojas que nunca se habrían de cruzar, para que al final salga adelante lo que quiere la mayoría, es decir, un gobierno estable, serio y con capacidad para encarar las reformas que están en el ambiente. Empezando por la propia actualización de la Constitución, que necesita un lavado de cara y ojalá que algún día alguien sea capaz de meter la tijera en una institución tan costosa, inoperante y refugio de mediocres rebotados de la política como es el abultado Senado. Porque ¿aparte de que el presidente del gobierno en funciones insista una y otra vez en que la desconexión anunciada desde la Generalitat no será posible, hay alguna iniciativa, algún asomo de negociación, alguna propuesta de enfriar el ánimo belicista del nuevo cruzado Puigdemont, capaz de tirarse al monte en cualquier momento?

Recordemos que la economía es la base de los conflictos políticos. Y todo este impulso de Artur Mas comenzó cuando reclamó a Rajoy que Cataluña disfrutase del mismo fuero económico que el País Vasco, por aquel entonces los independentistas eran un 10 o un 15 por ciento de la población, mientras que ahora son casi la mitad del electorado. En los últimos treinta años el independentismo ha estado presente pues Convergencia i Unió siempre tuvo unas juventudes muy activas que organizaban pitadas a Juan Carlos en las olimpiadas de Barcelona, llenaban las paredes con aquello de España nos roba, y todo ello con el adoctrinamiento intensivo del profesorado en los centros de enseñanza. En la provincia de Girona hace mucho que si hablas en castellano nadie quiere contestarte sino en catalán. Así están las cosas. 
 

lunes, 11 de enero de 2016

Las librerías se recuperan en España

Los libreros han vivido siete años bajo un aire apocalíptico, asediados por las noticias sobre el cierre constante de establecimientos frente a la competencia imparable de la venta online y el auge de los nuevos soportes electrónicos. Pero 2015 ha levantado el ánimo del gremio en España: por primera vez desde 2008, el número de librerías ha crecido, unas 200 más que el año anterior, según los primeros datos recogidos por la Confederación de Gremios y Asociaciones de Libreros (CEGAL). Pese a que la venta global de libros siguió cayendo —un 6% menos en el último cuatrimestre de 2015 con respecto al mismo periodo de 2014— la eclosión de decenas de pequeños comercios independientes ha permitido al sector remontar el vuelo y abandonar el catastrofismo.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) y los estudios de la CEGAL venían ofreciendo desde que estalló la crisis económica una evolución terrorífica: entre 2008 y 2014, cerró casi la mitad de los puntos de venta de libros en España, que pasaron de unos 7.000 —los datos exactos varían según las fuentes estadísticas— a más de 3.600. El de 2014 fue un ejercicio especialmente duro ya que, según un estudio encargado por la CEGAL, se clausuraron 912 establecimientos. Comunidades como Cataluña perdieron en un año casi el 30% de sus lugares de venta de libros.
(De El País)

viernes, 8 de enero de 2016

El exilio asumido de Nivaria Tejera (Francisco Pomares, en El Día)


La primera novela sobre la Guerra Civil española -sin duda una de las mejores- la
escribió una mujer cubana, recordando sus vivencias laguneras cuando era apenas una niña. La novela arranca una tarde 1936, cuando su protagonista, la pequeña Nivaria, escucha como aporrean la puerta de su casa, mientras ella se viste con su mejor traje de domingo, para salir de paseo a las Fiestas del Cristo. Golpean la puerta unos hombres que vienen a buscar a su padre periodista para llevarlo al barranco, de donde probablemente no volverá nunca... Así comienza 'El barranco', publicada en 1958, la gran novela de Nivaria Tejera, y una de las grandes historias escritas sobre nuestra guerra y sus secuelas. Una novela capital de una autora imprescindible, que supo retrató con ojos de niña y miedos de adulta el terror de la represión en la Canarias del primer franquismo: su padre español fue apresado por sus compatriotas y retenido durante casi diez años, por el único delito de haber defendido sus ideales republicanos en la prensa. Tras su liberación, la familia regreso a Cuba, y allí vivió algunos años. Pero Nivaria se encontró con otra dictadura no tan distinta de la franquista, la de Fulgencio Batista, que también denunció en su literatura. Se exilió en el 54 en París, donde -descubierta por el crítico y editor Maurice Nadeau- publicó 'El barranco'. Tras el triunfo de la revolución, volvió a Cuba, dónde el Gobierno le encargó ocuparse de una surte de agregaduría cultural de la embajada cubana. Pero su idilio con la revolución no duró demasiado. Crítica con los excesos del castrismo, en el 65 acabaría refugiada de nuevo en París, dedicándose en su pequeño piso de las afueras a la escritura, publicando primero en francés traducido del español, y años más tarde en su idioma original. En el 71 gano el que era entonces el premio de más prestigio de la literatura en español, el Seix Barral de novela, con la primera de sus novelas de la trilogía cubana, 'Sonámbulo al sol'. Y fue en Paris, la ciudad de su exilio y de su desencanto con la política, donde falleció la madrugada de este pasado miércoles en un hospital, victima de un cáncer de páncreas.
Una de las mayores expertas en su literatura, la profesora María Hernández-Ojeda, de la City University de Nueva York, ha escrito que todo su universo literario gira en torno a Canarias y a Cuba y que las islas constituyen su imaginario secreto. Es sin duda cierto, ella misma lo dijo: "en mí, la isla, las islas, son un espacio mental extenso como la masa arenosa, rocosa, que las protege". La insularidad es -también- una especial forma de exilio. Pero el principal exilio de doña Nivaria fue interior, deseado y asumido: una suerte de hermetismo personal y literario al que acabó por entregarse quizá como autoafirmación de una vida sin fisuras ni claudicaciones. Se exilió de sus islas para vivir en la isla de París alejada de un mundo de componendas que le fue ajeno y al que enfrentó su incorruptible decisión de vivir al margen de cualquier apaño o sometimiento a las trampas y atajos del poder. Murió querida por los suyos, aplaudida por sus lectores, pero pobre y olvidada por el espacio oficial. Sus familiares, amigos y seguidores iniciaron ayer una cuestación a través de internet [https://www.gofundme.com/y2hshcgk], para poder sufragar los gastos de un modesto entierro...

jueves, 7 de enero de 2016

Dudas tras las elecciones y el retorno de Hitler


Los politólogos, esos especialistas en la cosa política, se han dado cuenta de que los votantes de Canarias responden mayoritariamente a criterios prácticos, pues se pudiera afirmar que son votantes de tendencia centrista poco ideologizados, que generan cambios cíclicos de tendencia. Así por ejemplo en la ciudad de Las Palmas hemos tenido al cabo de los años mayorías muy significativas de Unión de Centro Democrático, Partido Socialista, Unión del Pueblo Canario, Partido Popular y Podemos. En las elecciones locales de mayo y en la última convocatoria a las urnas, el 20-D, en la capital grancanaria obtuvo la primera posición el partido de Pablo Iglesias, con lo cual el votante manifestó un claro deseo de cambio frente al bipartidismo tradicional, y a los males que le son asociados. También ganó podemos en La Laguna, Santa Lucía de Tirajana, Lanzarote y Fuerteventura. El hundimiento del Partido Socialista y la enorme pérdida de votos del Partido Popular quedaron de manifiesto sobre el tablero. Y eso que en la capital grancanaria arrasaban u obtenían mayorías más que significativas personajes como Adolfo Suárez, Juan Rodríguez Doreste, incluso Manuel Bermejo, Jerónimo Saavedra, y no digamos el efecto triunfante de José Manuel Soria y de la también alcaldesa Pepa Luzardo en años dorados que difícilmente volverán. Está claro que el ejercicio del poder pasa factura.

Mientras Mariano Rajoy y los otros tres mosqueteros se siguen buscando a sí mismos y no parece que les resulte fácil encontrarse, mientras la ciudadanía espera que más pronto que tarde se conforme una mayoría de gobierno capaz de ser estable y fiable alejando así el riesgo de unas nuevas elecciones, en Alemania van a reeditar el libro “Mein Kampf”, Mi lucha, la célebre autobiografía de Adolf Hitler que en su día era un regalo típico para los recién casados, y que estaba en todos los hogares de la Alemania nazi. Se publicó por primera vez en 1925, es decir hace 90 años, y se vendieron millones de ejemplares. Desde hace 70 años el estado de Baviera ha evitado volver a publicar el manifiesto del líder que llevó a su país a la ruina, pero este 8 de enero el Instituto para la Historia Contemporánea de Munich presentará una nueva edición. En España también se hará algo parecido. ¿Es peligroso que se reedite un libro con tal propuesta de exaltación de una ideología totalitaria? La extrema derecha ha aparecido con mayor o menor éxito en las convocatorias electorales de Francia, Grecia, Austria y otros países, aupada por la crisis económica y la abundante inmigración. Por suerte, pese a la crisis económica y a la inmigración no parece que entre nosotros tenga fortuna.

En el patio nacional, en estas semanas asistiremos a múltiples forcejeos encaminados a establecer un diálogo viable y constructivo entre las distintas fuerzas políticas. No tenemos aquí cultura democrática de las coaliciones electorales, que tanto se llevan en los países europeos sin que nadie se rasgue las vestiduras. En algunos de estos países se da la circunstancia de que los presidentes de gobierno no figuraban en los partidos más votados, sino que a veces la necesaria negociación acaba llevando al poder a un líder aparentemente minoritario, pero capaz de conciliar voluntades. De eso se trata, ya que la política es el arte de lo posible. Porque si hubiese que ir de nuevo a votar, sería una clara muestra del fracaso de los dirigentes tanto de los partidos tradicionales, eso que ahora llaman “la casta”, como de las nuevas incorporaciones al Congreso de los Diputados. Significativo el varapalo al señor Artur Mas, incapaz de obtener apoyos para proseguir con su locura y que condena a los catalanes a otro periodo de indefinición, con lo cual el proceso independentista entra en crisis.

¿Tienen nuestros políticos suficiente capacidad de diálogo y de consenso? ¿O más bien exhiben la tendencia de parapetarse en sus ideas, que intentan imponer al resto sin ninguna contemplación, sin capacidad de limar asperezas, hacer concesiones y, en definitiva, negociar salidas apropiadas para la situación creada tras las urnas del 20 de diciembre? Los ciudadanos contemplan a los partidos políticos como maquinarias pesadas, poco dispuestas a ceder en sus apetencias de poder. Rajoy no va a dar un paso atrás para que otro dirigente, tal vez con mejores modales y capacidad de consenso, acaso la vicepresidenta Soraya, intente pactar realmente la pretendida coalición entre el PP, PSOE y Ciudadanos. Por otro lado, Pedro Sánchez tiene dificultades para articular su propuesta de irse a la izquierda con Podemos y los distintos bloques que incluyen independentistas. Nadie quiere echarse a un lado para propiciar mejores fórmulas de entendimiento, cada cual quiere llevarse el pescado a su huerto sin hacer caso a nadie más. ¿Y si hubiera elecciones de nuevo, serían a costa del Partido Socialista, embarullado en la lucha interna de tanta apetencia de poder, y de Ciudadanos, cuyo timorato líder cometió tantos errores de indefinición y contradicciones en la última semana de campaña? ¿No perdería también votos el PP si es incapaz de presentar otro candidato? ¿Subiría votos Podemos, incluso en islas tan rurales como La Palma o tan turísticas como Fuerteventura y Lanzarote?

En apariencia el señor Rajoy quiere mantenerse en su palacete pese a que en su mandato estalló el independentismo catalán, se hundió el bipartidismo, se enseñoreó la corrupción mientras se disparaba la desigualdad y era frenado el paro con contratos basura. Tanto PP como PSOE necesitan congresos extraordinarios, que trajeran mejores candidatos a la presidencia. Pero, obviamente, los que ya están se niegan con todas sus fuerzas a perder la poltrona. Don Mariano, rehén de Aznar y don Pedro Sánchez, maniatado por doña Susana la andaluza, Albert Rivera con sus grandes titubeos en la última semana de campaña, y el exultante Pablo Iglesias, discípulo fiel de las televisiones pero disgregado también en fuerzas regionales soberanistas que no le garantizan un apoyo pleno. Además de esto tenemos a Artur Mas suplicante torpón ante la CUP y que, al igual que el clan de los Pujol tiene cuentas pendientes en los juzgados, y los emergentes sin escaños suficientes como para lograr una nueva gobernanza. ¿Nos impondrán una pausa de seis meses, si nos obligan a votar de nuevo en primavera? ¿Y quién garantiza que no se repitan los resultados que ya se dieron el 20 de diciembre, con lo cual volveríamos a una tela de araña de difícil arreglo?

Publicado en www.laprovincia.es el lunes 11 de enero

lunes, 4 de enero de 2016

No son tu marido (cuento de Raymond Carver)


Earl Ober era vendedor y estaba buscando empleo. Pero Doreen, su mujer, se había puesto a trabajar como camarera de turno de noche en un pequeño restaurante que abría las veinticuatro horas, situado en un extremo de la ciudad. Una noche, mientras tomaba unas copas, Earl decidió pasar por el restaurante a comer algo. Quería ver dónde trabajaba Doreen, y de paso ver si podía tomar algo a cuenta de la casa.
Se sentó en la barra y estudió la carta.
—¿Qué haces aquí? —dijo Doreen cuando lo vio allí sentado.
Le tendió la nota de un pedido al cocinero.
—¿Qué vas a pedir, Earl? —dijo luego—. ¿Los niños están bien?
—Perfectamente —dijo Earl—. Tomaré café y un sándwich de ésos. Número dos.
Doreen tomó nota.
—¿Alguna posibilidad de… ya sabes? —dijo, y le guiño un ojo.
—No —dijo ella—. No me hables ahora. Tengo trabajo.
Earl se tomó el café y esperó el sandwich. Dos hombres trajeados, con la corbata suelta y el cuello de la camisa abierta, se sentaron a su lado y pidieron café. Cuando Doreen se retiraba con la cafetera, uno de ellos le dijo al otro:
—Mira que culo. No puedo creerlo.
El otro hombre rió.
—Los he visto mejores —dijo.
—A eso me refiero —dijo su compañero—. Pero a algunos tipos las palomitas les gustan gordas.
—A mí no —dijo el otro.
—Ni a mí —dijo el primero—. Es lo que te estaba diciendo.
Doreen le trajo el sándwich. A su alrededor, había patatas fritas, ensalada de col y una salsa de eneldo.
—¿Algo más? —dijo—, ¿Un vaso de leche?
Earl no dijo nada. Negó con la cabeza mientras ella seguía allí de pie, esperando.
Al rato volvió con la cafetera y sirvió a Earl y a los dos hombres. Luego cogió una copa y se dio la vuelta para servir un helado. Se agachó y, doblada por completo sobre el congelador, se puso a sacar helado con el cacillo. La falda blanca se le subió hacia arriba por las piernas, se le pegó a las caderas. Y dejó al descubierto una faja de color rosa y unos muslos rugosos y grisáceos y un tanto velludos, con una alambicada trama de venillas.
Los dos hombres de la barra, al lado de Earl, intercambiaron miradas. Uno de ellos alzó las cejas. El otro sonrió regocijado y siguió mirando por encima de su taza a Doreen, que ahora coronaba el helado con jarabe de chocolate. Cuando Doreen se puso a agitar el bote de crema batida, Earl se levantó, dejó el plato a medio comer en la barra y se dirigió hacia la puerta. Oyó que Doreen lo llamaba, pero siguió su camino.
Después de echar una ojeada a los niños fue al otro dormitorio y se quitó la ropa. Se subió las mantas, cerró los ojos y se puso a pensar. La sensación le comenzó en la cara, y luego le descendió hasta el estómago y las piernas. Abrió los ojos y movió la cabeza de acá para allá sobre la almohada. Luego se volvió sobre su lado y se durmió. Por la mañana, después de mandar a los niños al colegio, Doreen entró en el dormitorio y subió la persiana. Earl ya se había despertado.
—Mírate al espejo —dijo Earl.
—¿Qué? —dijo ella—. ¿A qué te refieres?
—Tú mírate al espejo —dijo él.
—¿Y qué es lo que debo ver? —dijo ella. Pero se miró en el espejo del tocador y se apartó el pelo de los hombros.
—¿Y bien? —dijo él.
—¿Y bien, qué? —dijo ella.
—Odio tener que decírtelo —dijo él—, pero creo que deberías ir pensando en seguir una dieta. Lo digo en serio. Sí, en serio. Creo que podrías perder unos kilos. No te enfades.
—¿Qué estás diciendo? —dijo ella.
—Lo que he dicho. Creo que no estaría mal que perdieras unos kilos. Unos cuantos, al menos.
—Nunca me has dicho nada —dijo Doreen. Se levantó el camisón por encima de las caderas y se volvió para mirarse el vientre en el espejo.
—Antes no pensaba que te hiciera falta —dijo Earl. Trataba de elegir cuidadosamente las palabras.
Con el camisón aún recogido sobre las caderas, Doreen dio la espalda al espejo y se miró por encima del hombro. Se alzó una nalga con la palma de la mano y la dejó caer.
Earl cerró los ojos.
—Puede que esté equivocado —dijo.
—Imagino que sí, que podría perder algo de peso. Pero me costará —dijo Doreen.
—Tienes razón, no será fácil —dijo Earl—. Pero te ayudaré.
—Quizás tengas razón —dijo Doreen. Dejó caer el camisón y miró a Earl. Y se quitó el camisón.
Hablaron de dietas. Hablaron de dietas de proteínas, de dietas de “sólo verduras”, de la dieta del zumo de pomelo. Pero decidieron que no tenían el dinero suficiente para los bistecs de la dieta de proteínas. Luego Doreen dijo que tampoco le apetecía atiborrarse de verduras, y que, habida cuenta de que el zumo de pomelo no le entusiasmaba, tampoco veía mucho sentido en una dieta así.
—De acuerdo, olvídalo —dijo él.
—No, no. Tienes razón —dijo ella—. Haré algo.
—¿Qué tal si haces ejercicio? —dijo él.
—Para ejercicio ya tengo bastante con el que hago en el trabajo —dijo ella.
—Pues deja de comer —dijo él—. Unos días, al menos.
—De acuerdo —dijo Doreen—. Lo intentaré. Lo intentaré unos cuantos días. Me has convencido.
—Soy vendedor —dijo Earl.
Calculó el saldo de su cuenta corriente, cogió el coche, fue a un almacén de artículos con descuento y compró una báscula de baño. Observó detenidamente a la dependienta que registraba la venta en la caja.
En casa, hizo que Doreen se desvistiera por completo y se subiera a la báscula. Al ver sus varices, frunció el ceño. Pasó el dedo a lo largo de una que le ascendía por el muslo.
—¿Qué estás haciendo? —preguntó Doreen.
—Nada —dijo Earl.
Miró la báscula y escribió una cifra en un papel.
—Muy bien —dijo—. Muy bien.
Al día siguiente pasó casi toda la tarde fuera; tenía una entrevista. El empresario, un hombre corpulento que cojeaba mientras le mostraba los accesorios de fontanería del almacén, le preguntó si podía viajar.
—Por supuesto que puedo —dijo Earl.
El hombre asintió con la cabeza.
Earl sonrió.
Antes de abrir, oyó la televisión dentro de la casa. Cruzó la sala, pero los niños no levantaron la mirada. Doreen, vestida para el trabajo, comía huevos revueltos con bacon en la cocina.
—¿Qué estás haciendo? —dijo Earl.
Ella siguió masticando, con los carrillos llenos. Pero luego echó lo que tenía en la boca encima de una servilleta.
—No he podido aguantarme —dijo.
—Cafre —dijo Earl—. ¡Sigue, sigue comiendo! ¡Come!
Se metió en el dormitorio, cerró la puerta y se echó sobre la colcha. Seguía oyendo la televisión. Se puso las manos debajo de la cabeza y miró el techo.
Doreen abrió la puerta.
—Voy a intentarlo de nuevo —dijo.
—Muy bien —dijo él.
Dos mañanas después, Doreen lo llamó al cuarto de baño.
—Mira —dijo.
Earl miró la báscula. Abrió el cajón y sacó el papel y volvió a leer el peso mientras sonreía complacido.
—Casi medio kilo —dijo Doreen.
—Algo es algo —dijo Earl, y le dio unas palmaditas en la cadera.
Leía los anuncios por palabras. Visitaba la oficina de empleo del estado. Cada tres o cuatro días cogía el coche e iba a alguna entrevista. Y por las noches contaba las propinas de Doreen. Alisaba sobre la mesa los billetes de a dólar, formaba montoncitos de dólar con los cuartos y las monedas de cinco y diez centavos. Mañana tras mañana, hacía que Doreen se subiera a la báscula.
Al cabo de dos semanas había perdido casi dos kilos.
—Pico —dijo Doreen—. Me muero de hambre durante el día, luego en el trabajo pico cosas. Por eso no pierdo más.
Pero a la semana siguiente había perdido dos kilos y medio. Y una semana después, casi cinco. La ropa le quedaba grande. Tuvo que recurrir al dinero del alquiler para comprarse otro uniforme.
—En el trabajo me dicen cosas —le dijo a Earl.
—¿Qué clase de cosas? — preguntó él.
—Qué estoy pálida, por ejemplo —dijo ella—. Que no parezco yo. Temen que esté perdiendo demasiado peso.
—¿Qué tiene de malo perder peso? —dijo él—. No les hagas ni caso. Diles que se metan en sus cosas. Ellos no son tu marido. Tú no vives con ellos.
—Pero trabajo con ellos —dijo Doreen.
—Cierto —dijo Earl—. Pero no son tu marido.
Cada mañana entraba en el cuarto de baño detrás de ella y esperaba a que se subiera a la báscula. Se arrodillaba junto a ella con papel y lápiz. El papel estaba lleno de fechas, días de la semana, cifras. Leía lo que marcaba la báscula, consultaba el papel y asentía con la cabeza o fruncía los labios.
Ahora Doreen pasaba más tiempo en la cama. Volvía a acostarse en cuanto los niños se iban al colegio, y por la tarde descabezaba un sueño antes de salir para el trabajo. Earl ayudaba en las tareas de la casa, veía la televisión y dejaba que su mujer durmiera. Hacía todas las compras, y de cuando en cuando salía a alguna entrevista.
Una noche, después de acostar a los niños, apagó el televisor y salió a tomar unas copas. Cuando el bar hubo cerrado, fue en coche al restaurante de Doreen.
Se sentó en la barra y esperó. Al poco Doreen le vio, y dijo:
—¿Los niños están bien?
Earl asintió con la cabeza.
Se tomó su tiempo para decidir lo que quería. No dejaba de mirar a su mujer, que iba de un lado para otro detrás de la barra. Por fin pidió una hamburguesa con queso. Doreen le entregó la nota al cocinero y fue a atender a otra persona.
Se acercó otra camarera con una cafetera y le llenó la taza.
—¿Cómo se llama tu amiga? —dijo, y movió la cabeza en dirección a su mujer.
—Se llama Doreen —dijo la camarera.
—Pues ha cambiado mucho desde la última vez que estuve aquí —dijo.
—No sabría decirle —dijo la camarera.
Comió la hamburguesa y se tomó el café. La gente seguía sentándose y levantándose de la barra. Era Doreen quien atendía a la mayoría, aunque de cuando en cuando la otra camarera venía a anotar algún pedido. Earl observaba a su mujer y escuchaba atentamente. Hubo de dejar su asiento un par de veces para ir al lavabo. Y en ambas se preguntó si se había perdido algún comentario. Al volver la segunda vez, vio que le habían retirado la taza y que alguien ocupaba su sitio. Fue hasta un extremo de la barra y se sentó en un taburete, al lado de un hombre mayor que llevaba una camisa de rayas.
—¿Qué es lo que quieres? —le preguntó Doreen cuando volvió a verle— ¿No deberías estar ya en casa?
—Ponme un café —dijo.
El hombre de al lado leía un periódico. Alzó la vista y miró como Doreen servía café a su marido. Y se quedó mirando cómo se alejaba. Luego volvió a su periódico.
Earl sorbió el café y esperó a que el hombre dijera algo. Lo observó por el rabillo del ojo. El hombre había terminado de comer y había apartado hacia un lado el plato. Encendió un cigarrillo, dobló el periódico, se lo puso delante y siguió leyendo.
Doreen volvió y retiró el plato sucio y le sirvió al hombre más café.
— ¿Qué le parece la chica? —le preguntó Earl al hombre, haciendo un gesto hacia Doreen, que caminaba hacia el otro extremo de la barra—. ¿No le parece una preciosidad?
El hombre alzó la mirada. Miró a Doreen y luego a Earl, y volvió a su periódico.
—Bien, ¿qué dice? —dijo Earl—. Es una pregunta. ¿Tiene o no buen aspecto? Dígame.
El hombre movió con ruido el periódico.
Cuando vio que Doreen se acercaba desde el otro extremo de la barra, Earl le dio un codazo al hombre en el hombro y dijo:
—Le estoy hablando. Escuche. Mire qué culo. Y ahora fíjese. ¿Me pone por favor un helado de chocolate? —pidió en voz alta a Doreen.
Doreen se paró frente a él y suspiró. Luego se volvió y cogió una copa y el cacillo del helado. Se inclinó sobre el congelador, asomó el cuerpo hacia el interior y se puso a arañar helado con el cacillo. Earl miró al hombre y le dirigió un guiño cuando vio que la falda de Doreen empezaba a ascender por los muslos. Pero el hombre captó la mirada de la otra camarera. Se puso el periódico bajo el brazo y se metió el brazo en el bolsillo.
La otra camarera vino directamente hasta Doreen.
—¿Quién es ese personaje? —dijo.
—¿Quién? —dijo Doreen, con la copa del helado en la mano.
—Ése —dijo la camarera, y señaló a Earl—. ¿Quién es ese tipo?
Earl esbozó su mejor sonrisa. Y la mantuvo. La mantuvo hasta que sintió que la cara se le desencajaba.
Pero la camarera se limitó a observarle, y Doreen empezó a sacudir la cabeza despacio. El hombre dejó unas monedas junto a la taza y se levantó, pero aguardó también a oír la respuesta. Todos ellos tenían los ojos fijos en Earl.
—Es un vendedor. Es mi marido —dijo Doreen al fin, encogiéndose de hombros.
Luego le puso delante el helado de chocolate sin terminar de preparar y se fue a hacerle la cuenta.      (Ilustraciones: pinturas de Hopper)

 

sábado, 2 de enero de 2016

Una cita a ciegas

Me lo había dicho mi amiga Alisson: que a veces es un juego peligroso. Bah, le contesté. Se trata solo de verle el careto a un tío, charlar un rato y mandarse a mudar si la cosa no tiene buena pinta. Y eso fue lo que al fin emprendí, mis amigas tenían experiencia pero yo me resistía, no fui de las más lanzadas. Las otras me iban contando sus aventuras y desventuras, las primeras impresiones, las mentirillas que se suelen decir, las cenas y las copas con los tíos que habían sido un petardazo, la experiencia con los otros que sí se habían portado como señores. Yo iré a lo rápido, dije. Pero una nunca acaba de aprender. Y así me pasó con Marius, ingeniero de sistemas y todo eso, con un cochazo de espanto y muchas ínfulas. Con sus 37 años, su divorcio a cuestas, la abultada pensión a su ex y sus dos hijos problemáticos. Mira, dijo de entrada: no te voy a engañar, estamos aquí para disfrutar una buena experiencia. Y así parecía que iba a suceder.
Cuando me llevó a su apartamento en Kensington, me quedé impresionada por el gran ramo de flores con el que me recibió. Pero antes habían venido los aperitivos y después la cena, en un sitio tan exclusivo del centro, uno con estrella Michelín. Preciosa decoración y muchas exquisiteces. Yo estaba bien, habíamos encontrado ciertas afinidades, la charla era fluida y parecía un tipo agradable. En la cama fue cariñoso, me sentí con ganas. Lo peor sucedió a la mañana siguiente, cuando me mandó un guasap con un texto inadmisible. ¡Pues el cabroncete me decía que la cena le había costado 152 libras, las flores 42, los aperitivos 31, el champán francés 35 más! Total, 260. Así que me enviaba su cuenta corriente para que le ingresara las 130 esterlinas que le adeudaba, y de este modo quedáramos en paz de ahora para siempre. La verdad es que ni me lo puedo creer. “No estoy para perder tiempo y dinero a la vez”, me decía el muy capullo. ¿Por qué será que los tíos siempre acaban cagándolo?

(Ilustración: Chagall)